Diecisiete.

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-Estoy buscando a alguien que se llama Hoseok.

Mi voz salió un poco débil y llena de dudas, miré al niño que estaba frente a mí con una pelota de fútbol bastante deteriorada, tenía algunos parches pegados que me daban la idea de que con tanto uso, más de algún agujero hubo ahí, estaba también sucia y muy desinflada, sin embargo, el niño la sostenía fuertemente, como si fuera su pelota favorita.

Una vez que dije en voz alta el nombre de la persona que estaba buscando, el niño abrió sus ojos en grandes, como si el nombre le sonara de alguna parte, una sonrisa con la ausencia de uno de los dientes delanteros fue lo que recibí de su parte.

-¡Hoseok hyung! - Exclamó con entusiasmo mostrándome que efectivamente, el niño conocía a Hoseok- ¡Conozco a hyung! - Inmediatamente el niño me da la espalda, su dedo rápidamente apunta en una dirección donde se vislumbraba un par de casas, dando pequeños saltitos de emoción él me indica- ¡Ahí, ahí! En la casa blanca, ahí vive hyung ¡Vamos!

Sorpresivamente el niño deja caer su pelota y toma mi mano con entusiasmo para llevarme directo a la casa, la forma en la que sus pasos rápidos y llenos de emoción me guiaban al punto en que yo iba casi arrastrando me hicieron sentir curioso, la manera en la que el niño sonrió ante la mención de Hoseok y la emoción que estaba experimentando, me hizo preguntar si tal vez esté pequeño niño que no pasaba los ocho años, tenía una buena relación con el mayor.

Iba un poco nervioso, porque estoy siendo casi arrastrado por el niño hacía la casa de la persona la cual he tomado el valor para visitar de improvisto, no me ha dado tiempo para siquiera prepararme de alguna forma, sobre qué decir, como actuar, como enfrentarlo... Así que, en ese caso, los latidos acelerados de mi corazón se sentían duramente en mis oídos.

Incluso mi rostro empezó a ganar temperatura ante los nervios que no hacían más que aumentar.

Lo vería, de alguna forma... Lograría verlo.

Y cuando me empecé a hacer la idea de que ya no había vuelta atrás y tenía que enfrentarlo y decirle muchas cosas sin miedo ni vacilación... Repentinamente, el pequeño niño se detiene.

-Oh...- Murmura mientras se da la vuelta para mirarme, un puchero se forma en sus labios- Hyung está trabajando con mamá... Lo he olvidado, no está en casa.

El niño suelta mi mano, su brazo cae dramáticamente y se mueve de aquí para allá como un péndulo, baja su cabeza, pero, aunque no puedo mirar sus ojos, sé que está haciendo su puchero aún más pronunciado.

La imagen era tierna, adorable.

-Oh... está bien- Trato de decir, pero, aunque quiero parecer que no es problema, mi voz no puede sonar lo suficientemente convincente, al igual que el pequeño niño, estaba triste de alguna manera- ¿A qué hora regresa?

-Él suele llegar un poco antes que mamá- Dice ahora levantando la cabeza, él me mira fijamente a los ojos por un segundo, sus facciones muestran que está pensando en algo- Cuando el sol está despidiéndose... En ese momento hyung regresa.

Saqué mi móvil de mi bolsillo y miré la hora, iban a ser recién las tres de la tarde, el sol empieza a irse desde la siete... Seguramente él está regresando como a esa hora.

Me quedaban cuatro horas, empecé a pensar un poco, no podía quedarme aquí por cuatro horas, no conocía bien el lugar, pero irme no parecía ser una opción para mí, luego volver sería problemático a altas horas.

Aquello ahora me hacía parecer que tomé decisiones apresuradas, no venía con un plan en mente, simplemente vine porque quería verlo y preguntarle si estaba bien, si necesitaba algo, en cuanto a su retiro de la escuela... Pensé que había sido imprudente en simplemente conseguir su dirección sin permiso y venir aquí solo por propia necesidad.

«Heterocromía || HopeV»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora