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Lunes 22 de Diciembre

Fue un día lluvioso ayer. Después de la cena, Lady Catherine se retiró temprano. Kitty y Lydia estaban ocupadas en adornar un bonete, y la señora Bennet estaba diciéndole a Kitty que cuando se casara debía asegurarse de tener una casa tan bella como Pemberley. El señor Gardiner y el señor Bennet estaban jugando ajedrez, mientras la señora Gardiner miraba un libro de grabados.

-¿A alguien le gustaría una partida de billar?-preguntó el Coronel Fitzwilliam.
-Darcy jugará con usted, y yo observare-dijo Elizabeth. -Anne, ¿nos acompañaría?

Anne aceptó, y los cuatros nos dirigimos a la sala de billar. Apenas habíamos entrado, cuando Elizabeth se excusó debido a una jaqueca, y me pidió que la ayudara a volver a la sala de estar. Al cerrarse la puerta de la sala de billar tras de nosotros, su jaqueca parecía haber
desaparecido.

-Pensé que Fitzwilliams y Anne estarían mucho mejor sin nosotros- dijo ella. La miré sorprendido. -Él solo necesita un poco de estímulo para darse cuenta de que está enamorado de ella.

-¿Fitwilliam y Anne?.

-Creo que se ven bien. Sus ojos lo siguen siempre que está él en la habitación, y ella apenas puede hablar de otro tema sin mencionarlo de alguna manera. Por su parte, él siempre ha sentido cariño por ella, y sería un casamiento apropiado, así como por amor. Él necesita
casarse con una heredera, y Anne está por heredar Rosings y una considerable fortuna.

Estaba aún más sorprendido.

-¿Cómo sabes que debe casarse con una heredera?
-El me lo dijo.
-¿Cuando hizo eso?
-En Rosings, cuando estábamos todos juntos las Pascuas pasadas. Sospecho que era para ponerme en guardia, y advertirme que no debía de esperar una oferta de su parte.

-¡Qué arrogantes hombres somos! ¡Los dos pensando que deseabas una oferta por nuestra parte!

-Tal vez si deseaba una oferta por parte del Coronel- bromeó.

-Mi amor, te advierto que soy un esposo celoso. Exiliaré a mi primo de Pemberley, si no me dices en este instante que no deseabas una oferta suya,

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-Muy bien, no la deseaba. Pero creo que Anne si la desea.
-Puede que no sea una mala idea- dije. -De hecho, cuanto más lo considero, más me agrada la idea.
-Lady Catherine también, estaría complacida.

-¿Así que los estás alentando para complacer a Lady Catherine?- le pregunte. inocentemente.

-Mr Darcy, se está volviendo tan impertinente como su esposa- bromeo.

-Pero no estoy seguro de que Lady Catherine lo apruebe- dije pensativo.
-No puede poner queja alguna acerca de su linaje.

-Tal vez no, pero es el hijo menor, y empobrecido- le recordé.
-Pero la fortuna de Anne es suficiente para los dos
-Mi primo no tiene propiedades

-Él vivirá en Rosings- respondió.
-Mandando a Lady Catherine a la casa de retiro.

-Mientras que, si te hubieras casado con Anne, ella hubiera sido la señora de Pemberley, y Lady Catherine hubiera seguido siendo la señora de Rosings.- Ambos nos imaginamos como reaccionaría Lady Catherine cuando se enterará que debía trasladarse a la casa de retiro.
-Crees que Anne encuentre el coraje para enfrentarse a su madre?- pregunté.

-Será interesante verlo.

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