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La mañana de un rubio omega que cargo su propio e hinchado vientre por la casa mientras hacía sus quehaceres, hubiera sido fantástica si su alfa estuviera a su lado, en cambio fue recibido por el lado vacío junto a él, no es que se quejara, aunque así era, sabía que su alfa trabajaba mucho para poder aprender de sus padres antes de heredar su línea de restaurantes que sería uno de los grandes sustentos para su familia que estaba creciendo, aún así le gustaría despertar a su lado pero en cambio obtenía una despedida de cariñosos besos aún algo dormido para verlo marchar.

Aunque esa despedida lo hacía sentirse mucho más emocionado al verlo llegar a casa luego de un día largo, se acurrucaba con él en el sofá por un largo rato en donde solo lo mimaba, dándoles besos, caricias en sus cabellos y lo marcaba con su aroma ya que su posesivo lobo odiaba los otros que traía encima, siendo peor cuando se duchaba para deshacerse de estos y venía a su lado con solo el propio encima, su alfa tenía que oler a su omega y cachorro. Así que se sorprendió cuando recostado en la cama, ya que en el quinto mes de embarazo se sentía cada vez más cansado, se la pasaba gran parte descansado, logró escuchar la puerta de entrada abrirse haciéndole fruncir el ceño ya que era aún muy temprano para que fuera Taehyung, sin embargó al no escuchar más sonido, tomó la decisión de levantarse a averiguarlo.

- ay...cachorro cada vez eres más pesado - comentó al aire al mismo tiempo que colocaba una bajo su vientre y con la otra se impulsaba de la cama, suspiro con alivió cuando logró estar de pie.

Avanzando con paso tortuga por el pasillo que daba a la intercesión de la sala con la cocina, frunciendo el ceño al no ver a nadie en la primera, escuchando algunos ruidos en la cocina que lo llevaron a ella con cautela, era un lobo y podría estar haciendo uso de su olfato para saber quién había entrado pero su atención estaba puesta en lo que oía, veía y procurando abrazar su vientre como protección al cachorro que llevaba, siguió adentrándose con cautela hasta que recibió un buen susto de parte de la otra persona que apareció de repente en su campo de visión, jadeando estupefacto con quién era.

- mamá? Como...como entraste? Tu hijo esta embarazado no puedes entrar a mi casa así y no sólo eso, es mi casa! - cuestionó y terminó por regaño a su propia madre, quién rodo los ojos sonriente.

- la casa que tu padre y yo te obsequiamos, crees que no tenemos una copia de la llave? - negó para si misma como si lo dicho fuera muy obvio, a lo que el rubio abrió su boca ofendido pero la cerro al igual que sus ojos y suspiro rendido - comes estas porquerías? - cuestionó alzando en sus manos tapers que sacaba de la nevera, misma que seguía revisando, era comida que su alfa le había hecho con mucho amor y dedicación antes de irse al trabajo.

- Taehyung lo prepara para nosotros, tiene lo que necesito y lo que me gusta, sólo así lo como - explicó algo avergonzado, acariciando su hinchado vientre con una sonrisita al imaginarse a su alfa cocinando para ellos pero misma se borró al ver a su madre dirigirse a una zona específica - no! Mamá! No lo...tires - rogó, siendo tarde porque ella lo tiro a la basura con taper y todo, dejándolo con una sensación triste de que su alfa lo había hecho con cariño pero ahora estaba perdido.

- hice algunas compras y traje algunas vitaminas para tu embarazo, yo las tomaba para fortalecer tu crecimiento, estoy segura que te servirán también - dijo mientras sacaba de la bolsa sobre la mesa algo de carnes, verduras y demás con carbohidratos, guardándolas en la nevera sin cuestionar, dándole en la mano los frascos de pastillas.

- mamá yo no creo que...- comenzó a decir, apretando con fuerza los frascos en sus manos y tuvo que contenerse cuando su lobo quería rugirle, dejando las a un lado con molesto, ella seguía deshaciéndose de todo lo que su Taehyung le había dejado e incluso las galletas que le permitía cuando tenía antojos.

¡¿Un Bebé?! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora