Capitulo 10

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『 mine 』mio

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『 mine 』
mio


Dione estiro sus brazos, escuchando el leve crujir de su espalda.

—¡Dios!— chillo en medio de un bostezo

—Eres tan floja, Ivanov

La castaña levantó la mirada, su boca se seco al ver la imagen que le ofrecía el hombre.

Con una toalla al rededor de su cadera, el pelo húmedo y el torso descubierto.

No importaba cuántas veces viera al hombre, siempre causaba sensaciones como la primera vez.

—¿Ivanov? — Una sonrisa apareció en su rostro

—Es tu nombre. — el soldado se encojio de hombros, se inclino y dejó un beso en los labios de la hermosa castaña

Cuando se separo la mujer pestañeo aturdida.

—Me daré un baño. —balbuceo la mujer.

El soldado asintió con una sonrisa de lado.


☆☆☆

Años atrás...
HYDRA

La Dama suspiro, tomo una venda de los estantes y comenzó a prepararce para el entrenamiento.

—Estas extraña.

Reconoció de inmediato aquella voz.

—Estoy bien soldat.

El castaño se movió hacia ella, tomo su mano y acomodo la venda.

—No estas protegiendo tus nudillos.

—¿Te preocupas por mi? — la mujer sonrió coqueta.

La mirada seria del hombre se centro en ella.

—Fallaste tu objetivo. — la sonrisa desapareció del rostro de la mujer.

—Lo mate.

—No mataste a la pelirroja.

—¿No eras tu el que se acostaba con ella?

El ceño del hombre se frunció, nunca había pasado nada con la pelirroja, no permitía que la mocosa se acercara a el.

Que su Dama pensara aquello no le gustaba.

—Jamás tuve nada con ella. Tu la entrenabas.

La Dama no giro.

—No te estoy reclamando.

—Pero yo te estoy explicando.

La mujer golpeo su rostro, tiro un codazo a su abdomen. El castaño golpeo el tobillo de la ojiverde, haciendo que cayera al suelo.

—Entrenemos.

—No, hasta que me escuches.

El soldado apriciono el cuerpo se su Dama contra el suelo.

—No me intereza la peliroja, nunca lo hizo y nunca lo va a ser.

—Bien. Ya no creo que te acostaste con ella ¿Feliz?

—¿Por qué no la mataste?

—¡Oh por amor a dios! — la mujer rodo los ojos, en un rapido movimiento termino sombre el regazo del hombre— ¿Que importa? Cumplimos nuestra misión — el soldado se enderezó.

—Bien.

Al sentir la mirada del ojiazul, la castaña lo miró.

Tuvo la necesidad de relamer sus labios, una corriente eléctrica paso por su espalda al sentir la mano del hombre.

—¿No querías entrenar?

La Dama se inclino al soldado —No, ya no.

Sus labios chocaron en un apasionado beso, la mujer se aferro a la cadera del hombre cuando este se levantó.

La castaña jadeo al sentir el frío de la pared, los besos del hombre bajaron a su cuello, dejando pequeñas mordidas.

La Dama soltó una risita, tomo la nuca del hombre, besando su labios con fuerza.

—mio. — la Dama murmuro contra sus labios

La mano de metal la sujeto del muslo, mientras la de carne tomaba un costado de su cuello.

Una luz roja se encendió en la habitación.

El soldado gruñó separándose de la mujer, esta rio arreglando su apariencia, a los minutos apareció un agente.

— Soldado. — el hombre miró al castaño, como siempre. Serio e imponente. — Dama. — Siendo cubierta por el gran cuerpo del hombre con brazo de metal, la castaña rodo los ojos.

—Tienen una mision.



The Lady [Bucky Barnes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora