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Transcurrió una larga, quizás interminable, semana desde el nacimiento de Gyeong y el inicio del coma de Jungkook, quien desgraciadamente aún no despertaba, aunque había demostrado mejoría en los últimos días, ahora respiraba por si mismo y sus signos vitales eran normales, aún así seguía siendo algo impredecible lo que sucedería luego pero las posibilidades crecían, esa semana se mantuvo los primeros cuatro días ahí, viviendo a base de cafés y maquinas expendedoras, durmiendo en el incómodo sofá pero aferrado a su mano deseando obtener alguna señal de que seguía ahí, sin embargó sus padres lo enviaron a casa en el quinto, ordenándole ducharse, comer algo que se pusiera considerar buena comida y descansar correctamente en su cama, convenciéndolo de la única forma con que su omega no podía verlo con ese aspecto tan demacrado, aún así pensó que no le importaba lucir mal, solo quería que despertará, esa noche fue quizás la peor porque la casa se sentía vacía en su ausencia y la noche muy fría, con lágrimas en sus ojos aferrado con su vida a una prenda de Jungkook, cayendo dormido por el exceso de cansancio.

Gyeong ya fue visto por su familia como también por los señores Jeon e igualmente sus amistades, solo se lo presentó de lejos, a través de un vidrio y sin contacto, ya que aparte de negarse a dejarlo que lo carguen otros que no fuera su omega primero, los cachorros en las primeras semanas es cuando reconocen el aroma de sus padres debido a ello no era recomendable que estuviera cerca de otros omegas o alfas, aquello podría llegar a confundirlo de sus verdaderos progenitores, Jungkook debía cargarlo primero y dejarle reconocerlo como su padre omega.

La siguiente semana repitió su rutina de permanecer algunos días en el hospital y uno de ellos regresar a casa para descansar, se seguía sintiendo preocupado durmiendo lejos de su omega, no teniéndolo cerca para saber de su estado, agradecía que sus amigos iban cuando no estaba y le respondían sus ansiosos mensajes a pesar de que sabía lo pesado que estaba volviéndose lidiar con él.

Justo ahora se encontraba en el gran grupo que ambas amistades formaron, estando en la cafetería del Hospital ya que debieron salir de la habitación tras estarle haciendo un chequeo completo a Jungkook y no podían estar presentes, su mirada se mantenía perdida en la entrada, soñando con verlo cruzarla en cualquier momento pero era inútil, eso no pasaría, Namjoon a su lado se dio cuenta de su mirada y preocupado les llamó la atención a los demás que estaban muy ensimismados en su conversación que no se dieron cuenta que no decía nada desde hace rato.

- come algo, Taehyung - le insistió, empujando dos tostados de queso que seguían aún calientes pero este no lo aceptó y lo apartó con amabilidad, sonriéndoles con amargura - no te preocupes tanto, Jungkookie ya está mejor y seguro despierta pronto - dijo Jimin, llevando su mano sobre la ajena y darle un cariñoso apretón, lanzando una mirada a los demás para que afirmaran lo que decía, a lo que el alfa apretó sus labios sabiendo que intentaban animarlo.

- lo se, pero no puedo evitarlo, aún...no pudo sentir nuestro lazo y eso me tiene inquieto - murmuro lo suficientemente alto para que los demás le escucharán, suspirando con pesar y es que no sabía cuanto más podía estar así, su lobo estaba angustiado por la falta de su omega, tenía que pudiera también perderlo.

- tal vez porque su lobo sigue recuperándose, cuando menos te des cuenta volverás a sentirlo - le dijo esta vez Namjoon, dándole un amistoso apretón al hombro y regalándole una de esas encantadoras sonrisas con hoyuelos marcados.

- quieres que nos quedemos hoy? Puedes ir a casa a descansar - sugirió Hoseok igualmente preocupado y los demás estuvieron de acuerdo con su idea pero negó una vez más.

- no, hoy quiero quedarme - le devolvió el toque a Jimin con la mirada puesta en el alfa, agradeciendo la compañía que le hacían y miro a los demás antes de ponerse de pie dispuesto a irse aunque Jin le detuvo al hablarle.

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