𝓐𝓵𝓪𝓼𝓴𝓪 𝓼𝓽𝓪𝔃 𝔀𝓲𝓽𝓱 𝓶𝓮, 𝓼𝓽𝓪𝔃 𝔀𝓲𝓽𝓱 𝓶𝓮, 𝓹𝓵𝓮𝓪𝓼𝓮

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𝑶𝒏𝒍𝒚 𝒍𝒐𝒗𝒆 𝒄𝒂𝒏 𝒉𝒖𝒓𝒕 𝒍𝒊𝒌𝒆 𝒕𝒉𝒊𝒔
𝒐𝒏𝒍𝒚 𝒍𝒐𝒗𝒆 𝒄𝒂𝒏 𝒉𝒖𝒓𝒕 𝒍𝒊𝒌𝒆 𝒕𝒉𝒊𝒔
𝒚𝒐𝒖𝒓 𝒌𝒊𝒔𝒔𝒆𝒔 𝒃𝒖𝒓𝒏 𝒊𝒏𝒕𝒐 𝒎𝒚 𝒔𝒌𝒊𝒏
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Habían pasado dos días desde que Alaska y Carl habían desaparecido, había sido un horror para todos la falta de los dos jóvenes, pero para los dos adolescentes había sido un infierno.

Danielle los torturaba día y noche, con Carl tenía más compasión y no le hacía tanto daño y tampoco lo hacia tan seguido, pero con Alaska era muy distinto, todos los días la golpeaba, cortaba, torturaba, la pobre chica ya ni siquiera podía defenderse de lo débil que estaba.

-¡Detente Danielle!- grito Carl al ver como la pelinegra golpeaba sin piedad a la pobre joven Jonnes, esta ya nisiquiera se quejaba de los golpes porque le dolía hasta hablar, Danielle paró y lo miro, Carl tenía un labio partido, un rasguño en su mejilla, sus manos estaban morados por los tres días que llevaba amarrado a una silla, luego miro a Alaska, la chica estaba con los ojos rojos de tanto llorar por lo golpes, tenía un labio partido al igual que Carl, un corte al lado de su ceja, las mejillas las tenía moradas y las manos estaban peor que las de Carl, su cabello castaño estaba con sangre.

-¿Porque debería de hacerlo?- pregunto Danielle con simpleza, Carl la miro consternado.

-Ella solo tiene catorce años...- dijo Carl mirando a Danielle, esta rodo los ojos y dejo el bate con el que la estaba golpeando.

[🧟‍♂️🧟‍♀️]

Alaska despertó y vio que estaban solos en la casa, de seguro Denielle estaba en su casa durmiendo, movió sus manos y soltó un pequeño gemido de dolor al sentir el metal rozar contra sus heridas.

-No te muevas, te lastimara y no nesesito que te mueras- dijo la voz de Carl, Alaska lo miro, este tenia un muy mal estado.

-¿Estas bien?- pregunto Alaska, al instante comenzó a toser sangre, Carl la miro alarmado- Si, si, estoy bien, tu respondeme-

Carl no le creia ni una sola palabra, si a el le dolía todo su cuerpo, sabía que ella estaba peor, en especial porque a ninguno de los dos les había dado comida ni agua, llevaban tres días sin comer ni beber algo, se encontraban débiles.

-Si- respondió el chico del parche mientras la miraba, Alaska apesar de tener las muñecas lastimadas y moradas, no paraba de moverse, en una de esos muchos movimientos casi se cae con silla y todo hacia atras- ¡Cuidado! Hay un hacha atrás tuyo-

Alaska frenó sus movimientos y lo miro como si fuera la última comida del mundo.

-¿Un hacha dijiste?- pregunto la joven mientras lo miraba esperanzada y aliviada.

-Si, ¿Porqué?- pregunto confundido, Alaska parecía haber visto un angel.

-¿Que tan lejos estoy?- pregunto la chica agitada mientras se giraba un poco tratando de ver hacia atrás.

-No mucho- dijo Carl, Alaska sonrió y comenzó a empujarse hacia atrás con esfuerzo, le dolía como un infierno sus manos y no hablar del resto de su cuerpo.

-¿Que se supone que haces?- pregunto Carl estresado al ver como Alaska apoyaba el metal contra el hacha y comenzaba a mover sus manos de arriba a bajo- ¡Te vas a cortar genia! Ahg olvídalo, es tu problema-

Alaska empezó a sentir como las cadenas se iban aflojando y casi brinco de la felicidad, entonses sintió que el hacha terminaba de cortar el último pedazo de metal, dejando sus lastimadas manos libres de aquella atadura.

𝐀𝐋𝐀𝐒𝐊𝐀 ᑦᵃʳˡ ᴳʳⁱᵐᵉˢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora