Todos Son Culpables ©

Capítulo 7

Con Laura ahora entre mis brazos, siento como un escalofrío recorre mi cuerpo por aquel susto.

Bajo mi mirada la veo, ésta observándome de aquella manera; su pecho subiendo y bajando aceleradamente. Sus manos aferradas a mis brazos con fuerza.

Ambos intercambiamos miradas por algunos instantes, y observo como ella se reincorpora. Sus manos aún sosteniendo mis brazos, su pecho rozando con el mío.

Mis ojos recorren cada centímetro de su rostro, su mirada me penetra el alma muy adentro. Siento como mi cuerpo se tensa al tenerla así de cerca, siento como mi corazón estúpidamente se acelera.

Laura comienza a acercarse un poco más hacia mí, alzándose en la puntilla de sus pies para lograr compensar la diferencia de estatura, y yo por alguna razón me quedo inmóvil permitiéndole acercase.

Cuando su rostro está lo suficientemente cerca del mío como para sentir su agitada respiración tibia sobre mis labios, escucho vomo Mayson se queja en la cama. Razón por la cual salgo del hipnotismo de sus encantos y doy un paso hacia atrás. Ella hace lo mismo.

Sin decir ni una sola palabra, la chica se me queda viendo fijamente por unos momentos. Su pecho subiendo y bajando apresuradamente.

—Laura. —Mayson llama a la chica. Su manos sobre su cabeza, sus ojos cerrados.

Inmediatamente Laura gira sobre su propio eje y corre hacia él entre cojos por su tacón roto. Yo doy media vuelta, camino hasta la puerta y salgo de la habitación.

Sentándome en el suelo del pasillo a un lado de la puerta, coloco mis manos en mi cabeza y meto mis dedos entre mi cabello.

¿Qué carajos había pasado allá adentro?

¿Por qué permití que se me acercara tanto?

Esto no está bien.

Sacando mi teléfono celular del bolsillo trasero de mi pantalón, y apoyando mis brazos sobre mis rodillas dobladas, miro como tenía un mensaje de mi hermana en el cual preguntaba cómo me encontraba, por lo que le contesto y ambos comenzamos a escribirnos.

Al cabo de unos minutos veo como Laura sale de la habitación con una expresión tímida en el rostro. Yo solo la observo en silencio sintiendo como aún la cabeza me daba un poco de vueltas por la droga que había consumido.

Ella cierra la puerta tras de sí y se me queda viendo fijamente. Mi teléfono celular aún en mis manos.

—Ya se durmió. —Habla la chica jugando nerviosa con los dedos de sus manos. —Gracias por tu ayuda. —Traga hondo. —Que descanses. —Asiente para acto seguido dar media vuelta y marcharse. Yo solo la dejo ir.

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A la mañana siguiente me levanté muy temprano para asistir a la orientación con la coordinadora en la cuál me asignaría las clases que tomaría este semestre.

Al despertar, veo como Mayson seguía dormido, razón por la cual me le acerco y le coloco mi dedo índice bajo su nariz para verificar si aún respiraba... y sí, estaba con vida.

Procediendo a caminar hasta el armario, tomo mis típicos pantalones negros y una chaqueta de cuero del mismo color junto con una camisa blanca y mis tenis Converse negros con blanco, además de las medias y la ropa interior, claro está.

Dirigiéndome al baño, cierro la puerta tras de mí y comienzo a desnudarme. Enciendo la ducha en agua tibia y me adentro en ella. Cierro los ojos y solo disfruto de la sensación del agua corriendo por mi rostro, por mi cuerpo.