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Hoy era un hermoso día a comparación de los previos en donde el frío predominaba, pudiendo escucharse los sonidos de la naturaleza aunque algo callados por la gran ciudad pero aún así se oían pequeños cantos de aves junto al suave viento soplar de vez en cuando, el sol brillando intenso sin ninguna nube que lo tapara y ni siquiera podía privarse de colarse entre las blancas cortinas de una dulce pareja, alfa y omega se encontraba aún entre sueños mientras que se abrazaban compartiendo un sutil calor, la presencia del otro permitiéndoles descansar cómodos y seguros, aunque una molesta e irritante alarma hizo despertar al alfa, quien levanto su cabeza manteniendo un ceño fruncido y los ojos entrecerrados, todavía algo dormido intentado desifrar que era ese sonido, hasta que vio su celular encendido en la mesita de noche, no tardando en apagarlo a la vez que soltaba un gruñido por lo bajo en protesta.

Pero cualquier molestia se vio deshecha cuando el cuerpo que estaba pegado al suyo se removió apartando sin querer un poco de sus sabanas, su omega estaba aún durmiendo de lado dándole la espalda aunque esta misma estaba pegada a su pecho, al igual que el resto de su cuerpo como si tuviera un imán y cuando se movió para apagar la alarma sin querer se había apartado un poco, algo que provocó disconformidad en su omega que buscó más de su calor volviéndose a pegar.

Taehyung sonrió enternecido y lo rodeó con sus brazos por el torso, llevando la nariz a su cuello, el mismo que por instinto incluso entre sueños le dejó más espacio, sus manos se metieron bajo su camisa algo desabotonada que dejaba su torso y algo de su pecho al descubierto, bajando su mano al vientre al momento en que sintió el aroma de la presencia de su cachorro, colocándola justo en la curva de su abdomen bajo que se encontraba más inchado y sobre todo endurecido, estaba a solo una semana y media para cumplir el primer mes, aún su panza de embarazo era muy pequeña, casi inexistente, pero aún así podría ocultarse perfectamente bajo la ropa que usaba día a día, cuando no llevaba se notaba la inchazon.

- mh! alfa, me haces cosquillas - su voz sonó algo ronca en tono de protesta a pesar de que tenía una pequeña sonrisa en los labios ante los mimos de su alfa.

El pelinegro no respondió y siguió en lo suyo dejando besos detrás de su oreja, paseando su nariz entre su cuello y hombro, pegando sus labios a la marca que los unía mientras que su mano seguía en su abdomen dándole caricias con su pulgar, solo deteniéndose cuando Jungkook abrió por fin sus ojos luego de que besara castamente sus labios, su omega se volteo hasta quedar boca arriba y paso sus ante brazos por sobre sus hombros para rodear su cuello, así atraerlo en un dulce beso, sonriendo sobre sus labios cuando su pulgar se presionó en su abdomen haciéndole recién darse cuenta donde se mantuvo su mano en todo momento.

El alfa se mantenía de lado sosteniendo su peso sobre su brazo aún en la cama a un lado de su cuerpo, inclinandose un poco sobre su omega pero sin dejar ir todo su peso sobre este, procurando no aplastarle y mucho menos a su vientre, el cual no podía dejar de tocar desde que se enteró que su cachorro ahí habitaba, no podía sentirlo de la misma forma que Jungkook lo haría así que estando cerca de este podía hacerlo, era su tesoro.

- buenos días, mi omega - habló con esa voz naturalmente grave pero que en las mañanas eran incluso más ronca, sonrió moridiendose el labio ante una mirada oscura de su alfa antes de verlo bajar por su cuerpo, sus labios tocando sutilmente las zonas expuestas de su piel hasta llegar a su vientre - hola a ti también, tesoro - le habló sobre su piel, dándole un escalofrío por su respiración caliente, llevando sus manos a los cabellos oscuros para acariciarlos.

- sabes que aún es muy pronto para que pueda escucharte - dijo bajito, casi que no queriendo interrumpir la pequeña conversación de su alfa con su cachorro.

- shh no lo escuches, solo quiere separarnos mi tesoro - le volvió a hablar, soltando una risita cuando recibió un golpe en la cabeza por parte del omega, quien le observaba con el ceño fruncido pero poco le importa ya que pocos segundos después estaba gateando por sobre su cuerpo hasta llegar a su rostro.

¡¿Un Bebé?! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora