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Era la tarde, al igual que como cada día el bonito omega de cabellera rubia y ojos azulados se encontraba degustando uno de sus antojos, zanahoria con crema batida, si desde que Jimin le dije que tenía ese antojo al parecer lo adquirió con un ligero cambio, ni siquiera pensó en si sabría mal o no, simplemente le dio la primer mordida mientras sus ojitos de bambi prestaban atención a la película de acción que estaba en la TV de la sala y él estaba más que cómodo recostado en el nuevo sofa plegable que su alfa le compró para que estuviera más a gusto, manteniendo el pote de crema sobre su vientre de seis meses mientras tenía otro con las zanahorias cortadas en bastones.

Tras algunas horas y haberse terminado casi todas las zahorias como también acabarse en su totalidad la crema, pestañaba repetidas veces intentando mantenerse despierto pero su vista se volvía algo borrosa por el cansancio y estaba a punto de caer en un profundo sueño pero aquello se vio interrumpido por la llegada de su alfa, estirando su cuello para verlo cruzar la entrada y sonrió en grande con los ojitos brillosos, sobre todo esas mejillas rellenas tintadas de un naturalmente rosa pálido.

Taehyung sonrió al verlo y no tardó en acercarse para saludarlo cuando lo vio estirar sus labios en esperara de un beso, uniendo sus bocas en un casto beso antes de agacharse a la altura de su vientre descubierto para hacer lo mismo, acariciándolo y sentir una patada contra su palma.

- hoy vamos a verte, compórtate - le dijo tal cual padre casi que regañando a su hijo, aunque fue muy dulce tratándose de su bebé y Jungkook se sintió enternecido - por que no vas a cambiarte y nos vamos? Por mientras guardaré algunas compras - le sugirió alzando las bolsas que traía en mano y con una última caricia junto a un beso en la frente de su omega, le ayudó a ponerse de pie antes de irse por la cocina.

Jungkook sin más fue a la habitación colocándose un suéter sin mangas por encima de su camiseta blanca, igual con mangas cortas, amando como abrazaba su vientre haciéndolo resaltar en su figura, finalizo con unos jeans azules anchos que eran elastizados en su cintura para que le apretaran y tomó sus zapatillas blancas que ni intento ponérselas solo, yendo de regreso a la sala para esperar a que su alfa estuviera desocupado para ayudarle, apareciendo poco después con una sonrisa al verlo tomar lugar en una silla y alzar sus pies cubiertos por unas medias rosadas con algunos conejitos, no tardó en ayudarle a calzarse.

- siento que es una eternidad, quiero que ya nazca - comentó el omega algo impaciente, acariciando su vientre con anhelo y un puchero se formó en sus labios, todo llamando la atención del alfa que tras colocarle el calzado se levantó besándole la mejilla - necesito tener a mi cachorro conmigo - su voz se escuchó quebrada, de sus ojitos azules se resbalaron algunas lágrimas que recorrieron sus mejillas pero Taehyung secó rápidamente no dejándolas terminar su recorrido.

- pronto mi amor, solo quedan unos pocos meses y tendremos a Gyeong con nosotros - quiso animar, llevando uno de los mechones rubios tras su oreja y dio un suave pellizco a su barbilla.

- no se porqué estoy llorando, es tonto - protestó molesto consigo mismo y seco sus ojos con el dorso de sus manos, sorbiendo su nariz que se había vuelto rojiza, el alfa se apresuró a besarle los ojitos y su nariz, terminando en los labios con un beso más prolongando.

- no es algo tonto, también estoy ansioso por tenerlo en brazos por fin - dijo colocando ambas manos a los lados de su vientre y acariciar con sus pulgares suavemente, viéndole sonreír con pena - si ya están listos mis amores, entonces vamos que no podemos llegar tarde a nuestra cita - dijo alegre y cuando asintió le tomó de las manos para levantarlo, sin soltarle una de ella para entrelazar sus dedos, llevándolo consigo.

Taehyung le abrió la puerta de la camioneta familiar que su padre les había obsequiado y le ayudó a subirse, abrochando su cinturón, verificando de que estuviera bien asegurado antes de cerrar la puerta para trotar al otro lado y subirse en el copiloto, la camioneta era espaciosa tanto al frente como en los asientos de atrás, perfecta para próximas sillas de bebé e infante, era algo alta del suelo no sólo para hacerle la subida más fácil a su omega, sino que también para que los niños tuvieran que pedir ayuda y no se subieran sin supervisión, le sonrió a su omega para poner en marcha el vehículo.

¡¿Un Bebé?! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora