Eres una chica normal, le va bien en la vida, tienes amigos, todo en si está bien contigo. Aunque no todo era perfecto, tenías una vida placentera.
Un chico el cual era misterioso y con una madre sobreprotectora por alguna razón, no iba a la escuela...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Otro día nuevo para los dos.
Tu te levantaste para la escuela, esperando hasta que lo imposible pasara. En cambio Kunikuzushi se despertó como cualquier otro día, solo y aburrido.
Primero bajo por sus medicamentos. Ahora sí estaba seguro que su madre no se encontraba ahí.
Y justo como lo pensaba, el día de hoy no se encontraba, como de costumbre.
Pero siguiendo su rutina de todos los días.
Primero ir a tomar sus medicamentos, después desayunar lo que su mamá le dejo, tercero volver a su cuarto y pasarla ahí solo y leyendo.
Por otro lado estabas tú.
Primero en tu rutina era alistarte para la escuela, segundo desayunar con tú familia, tercero y último salir al colegio directo a estudiar.
. . . . .
Kunikuzushi estaba aburrido.
¿Acaso se levantó muy tarde?
Si así era significaba que ya no te podría ver.
¿O fue muy temprano?
Esto significaba que tenía posibilidades aún.
No importaba demasiado. Lo que realmente quería era volver a verte por su ventana. Tenía demasiada curiosidad sobre ti. Pero era aburrido esperar a que pasarás frente a su casa.
- "¿Por qué tarda tanto?" - se preguntaba.
Estaba totalmente atento a cualquier persona o cosa que pasará frente a su casa, esperando a que fueras tú, pero por una parte ya se había cansado de esperar.
Estuvo a punto de rendirse y esperar a más tarde, pero antes de distanciarse de la ventana oyó algo.
- ¡Ay no, mi teléfono!
Abrió completamente los ojos cuando te vió.
Se te había caído tu teléfono al suelo y al parecer sufrió un daño.
Te seguía viendo, te movías de un lado a otro sin saber que hacer, parecías nerviosa mirando al dispositivo que estaba entre tus manos, lo cual también lo ponía nervioso.
Sus manos empezaban a sudar al igual que empezaba a frotarlas entre ellas.
Estaba tan distraído al igual que tú qué en un momento a otro ya no estabas.
- "¡¿A dónde se fue?!" - se pregunto en su mente.
Entonces con prisa bajo al primer piso y salió de su casa, y todo solo para saber a donde te habías ido.
Cuando vio que ya no estabas algo se sintió vacío en él.
Solo volvió a su casa y entro a su cuarto, ahí esperando al siguiente momento del día para verte.