Eres una chica normal, le va bien en la vida, tienes amigos, todo en si está bien contigo. Aunque no todo era perfecto, tenías una vida placentera.
Un chico el cual era misterioso y con una madre sobreprotectora por alguna razón, no iba a la escuela...
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¡Vaya!, ninguno de los adultos presentes de ese momento se esperaba aquella explicación.
Kunikuzushi estaba ya más tranquilo, pues seguía un poco agobiado por lo ya pasado, aparte de que encontraba ahora mismo junto a su madre y claro tambien con tu presencia contaba.
¡Que mejor que eso!
– Señora, le prometemos que eso no es normal entre nuestros estudiantes, solo estaban un poco emocionados por el recién llegado.
Ei solo lo miro molesta, pero después su gesto cambio a uno pensativo.
– No importa, uno tiene que pagar el precio de la fama ¿no?
Cualquier persona sacaría a su hijo de aquel lugar, pero Ei sabía que Kunikuzushi tenía que vivir con aquellos acosos casi en su vida diaria, aparte ¿qué tal si así lograba socializar?
Que pensamiento tan absurdo.
Si bien Kunikuzushi en cualquier otro momento se hubiera enojado, pensaría que no le importa a su madre para nada, pero ahora mismo su plan de poder estudiar a tu lado estaba saliendo bien, no de la mejor manera pero podría estar contigo más tiempo.
– Kunikuzushi ¿tu quieres estudiar aquí todavía? – pregunto Ei por la opinión de su hijo, pues tenía que considerarlo también a él.
Su hijo solo respondió con un movimiento de cabeza indicando que si. Sabía que ahí adentro era un zoológico, pero por ti podía darlo todo.
Dicho esto todo se hizo, Ei volvió a hablar con quién los atendía asintiendo que inscribirá a su hijo ahí.
Kunikuzushi al poder librarse que los adultos te buscaba con la mirada.
– ____... – te llamó.
Tu seguías viendo todo, pues no habías entendido muy bien.
¿Acaso no entendía la situación?
Kunikuzushi literalmente podría sufrir acoso cada vez que viniera a la escuela de parte de tus compañeros.
¿Por qué su madre lo arriesgaba tanto?
– ____...
Oíste una voz llamándote que te sacó que tus pensamientos.
Volteas buscando a quien te había hablado.
Solo encuentras a Kunikuzushi.
Él quería darte gracias por la ayuda por haberlo sacado de aquella bola de personas molestas.
