XI - reír denuevo

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Bonnie se la pasó un par de semanas pensando en que hacer y cómo. Gus la apoyo en este proceso, pero también le parecía preocupante que Bonnie no avisará a ninguno de sus familiares donde estaba, era algo excesivo.

Bonnie le decía que era para evitar que la buscarán y pudiera pensarlo mejor, pero en el fondo sabia que en realidad era porque tenía miedo de hablar con ellos.

Estaba decidida a volver, pero debía pensar en una disculpa por haberse escapado de casa y no dar una sola pista sobre su paradero.

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Esa mañana sabía que había llegado el momento de volver, así que se preparó mentalmente para afrontar la situación.

Salió de la habitación de Gus y bajo las escaleras con sumo cuidado. De algún modo, sus ánimos subieron por la alegría de haber superado su miedo y de tener el valor para volver a casa.

En la sala del hogar, se percató de la presencia de Gus y se acercó a él, sentándose a su lado y mirándolo, viendo en él una solución a todos sus problemas.

Gus se dió cuenta de la mirada posada en él, no era incómodo, pero no podía evitar sentirse nervioso por algo tan simple como lo era ser observado por Bonnie.

- Buenos días Bon - decía, formando una sonrisa leve, pero tímida en su rostro.

- Buenos días - respondió alegremente.

- Te notó bastante felíz hoy, ¿Acaso es lo que pienso?

La pelirosa asintió con la cabeza, esbozando una sonrisa, llena de tranquilidad.

- Me alegra saber que lograste superarlo - dijo, sintiendose más tranquilo.

- ¿Sería mucho pedir que me acompañaras?

Gus negó y la miro con ternura - Te acompañaria hasta el fin del mundo.

Bonnie se sintió enternecida y se lanzó a abrazarlo, se sentía tan afortunada de poder sacar el lado más sentimental y dulce de Gus.

Después de su pequeña sesion de abrazitos y cariñitos se decidieron a irse.

Ambos salieron rumbo al Stunt show, Bonnie sabia de sobra que seguirían dando espectáculos, su sustento básicamente dependía de ello.

El camino se les hizo corto, casi no había gente debido a la hora, era muy temprano.

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Como era de esperarse no había nadie, era predecible al considerar la hora. Ambos se miraron y rieron en unísono, realmente creyeron que los encontrarían ahí.

Cuando las risas cesaron se dispusieron a ir al hogar de la pequeña acróbata, no había forma de que no estuvieran ahí.

Al llegar al hogar de la acróbata se quedaron parados en el porche, frente a la puerta. Bonnie jugueteo con sus dedos y bajo la mirada, dudando de si.

- ¿Todo bien? - preguntó el albino, notando la actitud de su pareja.

- Solo estoy un poco nerviosa, hace tanto que no los veo.. - respondió, levemente preocupada.

- Estoy seguro de que todo saldrá bien, tranquila.

- Si algo sale mal ¿puedo..?

- Por supuesto, ya te quedaste tres semanas con nosotros, no hará daño que te quedes un poco más.

Bonnie sonrió de lado y se acercó con nerviosismo a la puerta, dio toques suaves, esperando una respuesta, aunque sorpresivamente le abrieron a los segundos.

Janet abrió, se veía muy triste y desaliñada, la huída y el desconocer sobre el paradero de Bonnie realmente fueron un golpe duro.

No pudo decir nada, sus ojos se iluminaron al notar que Bonnie era quien tocó la puerta, su primera reacción fue derramar un par de lágrimas, solo para terminar arrodillada y abrazando con fuerza a su hermanita.

- ¡Bonnie! - sollozo - creí que te había pasado algo, cuando no volviste a casa pensé lo peor, estoy tan feliz de verte y de saber que estás bien - lloriqueo, sin inmutarse en el tono chillón que había en cada palabra que pronunciaba, abrazar a Bonnie era más importante.

Stu, quien se había percatado del grito que pegó Janet, fue corriendo a la puerta para ver si estaba bien, al notar el motivo de su grito y de su sollozo se le unió, abrazando entre lágrimas de alegria a sus dos pequeñas niñas.

Bonnie sintió una paz incomparable, volver a casa y estar con su familia era todo lo que necesitaba para ser feliz. Aunque claro, Gus tampoco se quedaba atrás.

Después de esa calidad y ruidosa bienvenida se dispusieron a entrar. Los cuatro desayunaron con tranquilidad y alegría de por medió. Es más, el ambiente no hizo más que mejorar gracias a la presencia de Bonnie.

Claro que aún había cosas de las cuales hablar, pero lo harían en otro momento, ahora más que nunca, querían disfrutar en familia.

Después del desayuno y de una larga mañana llena de risas, Gus, supuso que era hora de irse, dejar que la reunión familiar continúe con sus respectivos miembros.

Bonnie salió de la casa junto a él, entrelazando sus manos mientras seguían parados en el porche.

- Me alegra que las cosas salieran bien, y también que ya estés más tranquila - dijo el albino, sonriendo de lado.

- También me alegra que todo se haya solucionado, almenos por ahora, estoy segura de que tendremos una enorme charla después de esto - rió - ¿Te veré mañana?

- Claro que sí, nos vemos mañana, Bon.

Ambos se despidieron con un abrazo, y por supuesto, un beso en la mejilla. Bonnie entró a su casa y Gus se fué, con el sol de la tarde iluminando su camino.

Caminó con tranquilidad hacia su hogar, pero le pareció una buena idea pasarse por la estación, almenos un par de minutos, hacía mucho que no iba.

Era increíble lo tolerante que se había vuelto al ni siquiera molestarse por el terrible olor que emanaba la estación, quizás, la costumbre de haber vivido ahí por tanto tiempo le hizo incapaz de notar lo mal que olía, o simplemente padecía de anosmia.

Solamente se limitó a pasearse por el lugar, jugar con las ratas que había por ahí o asomarse a las vías. Satisfecho con su visita retomó su camino a casa.

Mientras caminaba observó los árboles del parque, internamente estaba agradecido por lo que ahora tenía y por la familia que le acogió, incluso si era un poco rarito y un amante de lo paranormal, lo querían y lo cuidaban, eso era más que suficiente para que él fuera feliz.

Muchas cosas buenas le habían pasado, igual algunas malas, sin embargo, siempre encontró una forma de solucionar las cosas, y encontró a la persona con quien deseaba pasar el resto de su existencia.

Incluso si desconocía su estado actual, vivo - muerto, no le importaba, porque él sería el acompañante incondicional de Bonnie, la persona que se convirtió en su luz, la ahora dueña de su alma y corazón.

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𝖬𝖾𝖺𝗇𝗍 𝖳𝗈 𝖡𝖾 [𝖦𝗎𝗌 𝗑 𝖡𝗈𝗇𝗇𝗂𝖾] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora