Jueves 28 de noviembre
La carta de Caroline fue escrita y enviada esta mañana, poco antes de partir hacia Londres.
-Oí la cosa más demente anoche en Meryton- dijo Mr Hurst mientras el coche traqueteaba por el camino a Londres. No presté mucha atención, pero mientras continuaba lo fui atendiendo más.
-La muchacha Bennet – ¿cuál es su nombre?.
-Jane-, ayudó Louisa.
-No, no ella, la otra. La de las enaguas.
-Ah, quieres decir Elizabeth.
-Esa misma. Ha recibido una oferta del clérigo.
-¿Una oferta? ¿Del clérigo? ¿Qué quieres decir?- preguntaron Caroline y Louisa al mismo tiempo.
-Una oferta de casamiento. Collins. Ese era su nombre.
-¡Mr Collins! ¡Qué delicioso!- dijo Louisa.
-Parece que Mr Collins es otro admirador de sus hermosos ojos- dijo Caroline, mirándome sarcásticamente. -Creo que se llevarán bien juntos. Una es toda impertinencia, y el otro es todo un imbécil.
Yo no sabía, hasta que oí esto, cuán lejos habían llegado mis sentimientos. La idea de que Elizabeth se casara con Mr Collins fue mortificante, y penoso en una manera que no imaginaba. Rápidamente me recuperé. Hurst debe estar equivocado. Ella no podía rebajarse tanto. Estar unido a ese payaso por el resto de su vida....
-Usted debe estar equivocado- dije.
-Para nada- dijo Hurst. -Lo oí de Denny.
-No es una mala unión-, dijo Louisa, considerando. -De hecho, es una buena. Son cinco hijas, solteras, y su estancia está vinculada, creo.
-Vinculada a Collins- dijo Mr Hurst.
-Mejor aún- dijo Louisa. -Miss Eliza Bennet no tendrá que dejar su hogar, y sus hermanas tendrán un lugar donde vivir cuando su padre muera.
-Y también su madre- dijo Caroline alegremente. -Qué encantador estar confinada a la señora Bennet por el resto de su vida...
-Pero me pregunto por qué no pidió a Jane- dijo Louisa.
-¿Jane?- preguntó Caroline.
-Sí. Es la mayor.
Caroline me miró. Supe lo que estaba pensando. Mr Collin no pidió a Jane, porque la señora Bennet le habría dejado creer que Jane iba a casarse pronto con Bingley.
-Me atrevo a decir, que con la estancia vinculada, él pensó que tendría su oportunidad- dijo Caroline. -Los padres de Miss Eliza Bennet deben estarle agradecidos, aunque no estoy segura que ella sea la esposa apropiada para un clérigo. ¿Qué opina Usted, Mr Darcy?.
No dije nada, por miedo a decir algo que podía lamentar. No puedo permitirme admirar a Elizabeth, entonces, ¿qué importa si otro hombre lo hace? Pero aun así apreté las manos y bajando la vista, percibí que mis nudillos estaban blancos. Ella me miró, esperando mi respuesta, sin embargo, y al final dije, más para satisfacer mis propios sentimientos que los de ella: -Puede venir de la nada. Denny podría estar equivocado.
-No veo cómo- dijo Caroline. -Es íntimo de Lydia. Sabe todo lo que ocurre en esa casa me atrevo a decir.
-Lydia es una niña, y puede estar en un error- me escuché diciendo.
-Denny no lo escuchó de Lydia- dijo Mr Hurst. -Lo escuchó de su tía. La tía vive en Meryton. Se lo contó a Denny ella misma. La casa entera estaba hecha un tumulto, dijo. Primero Mr Collins se ofrece a Elizabeth, luego Elizabeth le dice que no lo acepta.
-¿Que no lo acepta?
Escuché la esperanza de mi voz.
-Lo rechazó. La madre está histérica. El padre de su lado- dijo Mr Hurst. ¡Dios bendiga a Mr Bennet! Pensé, preparado para perdonarle todas las demás instancias de negligencia.
-Si ella no cambia de opinión y lo acepta, él irá por la muchacha Lucas- dijo Mr Hurst.
-¿Cómo lo sabe?- preguntó Caroline sorprendida.
-La tía lo dijo. "Si Lizzy no es rápida, Charlotte lo aceptará”, dijo. -Él tiene que casarse, su patrona se lo dijo, y una muchacha es tan buena como otra al fin.
Respiré de nuevo. Sólo cuando lo hice me dí cuenta cuán profundamente me sentía atraído por Elizabeth. Es bueno que nos vayamos a Londres. He salvado a Bingley de una unión imprudente, no puedo hacer menos por mí mismo. Una vez lejos del vecindario de Elizabeth, dejaré de pensar en ella. Entraré en conversaciones racionales con mujeres racionales, y no pensaré más en su mente ágil. Llegamos a Londres con buen tiempo. Bingley estaba sorprendido de vernos.
-No quisimos dejarte aquí solo, y que tuvieras que pasar las horas en un hotel incómodo-dijo Caroline.
-¡Pero mis negocios sólo me tomarán unos días!- dijo él en sorpresa.
-Espero que no te vayas antes de ver a Georgiana- dije.-Sé que le gustaría verte.
-Querida Georgiana- dijo Caroline. -Dí que podemos estar en la ciudad por una semana, Charles.
-No veo por qué no podemos quedarnos una día o dos más- concedió. -Me gustaría ver a Georgiana también. Dime, Darcy, ¿ha crecido mucho?.
-No la reconocerías- dije. -Ya no es una niña. Está convirtiéndose en una mujer.
-¿Pero aún es joven para disfrutar las Navidades?- preguntó Caroline. Sonreí. -Eso creo, Ustedes deben quedarse y celebrar con nosotros.
-No nos quedaremos tanto tiempo- dijo Bingley.
-Qué, ¿y perdernos las Navidades con Darcy y Georgiana?- preguntó Caroline.
-Pero prometí cenar con los Bennets- dijo. -la señora Bennet me lo pidió particularmente, y de la manera más amable.
-¿Vas a abandonar a tus viejos amigos por los nuevos?- protestó Caroline. - La señora Bennet dijo que podías cenar con su familia en cualquier momento. Yo misma la escuché. Los Bennets aún estarán allí después de Navidad.
Bingley parecía dudar, pero luego dijo: -Muy bien. Nos quedaremos en la ciudad para Navidad- Comenzó a verse más animado. -Me atrevo a decir que será divertido. Siempre es mejor celebrar Navidad cuando hay niños en la casa. Esto no fue un buen auguro para sus sentimientos hacia Georgiana, pero me conforté con el hecho de que no la ha visto en mucho tiempo, y pienso que ella debe haberse visto como una niña la última vez que se vieron, ahora claramente se estaba convirtiendo en una joven.
-Y luego de Navidad, iremos al condado de Hertford para Año Nuevo- Dijo -Le escribiré a Miss Bennet y le diré de nuestros planes.
-No hay necesidad de ello- dijo Caroline. -Yo le escribiré hoy. Se lo diré yo misma.
-Envíale mis mejores deseos- dijo Bingley.
-Lo haré.
-Y dile que estaré en el condado de Hertford en enero-
-Me aseguraré de hacerlo.
-Envíale saludos a su familia de mi parte.
-Por supuesto.
Habría continuado, pero interrumpí con un: -Entonces está decidido- Caroline dejó la sala para ir a escribir la carta. Louisa y su esposo se fueron, también, y Bingley y yo nos quedamos solos.
-Estaré ansioso por Navidad, y más aún por Año Nuevo- dijo Bingley.
-Te gusta Miss Bennet- observé.
-Nunca conocí a una muchacha que me gustara ni la mitad- Me senté, y Bingley se sentó frente a mí.
-Aún así no estoy seguro de que sea una buena esposa para ti- dije pensativamente.
-¿Qué quieres decir?- preguntó, sorprendido.
-Sus bajas conexiones –
-¡No pretendo casarme con sus conexiones!-dijo Bingley riendo.
-Un tío procurador, otro que vive en Cheapside. No pueden aportar nada a tu jerarquía y, al final, la disminuyen.
La sonrisa de Bingley disminuyó.
