Capítulo 18

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Algunas horas habían pasado desde aquel encuentro entre Bett, Lary y Kale, y puedo decir que todo ya estaba más tranquilo. A Kale no se le había visto desde entonces, mucho menos a Mady. En cuanto a Bett, ésta estaba más tranquila, parece que la charla que tuvo con Laura, la cual duró por alrededor de una hora, había funcionado. Lary le hablaba a a la chica de vez en cuando, parece que por alguna extraña razón este suceso de alguna forma los había unido aún más... aunque creo que ese era el propósito de todo esto. Pero ese solo soy yo y mis teorías conspiradoras.

Ahora mismo, todos menos Kale y Mady, claro está, estábamos en la cocina sirviéndonos del pollo con arroz y garbanzos que hizo Bett hace un rato. Laura le había dicho que ella cocinaría, pero la chica insistió en que quería despejarse la mente con las artes culinarias... aunque ella ni tan siquiera supiera cocinar.

Con mi plato de lo que parece pollo al carbón y arroz con el que podía matar a mi abuela de un golpe si estuviera viva, me siento a la mesa a un lado de Mayson; Laura y Bett sentadas una al lado de la otra, Lary llegando a penas con su plato.

—Huele muy bien esto, Bett. —Dice Lary mientras se sienta a un lado de Laura. Bett levanta la vista y le mira con una sonrisa en los labios. Claramente estaba mintiendo, la comida no olía bien, mucho menos se veía apetecible.

—Sí, no sé como es que dices que no sabes cocinar. —Ríe por lo bajo Laura entretanto juega con el arroz sobre su plato, un tenedor de metal en su mano.

—Espero les guste. —Sonríe. —Es la primera vez que cocino. —Se encoge de hombros. La expresión en su rostro aún alberga un toque de tristeza.

—Seguramente está muy bien. —Digo tratando de ser cortes y de no herirle los sentimientos. Su mirada y la mía se encuentran y ella esboza una sonrisa.

—Gracias.

Luego de aquellas palabras, todos comenzamos a comer. A la primera que la comida toca mi boca, mis papilas gustativas se activan y siento un fuerte dolor en mi mandíbula... todo estaba demasiado salado.

Tomando con disimulo aquel vaso con agua frente a mí, me trago de un buche aquella comida junto con el agua. Veo a los que están a mi alrededor, estos tratando de que el disgusto no se viera reflejado en sus rostros. Tratando de que la chica no notase lo que en realidad pensábamos de sus alimentos.

—¡Rico! —Dice Mayson con los ojos cristalizados mientras mastica.

—Sí, increíble. —Añade Lary con la voz entrecortada.

—Yo no tengo hambre. —Bett empuja el plato de comida frente a ella hacia adelante. Ella suelta un suspiro entretanto baja la mirada.

, que conveniente...

—Creo que me iré a ver una película o algo. —Toma el plato nuevamente, se para de la silla y camina desganada hasta la cocina. Ahí, todos nos miramos por un momento en silencio.

—Cuando se vaya a la sala nos prepararemos un emparedado. —Dice Laura. Todos asentimos y yo no puedo evitar esbozar una sonrisa ante toda esta locura. Veo como Laura me mira de aquella manera, contenta. Un brillo especial en sus ojos. Yo siento como mi pecho se aprieta.

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Después de que Bett se fuera a la sala de estar y encendiera la televisión como había dicho, todos nos metimos a la cocina con disimulo y nos comimos apresuradamente un emparedado de jamón y queso. Me siento mal por Bett, pero la verdad era que aquello estaba incomible. Si lo hubiéramos consumido estoy muy seguro de que enfermaríamos.

Todos Son Culpables ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora