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-SEPTIEMBRE-

Lunes 1 de Septiembre

Hoy Lydia se casó, y su reputación fue salvada. La mañana comenzó mal. Me reuní con él en sus aposentos a las diez y media y lo encontré a medio vestir.

-¿Qué significa esto? - le pregunté -Tienes que estar en la iglesia en media hora.
Se sirvió una copa y se la tomó de un sorbo. -Solo nos tomará diez minutos el llegar a la iglesia. Hay suficiente tiempo.

-Si llegas después de la hora, no será posible que te cases hoy- le dije.
-Sabes, Darcy, si me hubieras dado el sustento que quería cuando te lo pedi, todas estas displicencias nunca hubieran pasado.

No le respondí.

-Me hubiera quedado mejor el casar a otras personas en lugar de casarme yo mismo. Estoy empezando a creer que no quiero casarme para nada. - comentó,

-Entonces debes encarar a tus acreedores.
-Ah. Eso me gusta mucho menos.

Puso su copa a un lado y recogió su abrigo. Se lo puso y ato su corbata, entonces salió hacia el carruaje que esperaba afuera.

-Esto es como nuestra camaradería de antes- me dijo, mientras nos subíamos al carruaje - Los dos juntos. Siempre pensé que estarías a mi lado en mi boda. Últimamente empezaba a dudarlo, pero ya ves, aquí estamos, amigos otra vez.

-Tú no eres mi amigo- le dije.

Sonrió tentadoramente -Si mis sospechas son ciertas, pronto seremos algo más que amigos. Seremos hermanos- Se reclinó en el respaldo -Que felices hubiera hecho esto a nuestros padres, el saber que seriamos tan cercanos. Íbamos a ser casi hermanos el año pasado... se detuvo, y me tomo todo mi control el no responderle -Pero, bueno, el destino tenía otras ideas. O al menos, tú las tenías. ¿Cómo esta Georgiana?

-Mucho mejor al estar lejos de ti.

-Que pena. No pensé que me olvidaria tan pronto. Aun pensaba que estaba enamorada de mí. Estoy ansioso por verla otra vez, cuando Lydia y yo visitemos Pemberley.
-Eso es algo que nunca harán- le dije con finalidad.

El viaje a St Clement's era corto. La iglesia había sido elegida por estar cerca del lugar en donde se alojaba Wickham, y por que el rector estaba dispuesto a llevar a cabo la ceremonia. El no sabía nada de lo que había sido necesario para lograr este matrimonio, solo que una joven pareja deseaba casarse. El nos recibió con una sonrisa mientras entrabamos a la iglesia y esperábamos a que Lydia llegara.

-Tal vez ella cambio de parecer- dijo Wickham -No puedes culparme. A pesar de esto tienes que pagar mis deudas.

-Ella estará aquí. Su tía y su tío se aseguraran de ello. En ese momento Lydia entró en la iglesia. Miró hacia el altar y explotó en un ataque de efusividad cuando vio que Wickham ya había llegado. Su tía y su tío le hicieron recordar dónde estaba, y caminaron con ella hacia el altar.

-Estaré más que agradecido cuando todo esto terminé- me dijo el señor Gardiner en voz baja.
-Yo igual- dijo su esposa-Traté de hacerla comprender las preocupaciones y temores que le había causado a sus padres, la desgracia que podría haber traido a su familia y lagratitud que le debía a aquellos que la habían rescatado de la ruina, pero sin ningún resultado. No me prestaba ninguna atención y en su lugar hablaba constantemente de Wickham, con una queja de vez en cuando de tener que estar encerrada en la casa.

La ceremonia inicio, y la boda que había tomado tanto tiempo en lograr fue rápidamente consumida.

-Espero que agradezcas a Mr Darcy por todo lo que ha hecho- le dijo la Señora Gardiner a Lydia cuando todo había terminado.
-Señora Wickham. ¡Qué bien suena! - dijo Lydia, ignorando a su tía y mirando al anillo en su dedo.
Algunos curiosos habían entrado a la iglesia, y Lydia les mostro el anillo, diciéndoles que debían felicitarla y ser los primeros en llamarla por su nuevo nombre.

-Cuanta envidia me tendrán mis hermanas- dijo, mientras dejábamos la iglesia-Ninguna de ellas está casada, y eso que todas son más grandes que yo. Me avergonzaria el tener más de veinte y no estar casada aun. Jane se está volviendo rápidamente en una solterona. Ella tendrá que cederme su lugar en la mesa, pues ahora soy una mujer casada. ¡Qué divertido será! 'Jane' diré. 'Ahora yo tomo tu lugar, y debes de ir abajo, porque soy una mujer casada.

El señor y la señora Gardiner intercambiaron miradas.

-Todos estarán tan celosos de mí y mi guapísimo esposo. Estaba tan preocupada esta mañana, cuando llegamos a la iglesia. Me temía que estuviera de negro, pero mi felicidad fue completa cuando vi que había elegido su abrigo azul.

Sentí un deje de satisfacción al darme cuenta que Lydia será tan tonta como su madre, y disfrute el saber que Wickham seria, después de todo, castigado por sus maldades, porque tendría que vivir con ella por el resto de su vida.

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