𝓐𝓵𝔀𝓪𝔂𝓼 𝓲𝓼 𝓵𝓸𝓿𝓮

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𝑨𝒍𝒍 𝒕𝒉𝒆 𝒕𝒉𝒊𝒏𝒈𝒔 𝒔𝒉𝒆 𝒔𝒂𝒊𝒅, 𝒓𝒖𝒏𝒏𝒊𝒏𝒈 𝒕𝒉𝒓𝒐𝒖𝒈𝒉 𝒎𝒚 𝒉𝒆𝒂𝒅, 𝒓𝒖𝒏𝒏𝒊𝒏𝒈 𝒕𝒉𝒓𝒐𝒖𝒈𝒉 𝒎𝒚 𝒉𝒆𝒂𝒅
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Habían pasado tres semanas desde ese incidente en el cual Alaska terminó herida, nadie sabía que ella tenía anemia, las únicas que lo sabían eran Lizzy y Denisse, Alaska les había rogado para que no contaran nada, diciendo que ella se los contaría en su momento, pasaron tres semanas desde ese entonses.

Lizzy visitaba todos los días a Alaska para asegurarse de que seguía bien, y cuando no podía ir ella mandaba a Enid, la cual se divertía con Alaska.

-Buenos días- saludo Alaska mientras bajaba las escaleras, Michonne y Rick habían salido por provisiones, dejándola a ella sola con Carl y Judith.

-¿Que hay de buenos?- contesto Carl a la defensiva, su actitud contra la chica había empeorado desde la última vez.

La castaña rodó los ojos y sin que el viera le sacó el dedo del medio, se dirigió a la cocina y sacó una caja de cereales y el tarro con leche, para despues caminar hasta el comedor y sentarse frente a el asiento que estaba la pequeña Grimes, estaba era alimentada por su hermano.

《¿Como le hace para ser tan hijo de puta conmigo y tan tierno con los demás, yo quiero aprender eso》penso Alaska.

Comenzo a comer su desayuno, ignorando por completo el hecho de que Denisse le había dicho que debería de comer más sano para poder mejorar su salud y no empeorar la anemia.

Alaska amarró su largo cabello en un desordenado moño alto, algunos mechones sobresaliendo por algunos lados, miro lo que quedaba de su desayuno, la mitad, le dio una ultima mirada y se paró de la mesa.

-¿Que haces?- pregunto Carl al ver como Alaska se iba hacia la cocina, esta se giró y lo miro con burla.

-Mhh, estoy nadando fíjate- dijo con obvio sarcasmo, Carl la fulminó con la mirada, observando su espalda cuando dejaba el tazón en el mesón.

-Se que estas caminado, pero no has terminado de comer- dijo mientras cargaba a su hermana y la dejaba jugando con algunos jugetes, y seguía a la de cabellera casi rubia, esta subió las escaleras.

-No tenia hambre- respondió Alaska.

-¡Solo te comiste la mitad!- se quejo poniéndose frente a la puerta de su habitación para impedir que entrara y lo dejara hablando solo.

-¿Y? Eso no te incumbe Carl- dijo ella estresada.

Carl la miro indignado, no le gustaba que le hablaran así, Alaska entro a su habitación con Carl detrás de ella, no se molesto en tratar de cerrarle la puerta en la cara porque ella sabía que el le ganaba en fuerza.

-No me hables asi- amenazo Carl con voz dura.

Alaska se giró molesta, mirandolo fijamente, le resultaba hipócrita de su parte que el le dijera que debía de comer, cuando el mismo era el que le decía que no desayunara con el en la mesa porque su presencia lo molestaba.

Y aquello a Alaska le dolía, no sabía porque, pero le dolía, como si una estaca le atrevazara el corazón, y aunque ella sabía porque sentía aquello, no iba a admitirlo.

𝐀𝐋𝐀𝐒𝐊𝐀 ᑦᵃʳˡ ᴳʳⁱᵐᵉˢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora