Capítulo 25

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Me quedo inmóvil viendo el cuerpo sin vida de Lary tendido sobre la cama. Éste boca arriba, sangre en todo el piso y el colchón.

Bett llora muy fuerte en el suelo, sus manos posadas en su rostro.

—¿Qué sucede? —Escucho la voz de Laura tras de mí. Inmediatamente me volteo y le miro.

—¡No entres! —La tomo de los hombros. Pero a juzgar por la expresión en su rostro creo que ya era muy tarde.

—Lary... —Murmuran sus labios entretanto siento como sus pies dejan de sostener el peso de su cuerpo. Yo la agarro con fuerza.

—¿Qué pasa? ¿Cuál es el alboroto? —Mady se asoma y veo como sus ojos se tornan tan grandes como dos lunas llenas al ver aquello. La escucho hacer una arqueada para acto seguido girar sobre su propio eje, correr y vomitar en el pasillo.

Yo me llevo a rastras a Laura fuera de la habitación mientras llora desconsoladamente. Mayson toma a Bett por debajo de los brazos, la alza del suelo y camina junto con ella al pasillo. Entretanto, los gritos de dolor de la chica inundan el silencio del lugar provocando que tu pecho se apriete.

Veo como Kale se asoma por la cornisa con temor y da tres pasos atropellados hacia atrás al ver aquella escena.

—¿Qué le pasó? —Dice Kale viéndonos confundido.

—Lo mataron. —Contesto. Laura abrazada a mi cuerpo. Veo como Mayson me mira serio al ver a Laura conmigo. Pero para ser sinceros en esta ocasión no me importa un carajo.

—Pero, ¿quién pudo haber sido? ¿Acaso, hay alguien más en la cabaña?—Pregunta Mayson. Bett se agarra del brazo de éste mientras aún llora desconsoladamente.

—No hay nadie más. —Contesto frío. —Las puertas y ventanas están congeladas, no hay como entrar. —Kale me mira fijamente sin decir ni una sola palabra.

—¡Tuviste que haber sido tú! —De pronto, Laura despega su cuerpo del mío y señala con el brazo extendido a Kale. —¡Tú fuiste el que lo amenazaste desde que se juntó con Bett! —Su mano temblorosa. Kale da un paso hacia atrás. —¡Tú fuiste quien le puso el cuchillo en la garganta frente a todos en la cocina! —Lágrimas bajando por su rostro.

—¡Yo no hice nada! —El chico nos mira. Pero a este punto creo que todos teníamos las mismas sospechas que la chica.

Él era el único que tenía problemas con Lary, sin mencionar las muchas ocasiones en las que le dijo frente a todos que le mataría. Y como Laura había dicho hace un momento, la amenaza con el cuchillo no le hacía ver para nada bien.

—Una cosa es decirle que lo quiero matar, y otra muy grande es hacerlo. —Nos señala. Nadie dice nada. Todos mirándole con temor.

—¡Tuviste que haber sido tú pedazo de mierda! —Mayson se abalanza repentinamente sobre Kale y ambos caen al suelo. Mayson le propicia un puño en la boca al chico y Kale le responde con un codazo en la cara.

Yo corro hacia ellos, tomo a Mayson por debajo de los brazos y lo alejo del Kale. Laura se nos acerca y agarra fuerte a éste de un brazo.

—La violencia ahora no es lo mejor. —Digo. Veo como Kale escupe sangre hacía un lado por aquel golpe propiciado por Mayson. —Tenemos que tener tanto la mente abierta como los ojos. —Mayson pasa su mano y limpia un poco de sangre que le bajaba de la nariz.

—Tenemos que llamar a la policía. —Bett saca su teléfono celular del bolsillo trasero de su pantalón. Pero veo como la expresión en su rostro cambia al observar la pantalla. —¡No, no, no! —Toca fuerte la pantalla del celular mientras niega con su cabeza. —¡Maldición! —Le da un golpe al teléfono. —No hay servicio.

Todos Son Culpables ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora