Cocinando

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La chica castaña guió a sus nuevas compañeras a la Sala de control de la mansión.

Faty: y bien, chicas, ustedes van a estarme apoyando en vigilar a esos cuatro, a cada una le asignaré a una fusión, el cual deben ver que no se descontrole o que no intente matar a los otros tres.

Las tres chicas nuevas veían la Sala con asombro, y cada una fue a tomar asiento frente a un monitor, esperando indagaciones de la castaña.

Faty: Yuni, tú vas a estar encargada de vigilar a Obsidian, como ya tienes conocimiento de cómo es él, será sencillo para ti.

Yuni: entendido, confía en mí, me encargaré de que no haga destrozos.

Faty: muy bien... —se aleja— Kira, tú estarás a cargo de Honey, es el más...¿cómo decirlo?...estúpido, así que presta especial atención en él, no quiero que los demás se sientan incómodos con él.

Kira: claro, lo vigilaré todo el tiempo.

Faty: y...Nocturna, tú tendrás a tu cargo a Cobalto, es el más calmado de los cuatro, será sencillo, pues él no es como los demás que se enojan con cualquier cosa, o que hace estupideces sin razón.

Nocturna: no te decepcionaré. —sonríe de lado— ¿usted estará a cargo del tipo verde?.

Faty: por el momento si, sigue abierta la vacante para quien quiera vigilarlo. —va y toma asiento frente a un monitor— jmjm, bueno, comencemos con esto... —toma un micrófono, presionando un botón para encenderlo—

Volviendo a la mansión, Cobalto y Honey ya estaban en la cocina, buscando qué podrían preparar para la comida de ese día. De unos altavoces se escuchó la voz de la castaña.

-Chicos, el día de hoy, todos van a hacer la comida, así que les pido que vayan a la cocina, si no lo hacen, tendrán una sanción.

Obsidian: tch, maldición... —va a la cocina—

Cobalto: je, parece que todos vamos a cocinar.

Olivo: —también llega— odio este lugar...

-Bien, en la alacena, puse lo que van a preparar, van a hacer algo sencillo, un arroz con milanesas de pollo empanizada.

Honey: —va y toma aquello— pero...no sabemos cómo hacer esto...

-es un alimento de la tierra, es lógico que no sepan, pero no se preocupen, detrás de la bolsa de arroz están las instrucciones de su preparación.

Cobalto: —toma la bolsa de arroz y lee las instrucciones— mm...no se ve tan difícil...vengan chicos, hay que...poner a lavar una taza de arroz...

Honey: ¿qué?, ¿existen las tazas hechas de arroz?.

Olivo: —suspira pesadamente— si, Honey, existen, de hecho tengo cinco en mi habitación... —decía con un tono sarcástico—

Honey: ohh, no sabía, pues iré por ellas!. —iba a salir de la cocina—

Olivo: hijo de... —lo toma de la trenza y lo jala de regreso— ¡si que eres imbécil!, ¡obviamente no existen las tazas hechas de arroz!.

Honey: ¡pues es tu culpa por decir que tenías cinco!. —le da un empujón—

Ante eso, Olivo se molestó demasiado, tomó la bolsa del arroz y comenzó a golpear a Honey con ella.

Olivo: ¡ni se te ocurra volverme a empujar!, ¡maldito defectuoso de mier...

De pronto la cocina se inundó por un humo blanco bastante potente, cosa que hizo que todos se sobre salten y tosieran al inhalar ese humo.

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