The Lady [Bucky Barnes]

Capitulo 20

『 the last war 』
La última guerra

En realidad, la cita tuvo que esperar mucho tiempo.

Dione y Barnes fueron criogenizados al mismo tiempo, recordando, reviviendo recuerdos.

El tiempo paso, lo primero que vio la rusa al despertar fue al soldado a su lado, mirando a su alrededor con desconfianza.

Shuri. La princesa que Wakanda, les explicó todo.

La pareja, apesar de seguir viendo sobre su hombro, estaban tranquilos, no era como Budapest y su pequeño apartamento, pero estaban bien.

Claro que la tranquilidad no duró mucho.

Thanos.

Si le preguntaban a la dama, parecía un jodido chicle masticado color purpura.

Todos lucharon, pero lamentablemente perdieron.

Thanos chasqueo los dedos.

La mitad del mundo desapareció, y con ellos, la pareja de soldados.

Dione Ivanov y James Barnes, fueron parte de aquella población que desapareció.

A Steve le parecía increíble como incluso en esta situación, no se separaban.

Pero claro, los héroes no se iban a quedar quietos. Tragieron a todos de vuelta.

Se enfrentaron a una última lucha, en la cual salieron victoriosos.

La muerte, como en cualquier guerra llegó.

Loki.

Nebula.

Vision.

Natasha.

Tony.

Todos héroes.

La muerte de Natasha y Tany afectaron a la Dama. Después de todo, el Stark había sido su amigo antes de su "vida" en Hydra.

Y la pelirroja, aún le dolia su mención, Dione había entrenado a la chica, y aunque lo ocultara, la había salvado muchas veces.

Estaba orgullosa de ella.

De haber podido salir de ese horrible lugar, de seguir luchando.

Y nunca se lo dijo.

☆☆☆

Suspiro tomando con fuerza la mano del castaño.

Steve Rogers.

En su opinión, un hombre valiente, de gran cabello. Dispuesto a luchar por los que ama.

Y ahora era su momento de ser feliz.

El rubio se acercó a ambos, a su lado escucho el suspiro tembloroso de Sam.

—No hagas nada estúpido.

Los neoyorquinos se abrazaron, una sonrisa nostálgica aprecio en el rostro de Bucky

—¿Como podría? El único estúpido eres tu.

Al terminar el abrazo, para sorpresa de los hombres, Rogers rodeo a la mujer en sus brazos.

—Cuídalo...— pidió el rubio.

—Lo haré. — asintio — Buen viaje, cap. — el sonrió.

Camino hacia la plataforma, sentí a James abrazarme a el, acaricie su espalda.

—¿Cuanto tardara?

—Para el, lo que necesite. Para nosotros, segundos.

Y entonces se fue.