Cuarenta y dos.

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Mientras muevo con cuidado la cortina que me mantenía ajeno a lo que pasaba afuera, no podía evitar mirar desde las sombras completamente escondido a la persona que estaba de pie afuera, apoyado en el barandal que separaba la residencia de la calle, fumando despreocupadamente como había sido desde ayer, Namjoon miraba el cielo con una expresión tranquila.

Mi cuerpo tenso empezó a doler, los nervios empezaban a aflorar desde mi pecho sin siquiera poder evitarlo, ahogado en miedo volví a cerrar con cuidado la cortina y me adentré más a fondo en mi casa, respirando con dificultad me senté en el sofá, mi pierna empezó a moverse rápidamente como si de tratara de un movimiento a causa del nerviosismo, mis dedos fueron a parar a mi boca, mordiendo mis uñas, el pánico crecía segundo a segundo.

Había sido así ayer también, llamando ni atención con pequeñas piedritas que fueron lanzadas a mi ventana, después de clases, él había venido a asegurarse que estuviera en mi casa, al mirar hacia afuera lo ví tranquilamente con un cigarro en sus labios mientras una expresión burlona me gritaba sin palabras que buscaba asustarme.

Su mano se balanceo de aquí para allá como un saludo tenebroso, mi corazón se agitó al verlo y aterrado de siquiera dejarlo entrar en casa, me encerré con un miedo que va más allá de lo racional, no salí de casa, incluso cuando le había prometido a mamá que me contactaría todos los días, no tuve al valor para abandonar la comodidad de mi casa, porque incluso así, aunque luego de haberse mostrado ante mí, Namjoon no dejó su lugar en ningún momento, se mantuvo afuera, fumando y tirando piedras dando la sensación de que estaba siendo vigilado por él.

No podía descansar sabiendo que él estaba afuera, no pude dormir en la noche y con frecuencia me levantaba para mirar por la ventana, siendo las dos de la mañana, él aún estaba afuera y pude saber que se alejó solo unos momentos para comprar algo para beber, no puedo estar seguro si en algún momento se marchó, lo más probable es que sí, pero aún así, hoy, siendo ya de tarde, el seguía afuera, vigilandome incesante.

Pensé que era un alivio que Hoseok no hubiese venido, me preguntaba vagamente si tal vez él logró darse cuenta que estaba siendo vigilado por Namjoon o simplemente la suerte no me permitió venir, aún así, aunque tiemble de miedo con solo saber que esa persona está afuera de mi puerta, me sentía aliviado que al menos no quisiera entrar.

Fue así como me dije a mi mismo que todo estaría bien, si ha pasado tanto tiempo afuera sin haber pedido entrar, su intención no era irrumpir aquí, solo con ese pensamiento en mente, me autoconvenci que lo mejor era tratar de distraerme de este miedo y está ansiedad que no hacía más que quitarme el aliento.

Me dediqué a ordenar la casa con un desastre en la cabeza, cociné tratando de pensar en otra cosa, pero fallando en el intento y me di una ducha que fue más rápida de lo normal porque no aguantaba sentirme con la guardia baja o simplemente vulnerable, aún con el miedo vivo de que él quisiera entrar.

Y cuando, con manos temblorosas empecé a prepararme un chocolate caliente, inevitablemente el sonido de la puerta empezó a sonar.

La cuchara con el polvo de chocolate cayó sobre la encimera, mi cuerpo se tensó tanto que dolió, una corriente fría y aterradora se arrastro por mi espalda y mi respiración no encontró un ritmo, mis piernas flaquearon mientras mis manos se aferraron al filo de la encimera, apretando con horror.

De pie tratando de mantener la calma, la puerta fue tocada otra vez.

Colocando una mano en mi pecho, ahogándome por aire, una voz lejana empezó a resonar, temblando, traté de escuchar lo que se decía y en medio de mis fuertes respiraciones, soy capaz de escuchar leves susurros.

«Heterocromía || HopeV»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora