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Jeon Jungkook y Kim Taehyung eran novios desde la secundaria, el primero muy conocido por ser el omega más bonito y deseado por todos; alfas, betas e incluso envidido por algunos omegas, aquel dulce lobito enamoraba a todos con su aroma a jazmines y vainilla, su sonrisa era tan radiante que todos objetaban quedar ciegos ante tanta belleza. No se imagiban como es que sucedió cuando Jungkook, un omega tan codiciado, comenzó a relacionarse con cierto alfa desastroso, Taehyung, un lobezno que se ganó su atención luego de que fuera tan desvergonzado al coqueterle y nunca se rindió a pesar de los rechazos a cada una de sus citas, sacándole sonrisas al bonito omega que poco a poco caía a sus pies con sus obsequios hechos a mano a diferencia de los costosos que siempre el daban, sus favoritas siempre pegadas a su casillero cada mañana y encontrar al alfa detrás suya con una gran sonrisa.

Porque no era novedad que a pesar de que todos lo quisieran poseer y llamarlo su omega, nadie tenía la valentía para acercarsele e intentarlo y sin embargo ese alfa lo había hecho, lo conquistó mediante coqueteos torpes pero ingeniosos, dulces, miradas, toques cariñosos y al final las citas como cereza del pastel, citas que le costó conseguir pero valieron cada maldito segundo.

Actualmente llevaban cinco años juntos, casi seis, conviviendo en una hermosa relación llena de muchos sentimientos y emociones, porque no eran perfectos, todos experimentaban situaciones difíciles en sus relaciones, por suerte sus peleas no perduraban tanto como su mutuo y sinceró amor, al final del día ambos corrían a los brazos ajenos en busca de consuelo, aceptando sus errores, pidiendo perdón para luego besarse entre bromas y apodos melosos.

Por eso y las miles de dificultades que pasarón juntos, ese día era muy importante, por eso ahí estaba el alfa encerrado en el baño de la pequeña casa que compartían desde hace media hora atrás, analizando su imagen frente al espejo queriendo verse bien, no, bien no, más que perfecto, si, eso si.

- osito? Te sientes bien? - la voz de quien era su omega lo sacó de los pensamientos y nervios que lo estaban volviendo loco, lo mismo que provocó que se moviera de forma torpe y por consecuencia tirando las cosas que había en el lavabo - Tae? Abreme la puerta - pidió con un tono preocupado ante los ruidos de cosas cayéndose y los quejidos e insultos bajos del alfa, aún más porque su marca de union picaba ante las emociones tan alteradas.

- estoy bien, mi omega! - dijo al instante en que abrio la puerta aunque su ceño se fruncia por escasos segundos a la vez que cambiaba el peso de un pie a otro, jungkook soltó una risa nasal.

- estoy listo para nuestra noche, nos vamos? - cuestionó llevando sus manos a la camisa del alfa para abrochar sus primeros botones y así cubrir su pecho expuesto, Taehyung sonrió al notarlo ya que tenía un omega muy posesivo, asintió al cruzar sus miradas, hechizado con esos ojos oceánicos.

- ve de salida, buscaré un abrigo e iré contigo en un momento - le dijo para tomarle del rostro y besar con cariño su nariz, la misma que se arrugó ante el tacto como también por la dulce acción.

Jungkook con una disimulada sonrisa asintió para salir de la habitación costándole despegar los ojos de su atractivo alfa, quién le siguió con la miraba hasta verlo salir y cuando se fué, escuchando la puerta principal ser cerrada, corrió a la habitación compartida para atravesar la cama gateando como un infante de una punta a otra, terminando arrodillado en el suelo al frente de la pequeña mesita de noche y de entre los cajones repletos de papales, cosas muy poco importantes para el omega que lo habían hecho cerrarlo a penas lo abría.

- te tengo - murmuro al tomar entre sus manos esa pequeña cajita roja, la cual abrió descubriendo un anillo plateado rodeado de piedras brillantes de color azul, una sonrisa surco sus labios con eufória a la vez que lo mordía intentando contener sus gritos emocionados.

¡¿Un Bebé?! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora