Capítulo 28

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Me quedo viendo fijamente a Mayson a los ojos. Éste con su mirada clavada en la mía, su ceño fruncido.

Puedo notar como las venas de su frente se sobresaltan entretanto sus manos están formadas en dos puños solidos sobre la mesa. Su cuerpo tenso.

—Contestame Ethan. —Vuelve y pregunta.

—¡Ya basta Mayson! —Laura se para de la silla y le mira con molestia. —Ya te dije que no es de tu incumbencia. —La chica voltea el rostro y me mira. Yo alzo una ceja.

—Sí, estamos juntos. —Asiento. Veo como los ojos de Mayson se le quieren salir de las cuencas.

Él no dice nada. Laura tampoco.

Yo procedo a pararme de la silla; es ahí donde Mayson se para bruscamente y le pega un puñetazo a la mesa.

—Pero... —Me mira con una expresión de confusión y coraje. —Yo confié en ti.

—Podría decirte que lo lamento... —Miro a Laura por un momento, luego vuelvo mi mirada hacia él. —Pero la realidad es que no me arrepiento de nada.

Las respiraciones de Mayson comienza a ser audibles. Su quijada se tensa.

—No entiendo como pasó. ¡Eres mi puto compañero de cuarto! ¡Compartimos juntos... yo te cuento mis mierdas, imbécil! —Veo como el fuego en su mirada le quema desde adentro.

—Admito que lo que hice no está bien, Mayson. Pero tú tampoco la mereces. —Mayson empuja la mesa, se sube sobre ella y salta hacía mí cayendo justo frente mío.

Éste se acerca hasta el punto en el que su pecho y el mío rozaban. Yo no muevo un músculo.

—¡No seas idiota, Mayson! —Laura trata de alejarle, pero él la empuja tan solo un poco con su mano derecha. Laura da dos pasos hacia atrás. —Entiende, lo nuestro estaba destinado a fracasar.

—¡Cállete Laura! Quiero que Ethan me diga qué se siente haberme mirado a diario sabiendo que se cojia... a mi novia. —Sus ojos clavados como dagas en los míos.

Yo suspiro levemente.

—¡Contesta, Ethan! —Demanda entre un grito.

—Claro que lo disfrutó, pendejo; y seguro también disfrutó cogérsela más que tú. —Se burla Kale, quién está atado aún de aquella silla, cabizbajo. Una sonrisa medio macabra en sus labios. Mady parada con aquel plato de sopa aún en sus manos. Ésta no dice nada.

—¡No digas tú una mierda Kale, porque juro que te romperé el cuello de una vez y por todas! —Le señala sin tan siquiera girar a verle. Kale ríe por lo bajo mientras Mayson solo toma una bocanada de aire y cierra los ojos por un momento.

—En realidad no disfrutaba el ocultártelo, Mayson. —El chico niega con su cabeza.

—¡Eres un puto mentiroso! —Me empuja por el pecho, yo doy un paso hacia atrás. —¡Te debería partir la cara en dos! —Me agarra del cuello de la camisa y me hala bruscamente hacia él. Su puño apuntándome al rostro.

Me quedo tranquilo, esperando aquella paliza bien merecida por parte de Mayson. Esperando a que me rompa más que la cara por haberle hecho todo lo que le hice a Laura bajo sus narices. Lo aceptaba.

—¡Basta Mayson! —Laura se interpone y le empuja por el pecho. Mayson me mira con mala cara para acto seguido soltarme y darme un empujón que me aleja de él. Éste retrocede y se lleva las manos a la cabeza dando vueltas en el mismo lugar.

—¿Por qué mejor no nos vamos todos a la cama? Creo que ya tuvimos suficiente por hoy. —Mady coloca el plato de sopa ya vacío sobre la mesa y nos mira. Mayson le da una mirada de no muy buenos amigos. —Mañana será otro día, y esperemos que el Imbécil de Kale no se desate esta vez. —Le mira. Kale la observa con los ojos entrecerrados. —Mayson, ¿quieres que durmamos juntos esta noche también? No me gustaría estar sola. —Mayson bufa.

Todos Son Culpables ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora