𝑪𝑯𝑬𝑬𝑻𝑨𝑯 🧡 - ꜱᴇᴛʜ ᴄʟᴇᴀʀᴡᴀᴛᴇʀ

𝚅𝙸𝙸𝙸: 𝚀𝚄𝙸𝙻𝙴𝚄𝚃𝙴𝚂

NARRADOR OMNISCIENTE

Después de que Alba se separara del clan, momentáneamente, todos se quedaron en aquel cenote, rehaciendo sus vidas... Pero, para los Cheetah estar estancados ya no les parecía una buena idea.

—No podemos estar así, si nos quedamos por mucho tiempo, entonces esos fríos nos encontrarán... Y ahora, sin nuestra alfa, la tendremos muy difícil de escapar de nuevo —Axayacatl le habló a la madre de la tribu.

—Sí tengo entendido esa situación... Sin embargo, todavía sigue este periodo colonial, donde nuestros hermanos mexicas todavía siguen sometidos ante los conquistadores... —Tonantzin declaró la situación.

—Debemos de movernos, ellos no descansarán hasta encontrarnos, por eso Alba realizó tremendo sacrificio, cazarlos uno por uno... Tenemos que resguardarnos en su ausencia, hasta que regrese con la cabeza de esas sanguijuelas —dijo Chamani.

Mientras todas las cabezas principales dialogaban entre ellos, apareció Cuauhtli en su forma de águila acompañado de Nezahualcoyotl en forma de un coyote, ellos estaban verificando la seguridad del área.

—Al parecer no hay rastros de los fríos —dijo Cuauhtli, luego de transformarse a su forma humana.

—La incógnita es cómo nos encontraron luego de que el gran dios Ocelotl se sacrificó para que huyéramos —cuestionó Nezahualcoyotl.

—Debe de haber entre ellos un rastreador, no se me ocurre otra idea —habló, de repente, Meztli.

—Sí, recuerdo que, en el primer ataque de los fríos, había un vampiro entre ellos, un tal Demetri... Recuerdo haberlo vigilado un rato, y me di cuenta que era un buen rastreador —le siguió su gemelo, Mixtli.

—Él fue el culpable de que estemos en esta situación complicada —Tonantzin apretó los puños, enojada por recordar el sacrificio de su Ocelotl.

—Si ese ser nos sigue la pista hasta este lugar, entonces estaremos vulnerables. No debemos de permitirlo... Debemos de resguardar a nuestras familias —Axayacatl comentó alarmado.

—Creo que lo mejor es convertirnos en nómadas... Así solamente podemos sobrevivir —Tlali aconsejó.

Tonantzin estaba indecisa, pues quería vivir una vida tranquila, pero su pueblo tenía razón. Sin Alba, quien posee el elixir de la inmortalidad en su sangre, entonces les será difícil asentarse y crear nuevos nahuales inmortales (en caso de una guerra con los fríos).

—Bien, eso es lo que haremos —la madre del clan dijo—. Buscaremos nuevos horizontes... Pero con una condición... —todos oían atentamente—. Tenemos que expandir nuestros conocimientos a humanos sabios de tribus pequeñas, sólo así tendremos aliados... Nuestra naturaleza debe de ser un secreto a medias...

Lo que decidió Tonantzin era algo que intentaría preservar su naturaleza, es decir, le enseñaría a humanos preparados y sabios (preferentemente chamanes) el gran secreto del nahualismo, o incluso, buscaría nahuales mortales, sólo para producir alianzas como medida de protección.