19. Rapunzel Fuentes

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[Vic]
-Sábado por la tarde-

Estoy castigado, qué digo castigado, castigadisimo. Me fui a dormir a casa de mi cerealito anoche porque estaba en pleno colapso emocional por culpa de mi amá y mi hermano, y hoy que llegué me dijeron hasta de lo que me voy a morir. En conclusión nunca salgan sin avisar si te llamas Víctor Fuentes.

Estoy encerrado en mi habitación recostado en mi cama viendo al techo dándome cuenta que hay una araña, le pondré Jimeno. No tengo ánimos de nada y mis amigos no están disponibles para hablar. No puedo salir, me siento como Rapunzel esperando a que venga mi príncipe a salvarme, o sea mi Kellincito.

Quisiera saber que se siente que tu mamá te ame de verdad y no solo a tu hermano el maleante.

Como sea, me pongo a caminar en círculos por mi habitación pensando en que hacer para distraerme. No puedo usar mi guitarra pues se le rompió una cuerda y no tengo repuesto. La vida me odia. Termino tirado en el piso pensando en que linda sería la tarde si no estuviera castigado, realmente quisiera no estarlo. Pero estoy cansado de rogar por las cosas que quiero, el que mi madre sea tan cortante conmigo me hace sentir como un perro durmiendo en el piso frío en invierno. Tragedia.

Pasado un rato de sufrimiento que se sintió como una eternidad recibí un mensaje de Kellin avisandome que ya estaba por llegar a casa pues salió con mi suegrita al cine. Que envidia yo igual quería ver Barbie.

Le contesté, y unos minutos después mi madre entró a mi habitación para decirme que saldría con Mike y por supuesto yo no estaba invitado. Genial. No me duele lo juro.

Después de solo escucharla y responderle con monosílabos se fue, y me quedé ahí tirado pensando en que hacer para mantenerme sereno para no caer en la locura.

-¡Viiiic!- Genial ya es tarde perdí la cabeza, ahora escucho voces. Pensé eso hasta que noté que alguien lanzaba piedras a mi ventana, me asomé y para mi sorpresa era Kellin. Revisé mi teléfono viendo que tenía mensajes suyos en esos minutos que sentí eternos donde decía que su mamá se tuvo que ir al trabajo. Me aseguré que mi madre y su pulga infernal ya se habían ido y bajé a la puerta principal a abrirle a mi príncipe azul.

-¡Kells! ¿Qué haces aquí?- lo tomé por la cintura dejando un pequeño beso en sus labios.

-Solo quería verte un momento aunque sea, creo que vi a tu madre irse con Mike-.

-Sí, se fueron a una salida madre e hijo... Como sea ¿Vamos a tu casa?- Realmente no quería que viera mi cuarto desordenado.

-Pensaba que quizá podríamos estar aquí y en caso de que llegue tu mamá me voy rápido, por tu balcón se puede bajar- rió nervioso, solo lo abracé.

Decidí que era buena idea así que subíamos a mi habitación. No mentiré, nos besamos un buen rato, realmente todo fue muy inocente, quiero a Kellin de una manera muy bonita.

Platicamos un rato, y juro que si me sentí avergonzado porque él viera mi habitación, con solo decir que tengo todo hecho un asco, que feo.

[Kellin]
-Sábado por la tarde-

En el tiempo que llevo saliendo con Víc nunca había estado en su casa, menos su habitación, no es tan diferente a la mía, lo que cambia es el color y que su habitación es la más pequeña de la casa pero tiene el balcón.

Estaba con él en su cama, los dos y sí lo admito nos estábamos besando, se sentía como el cielo, me sentía en paz, o eso pensé pues él de la nada me apartó y me abrazó con mucha fuerza.

-¿Estás bien? ¿Hice algo que no te gustó?- me preocupé pues sentí como se aferraba a mi y pronto comenzaba a sorber su nariz.

-No no, todo está bien mi Kells. Es solo que realmente quisiera estar contigo todo el día...- se escuchaba desanimado.

Diferentes Perspectivas - Frerard - Donde viven las historias. Descúbrelo ahora