The Lady [Bucky Barnes]

Capitulo 09

『 I will always come back for you 』
siempre volveré por ti

Barnes rasco su frente, ansioso. Su pierna se movia, su pie golpeaba contastenente el suelo. Miró el pasillo hacia su habitación y suspiro.

Desde que llegaron al departamento, la Dama se metio en el cuarto y no había salido.

Nisiquiera para desayunar.

Sus emociones estaban revueltas, sentía su preocupación por la mujer, pero también el dolor y confusión de su Dama. 

—James...

Al escuchar su voz, el hombre levantó la cabeza, Dione tenía el cabello revuelto, su nariz y mejillas estaban rojas y los ojos cristalizados.

—Encanto. — en dos zancadas el soldado estaba frente a la castaña, rodeo su cuerpo.

La mujer sollozo, sus piernas temblaron.  James se fue al suelo cuando la ojiverde cayo, sin soltarla en un solo momento.

Beso su cabeza repetidas veces. Como ella hacia con el cuando tenía una pesadilla.

—Esta bien. Estoy aqui, muñeca. — el soldado se movió levemente, tratando de ver el rostro de la mujer.

—Prométeme que no me vas a dejar. Por favor, Barnes. — la mujer sollozo — No puedo hacerlo sin ti. — el soldado sonrió levemente.

—Jamás. No pienso dejarte jamás. —dejando un beso en su mejilla, el castaño se separo levemente — cuida algo por mi. — sorbiendo su nariz la mujer miró al soldado.

Sus ojos se abrieron con sorpresa, miró al ojiazul y después las medallas en la mano del hombre.

—¿Cuando...?

— cuando sacamos a Steve del agua, el las tenía.

—Buchanan...

— Esto es parte de mi pasado, de mi humanidad. Llévalo contigo. Por qué a donde vallas, yo iré detrás tuyo.

La mujer negó, limpiando sus lágrimas.

— Siendo el soldado, siendo simplemente James. — el castaño acuno con su manos  el rostro de la mujer —siempre volveré por ti. —

Dione sonrió entre lágrimas, acaricio la nuca del hombre, dejando un castro beso en sus labios.

Su primer beso desde que salieron de Hydra.

—Te amo. — murmurro la mujer.

—Te amo,  encanto.

Y era la verdad.

Llevaban toda la vida juntos.

Atesoraban y recordaban cada momento juntos.

Ellos no podían decir te quiero, por que sentían más, mucho más.

Ellos se amaban.

Siendo soldado y dama o siendo simplemente James y Dione.

Estaban dispuestos a todo por el otro.

☆☆☆

Dione miró de reojo al soldado, este meneaba la masa para los panqueques.

—¿Que pasa? Has estado callada— James preguntó, dejando de lado la mezcla.

Habían pasado toda la tarde dormidos, abrazados en el sillón.

Cuando la dama despertó, tenía hambre, después de todo no había comido en todo el día.

—Yo...— la mujer mordió su labio, nerviosa— Yo recuerdo mi nombre. — el soldado abanzo hacia ella, con una gran sonrisa.

—Eso es genial, encanto.

—Soy Dione, Dione Ivanov.

James abrazo la cintura de la mujer.

—Eso es...

—Ruso. Soy rusa.

—Bueno, yo soy neoyorquino. — el hombre se encojio de hombros

—Lo se.

Dione recargo su frente en el pecho del castaño.

—Tenemos que terminar esto. Realmente tengo hambre.

El ojiazul carcajeo. — Vamos Ivanov.