-No puedo ver en qué importa. ¿Que jerarquía necesito yo?.
-Todos los caballeros necesitan jerarquía. Y están sus hermanas.
-Mis Elizabeth es una muchacha encantadora.
Me golpeó en mi punto débil, pero estaba firme y me recobré.
-Sus hermanas son, la mayoría, ignorantes y vulgares. La menor es una coqueta empedernida.
-No tendremos la necesidad de verlas- dijo Bingley.
-Mi querido Bingley, no puedes vivir en Netherfield y no verlas. Estarán siempre con ustedes. Y también su madre.
-Entonces no viviremos en Netherfield. No he comprado la estancia. Sólo es alquilada. Nos estableceremos en cualquier lugar.
-¿Pero Jane lo consentirá?- Hizo un gesto sombrío.
-Si ella siente un afecto fuerte hacia ti, tal vez pueda persuadirse de dejar su vecindario- dije.
-¿Tú piensas que no lo siente?- preguntó Bingley desconcertado.
-Es una muchacha amable, pero no muestra más placer en tu compañía que en la de otros hombres.
Se mordió los labios.
-Yo pensé... ella parecía complacida de hablar conmigo... parecía complacida de bailar conmigo... también pensé que se veía más complacida conmigo que con cualquier otro hombre. Cuando bailamos juntos –
-Bailaron dos veces en cada baile, y ella bailó dos veces con otros hombres.
-Es cierto- admitió -pero pensé que era sólo porque sería rudo rehusar.
-Tal vez habría sido rudo para ella el rechazarte a ti.
-¿Piensas que sólo bailó conmigo para ser cortés?- preguntó con consternación.
-No diría tanto. Creo que ella disfrutó bailar contigo, y hablar contigo, y coquetear contigo. Pero creo que no lo disfrutó más que con otros hombres, y ahora que tú no
estás en el condado de Hertford...
-Debo volver- dijo, parándose. -Lo sabía.
-Pero si ella es indiferente, sólo te causarás pena.
-Si es indiferente. Tú no sabes si lo es.
-No, no lo sé, pero la observé muy de cerca, y no pude ver ningún signo de afecto particular.
-¿La observaste?- preguntó con sorpresa.
-Tu parcialidad comenzó a llamar la atención. Otros
además de mí lo notaron. Si hubieras ido más lejos, te habrías visto obligado a hacerle una propuesta.
-Me habría gustado hacerle una propuesta- me corrigió, luego vaciló la. -¿Piensas que habría aceptado?.
-Por supuesto. Habría sido una buena unión para ella. Tú tienes un ingreso considerable, y una linda casa. Se habría establecido cerca de su familia. No hay razones para que terechace. ¿Pero te gustaría casarte por esas razones?
Se veía confuso.
-Más me gustaría casarme por mí mismo- concedió.
-Y lo harás, algún día.
Se sentó de nuevo.
-Ella era demasiado buena para mí- dijo taciturno.
-No creo eso, pero si sus afectos no están comprometidos, ¿cuál es el punto de casarse? Conocerás a otra muchacha, tan dulce como Miss Bennet, pero una que responda a tus sentimientos en igual medida. Londres está lleno de damas.
-Pero yo no tengo interés en otras jóvenes.
-Con el tiempo, lo tendrás.
Bingley no dijo nada, pero yo estaba tranquilo. Él la olvidará antes de que termine el invierno.
Estoy complacido de que haya expresado su deseo de ver a Georgiana de nuevo. La conoce desde hace mucho más que a Miss Bennet, y no se puede esperar que una nueva conocida ocupe el mismo lugar en sus afectos que una vieja, particularmente cuando vea cuánto ha crecido Georgiana. La unión sería bienvenida por ambos lados, y me congratulo de que sería una unión feliz.

ESTÁS LEYENDO
El diario de Mr. Darcy
RomanceBasada en la obra maestra de Jane Austen, Orgullo y Prejuicio (Pride and Prejudice), el Diario del Sr. Darcy nos narra la historia original de Jane Austen desde el punto de vista del Sr. Darcy, presentándolo como entradas de su diario personal. Aman...