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Martes 7 de Octubre

Me encontré con Caroline en el desayuno, y estaba complacido por la forma en que ella se comportaba, educadamente.
-Me he enterado de que debo felicitarle,- comentó.

-Si, me voy a casar.

-Estoy encantada- dijo ella. -Ya era tiempo de que tomarás a una esposa. ¿Quién hubiera pensada que cuando venimos a Netherfield el años pasado, ambos, usted y Charles encontrarían amor verdadero!.

Ignoré su tono irónico. -Tal vez algún día sea usted tan afortunada como yo.

-No creo que me vaya a casar nunca- declaró. -No tengo ningún deseo de dejar a nadie controlarme. ¿Cuándo será la boda?

-Pronto.

-Entonces debo de ver a mi modista. Dos bodas en tan poco tiempo requerirán de una planeación cuidadosa.

-Oh, sí- dijo Louisa. -Debemos de tener algo nuevo. Después del desayuno, Bingley yo nos dirigimos a Longbourn.

-Caroline se porto muy educada,- le dije. -Creo que tomo bien las noticias.
-No fue tan educada cuando se lo dije,- comentó Bingley. -pero le recordé que si no era cortés contigo se vería excluida de Pemberley.

Llegamos. La señora Bennet estaba llena de sonrisas mientras saludaba a Bingley, y llena de gestos al saludarme. ¿Cómo reaccionará cuando sepa que estoy por ser su yerno? Bingley miró a Elizabeth cálidamente, así que estoy seguro que ella adivinaba que ya se lo había contado, cuando él dij

-Señora Bennet, ¿No tendrá otros caminos por aquí en los que Lizzy pueda perderse nuevamente?-  la señora  Bennet estaba lista para aceptar su sugerencia, ansiosa por permitirle un poco de privacidad con Jane. Ella sugirió que camináramos hacia el monte Oakham, Bingley, en un tono brillante, dijo que estaba seguro de que sería demasiado para Kitty, y Kitty concordó que preferia quedarse en casa. ¡Es un gran cambio el tener a Bingley ordenando mi vida por mí! Pero no podía quejarme, pues unos minutos después ya estaba fuera de la casa, libre de hablar con Elizabeth.

-Debo de pedir el consentimiento de su padre para nuestro matrimonio- comenté, mientras vagábamos por el monte.

-¿Y si él no lo da?- ella preguntó con una amplia sonrisa.
-Entonces tendré que llevármela sin su consentimiento,- dije. -¿Cree que me lo negará?- le pregunté más seriamente.

-No. No le temo a lo que él pueda decir. Por lo menos, no una vez que lo haya conocido mejor, aunque, al principio creo que estará sorprendido. Cuando la carta del señor  Collins llego...

Se detuvo.

La miré inquisitivamente.

-El señor  Collins le escribió, diciéndole que no debía casarme con usted, pues molestaría a Lady Catherine.
-¿ Y qué fue lo que su padre respondió?
-Está muy ocupado disfrutando la ridiculez del asunto como para responder aún.
-Puedo ver que tendré una entrevista difícil con él. ¿Pensará que estoy bromeando cuando le pida por su mano?.
-No creo que se atreva a hacerlo.- Respondió. Ella hablaba alegremente, pero podía notar que estaba preocupada.

-Me esforzaré por conocerlo- dije. - Él y yo nos entenderemos mejor, y me aseguraré de que no se arrepienta de haber dado su consentimiento.

Seguimos caminando.
-Y además está mi madre.
-¿Cree que dejaré de ser ese hombre' en sus ojos?- le pregunté con una sonrisa.

-Ni lo mencione- dijo ella con un escalofrío. -Si supiera cuantas veces me he apenado por ella, o cuantas veces he deseado que se quede callada. Creo que se lo comentaré cuando este sola- prosiguió. - Entonces tendrá la oportunidad de sobre pasar la primera impresión, y posiblemente le hará hablar más racionalmente hacia usted.

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