VIII - Me gustas

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Esa mañana fue bastante tranquila, Bonnie se levantó con los ánimos por los aires, decidida a confesar lo que sentía por Gus. Salió rápidamente de la cama y fue escaleras abajo, directo a la cocina, donde la esperaba su hermana mayor con el desayuno listo.

- ¿Qué tal dormiste, Bon? - pregunto Janet, sirviendo los platos de comida en la mesa.

- ¡Bastante bien! Estoy muy emocionada, no puedo esperar para ver a Gus - dijo, sin percatarse del leve tono rojizo qué tiñio sus mejillas.

- Se te nota - rió dulcemente.

Bonnie rió levemente - ¿Y papá? - preguntó, notando la ausencia de Stu.

- Salió a buscar unas cosas, sabes que le gusta planear del derecho al revés cada uno de nuestros números - dijo alegremente, sentándose en la mesa.

- Es verdad ¿Qué creés qué hagamos esta semana?

- No estoy muy segura, pero es probable que sea algo innovador.

El desayuno entre las hermanas se paso volando, tan rápido como nunca. Janet subió a la habitación para buscarle un buen atuendo a Bonnie mientras la susodicha tomaba un baño.

Al salir del baño se vistió rápidamente, para esta ocasión especial decidió ponerse un vestido rosado; casí del mismo tono que su cabello, unos mallones negros y unas botas negras. Estando lista salió del cuarto, sintiéndose extremadamente feliz.

Janet la esperaba fuera de la casa, Bonnie salió con una gran sonrisa dibujada en su rostro. La mayor de las hermanas se la llevo con tranquilidad a casa de Gus. Durante todo el camino Bonnie se la pasó hablando de lo emocionada que estaba, y aunque un tanto insegura, sabía que era lo que haría.

Al llegar a casa de Gus la dejó en manos de Maisie, sorpresivamente la única en casa, aparte de Gus. Janet se despidió de su hermana, dándole un beso en la frente, también se despidió de Maisie y se fué, con total calma y alegría.

Gus recibió contento a Bonnie, incluso estaba algo sorprendido. El vestido que Bonnie llevaba le pareció hermoso, no tanto como ella, pero ese no era el caso.

Los dos subieron a la habitación de Gus para charlar un rato, Bonnie aún no sentía que fuera correcto abordar el tema, prefería abordarlo en un lugar más adecuado.

Bonnie notó que les sobraba algo de tiempo y sugirió un paseo en el parque, Gus aceptó y ambos bajaron, avisando que saldrían un rato. Durante su caminata se contaron diversas anécdotas y por cada paso que daban, sus manos rozaban. Un detalle que si bien, no era tan vistoso, hacia latir sus corazones y sus rostros enrojecer. En aquella amena y entretenida charla no faltaron las suaves risas, producto de la alegría que les generaba estar unidos.

En sus miradas había un brillo sin igual, hasta las estrellas sentirían envidia de lo hermoso que era. Mirar al otro y ver la felicidad plasmada en el rostro ajeno, era una imagen única sin dudarlo.

Tras su pequeño paseo decidieron tomar asiento en una banca, ya fuera para recomponer sus energías o simple y sencillamente para apreciar el jardín que poseía el parque.

En un movimiento tímido, pero atrevido, Bonnie posó su mano sobre la de Gus, un tacto suave como la seda. Para Gus fue imposible ignorarlo, provocando que sus miradas chocarán sin previó aviso. Los ojos de Bonnie siempre le parecieron bonitos, pero verlos de tan cerca y apreciarlos solo hacia resaltar su belleza.

La calidez que sentían en sus corazones era inexplicable, ambos rieron con timidez, pero dejando ver al otro que no había más que alegría en ese lindo y especial momento.

𝖬𝖾𝖺𝗇𝗍 𝖳𝗈 𝖡𝖾 [𝖦𝗎𝗌 𝗑 𝖡𝗈𝗇𝗇𝗂𝖾] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora