Eres una chica normal, le va bien en la vida, tienes amigos, todo en si está bien contigo. Aunque no todo era perfecto, tenías una vida placentera.
Un chico el cual era misterioso y con una madre sobreprotectora por alguna razón, no iba a la escuela...
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No sabía quien eras pero le fue satisfactorio tener comunicación con alguien que no fuera su madre, el doctor, el psicólogo, el psiquiatra o la amiga de su mamá.
La mitad de su cuerpo estaba fuera de la ventana, mientras la otra dentro de su cuarto. Quería seguirte con la mirada para ver a dónde ibas.
Entro su mamá a su cuarto. Llevaba minutos llamándole para que bajara, pero simplemente parecía no escuchar.
- ¡¿Kunikuzushi, qué haces ahí?!
- Mamá...
Ei lo trajo de vuelta para que todo su cuerpo estuviera dentro de la habitación de nuevo.
- ¡¿Que hacías ahí?! - preguntaba preocupada.
- Mamá...déjame explicarte... espera.
- Cerraremos las ventanas de ahora en adelante.
- No mamá déjame explicarte.
Yae por lo mientras veía todo, recargada en la puerta del cuarto. No quería interrumpir, pero se vio en la necesidad.
- Ei, deberías dejar al chico.
- Pero...Miko, ya viste que...
- No, ni siquiera lo has escuchado, deja que hable.
Dijo eso y separó a Scaramouche de Ei.
- Ahora dime cariño, ¿qué nos querías decir?
- Yo...yo solo estaba ahí para ver a la chica que pasó y me saludó.
Ei y Yae solo se quedaron calladas.
- Es enserio yo la vi.
Ei y Yae solo se miraron tratando de entenderlo, ellas creían que todo era mentira.
- ¡Es verdad, yo sé lo ví!
- Si sabemos que tú lo viste pero...- dijo su madre preocupada por él.
- ¡No, lo que pasa es que nunca entiendes nada de lo que digo, todo el mundo piensa que estoy loco pero NO LO ESTOY!
Scaramouche estaba un poco agobiado. Insistía en que le creyera su madre, pues principalmente era ella quien nunca lo dejaba de "molestar".
- Kunikuzushi, inhala y exhala. - indicó Yae.
- ¡No voy a hacer esa estupidez!
- Vamos, házlo conmigo, los dos juntos, inhala y exhala.
Justo como le había indicado Yae, lo hizo. Por otra parte también ella lo hacía junto con él para poder apoyarlo a afrontar su situación.
- ¿Mejor?
- Si... gracias Señorita Yae.
- No hay de que preocuparse cariño.
Mientras Scaramouche trataba de volver en sí, su madre lo ayudaba.