10. Mikey. Perro. Piedra

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[Frank]
-Domingo por la mañana-

Despertar con Gerard a mi lado es de lo más normal en mi vida. Despertar con Gerard a mi lado siendo novios, eso es mucho muy diferente. Al abrir mis ojos lo primero que veo es a él dándome la espalda pues aún duerme en posición fetal abrazado de mi  almohada de calavera. El reloj marca las 10am, aún es muy temprano así que solo tomo mi teléfono y comienzo a jugar algo hasta que veo que él comienza a moverse mientras se estira y escucho como le truenan los huesos. Me mira y sonríe leve, se para de la cama y va directo a la puerta, caigo en cuenta de su rutina.

Todas las mañanas Gerard se levanta, va primero al baño, luego regresa a la habitación se cambia de ropa y ya sale directo a la cocina a saludar a todos. Es como si se mentalizara para convivir. No me dirige la palabra hasta que está completamente listo. Se suele alterar si no sigue esa rutina todas las mañanas, lo hace desde que lo conozco. Una vez lloró casi una hora porque su abuela le cambió la rutina.

Una vez listo me habla.

-Hola Frankie- se queda parado mirándome, yo le regreso el saludo y le hago saber que le quiero dándole un abrazo, él está un poco tenso primero pero luego se deja abrazar y me aprieta en sus brazos.

-Buenos días Gee- dejo un besito en su hombro pues él es un poco más alto que yo.

Bajamos a desayunar con mis padres y todo se siente tan cómodo. Gee se nota feliz pues baila en su lugar mientras toma su café.

Un rato después, tomamos nuestras cosas para ir a su casa, iríamos a comer ahí. Salimos de mi casa y comenzamos a caminar las pocas calles de distancia, pronto la atención de Gerard se desvío a una caja en el piso que se movía y me tomó del brazo llevándome a ella para inspeccionar.

-¿Qué es eso Frank?- susurró en autista.

Yo lo miré y contesté en neurodivergente -No tengo ni Puta idea- Gerard me golpeó en el brazo y muy amablemente me mandó a revisar la caja misteriosa.

-Ve a revisar esa madre, ni pienses que lo revisaré yo, Frank- Tomé el valor que mis pocas neuronas me daban y con un palo que estaba cerca voltee la caja, Gerard y yo gritamos cuando vimos una pequeña bola negra-café rodar de esta. Hice lo que mi sentido común me indicó y con el mismo palo con mucho cuidado piqué esa bola peluda, Gerard estaba detrás mío agarrandome de la camisa.
Mucha fue nuestra sorpresa al darnos cuenta de que era un cachorro. Me asusté pues pensé que podría estar herido y traté de acariciarlo pero estaba asustado.

-No Frank ¿qué tal y te come el brazo? No podrías volver a tocar la guitarra jamás y le tendrías que dar a Fuentes a Pansy- sentí temor con esas palabras, no por el perder un brazo, sino por darle mi amada Pansy al menso de Fuentes.

-No Gerard eso no pasará, tu tranquilo yo nervioso- le dije mientras lograba tomar al cachorro en mis brazos y este se acomodaba. -Pobre bebé, Gee no lo podemos dejar aquí, hay que llevarlo a casa y buscar que hacer con él... Espera, es una ella, es una cachorrita- dije una vez le vi la barriga.

-No creo que me dejen tener perros Frankie, a mamá no le gustan mucho...- dijo Gerard mirándome serio.

-Sólo la llevaremos mientras buscamos que hacer con ella, vamos Gee solo un ratito- le rogué y él suspiró y cedió ante mi encanto hiperactivo.

-Está bien Frankie, pero déjala afuera, está sucia y mamá se puede enojar...- sonreí grande -¡AY! Gracias Gee- me acerqué y le di un pequeño pico, le hice sonreír y seguimos caminando hasta llegar a su casa.

Dejé a la cachorra ahí en su patio cerrando la reja para que no se escape y entramos a casa de Gee, ahí estaba el pequeño Mikey jugando con sus bloques de lego mientras escuchaba música en la televisión.

Diferentes Perspectivas - Frerard - Donde viven las historias. Descúbrelo ahora