Capítulo 5

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Mi corazón palpita fuerte dentro de mi pecho mientras observo a mi hermana con mi teléfono celular en las manos. Mi mente pensando en si en realidad habré pasado el examen y obtenido la beca que me abriría las puertas para ir a aquella prestigiosa universidad; o si solo me quedaría toda la vida trabajando en "Chicken Wings".

—¡Estella, dime ya! —Subo el tono de mi voz. Mis ojos clavados en ella.

—¡Te aceptaron, imbécil! —Grita con una sonrisa en los labios. —¡Y además obtuviste la beca! —Comienza a saltar como loca frente a mí. Yo inmediatamente me paro de la cama con una sonrisa de lado a lado en el rostro entretanto siento como mi pecho se aprieta al escuchar aquello. —¡Felicidades hermano! —Se me lanza encima y me abraza haciendo pequeños chirridos. Sus brazos rodeados firmemente sobre mis hombros y enlazados en la parte posterior de mi cuello.

Después de algunos segundos Estella da dos pasos hacia atrás y me observa con una expresión de alegría en el rostro.

—¡No lo puedo creer! —Dice con emoción. —¡Irás a la universidad, Ethan! —Toma mis manos entre las suyas.

—¿Acaso dudabas de mí? —Sonrío de medio lado con una ceja alzada. Ella suelta su agarre y me pega un puño en el pecho. Yo rechisto entre risitas llevando mi mano al lugar del golpe.

—Jamás dudé de ti Ethan. Por ello te apoyo siempre en todo, idiota. —Ríe por lo bajo.

Ambos nos quedamos callados por algunos momentos, pensando.

—Ahora te mudarás, ¿no es cierto? —La expresión de felicidad en su rostro se desvanece de poco a poco. Yo asiento.

—Sí. La universitaria está a unas cuatro o cinco horas, es imposible viajar dos veces diario hasta allá. Además, la beca me paga el apartamento, por lo que no me tengo que preocupar tampoco de esa parte. —La observo, ella hace una mueca con la boca.

—La tía se pondrá un poco triste, pero, sé que al menos vendrás a vernos en las vacaciones de verano y cuando estés libre. —Se encoge de hombros.

—Yo no vengo a verte. —Sube la mirada y frunce el ceño casi instantáneamente. —Tú eres muy fastidiosa. —Río por lo bajo. Ella vuelve y me pega otro puñetazo.

—¡Estúpido! —Refunfuña.

—Tranquila, solo estoy relajando. —Ella bufa.

—¿Cuándo te vas? —Coloca los pepinillos sobre la mesita de noche a un costado de su cama. Aquella mascarilla verde aún en su rostro. Ésta extiende su mano y me regresa mi teléfono celular.

Miro el email aún abierto en la pantalla, la palabra "Felicidades por su admisión y su beca" enmarcadas en negrillas al principio de este.

—Aquí dice que las clases comienzan la semana entrante. Pero que la orientación y la asignación de habitación supuestamente es... —Continúo leyendo. —Dentro de dos días. —Alzo la mirada, impactado. No pensaba que me tendría que marchar tan pronto.

—Pero... —Tartamudea. —Es muy pronto. —Hace cucharillas con la boca. Yo me le acerco y le coloco mis manos delicadamente sobre sus hombros.

—Estarás bien. —Le sonrío levemente. —Te quedarás con Patty. Además, podrás llamarme por FaceTime cada vez que quieras... excepto cuando éste en clases, por supuesto.

Todos Son Culpables ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora