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Lisa se las había arreglado para pasar desapercibida con el "camuflaje" que armó y con la ayuda de su amigo, aún así sabía que tenía poco tiempo antes de que la atraparán y no tuviera manera para probar que era inocente. Justo en ese momento se encontraba resguardarda en un hotel barato para tener un bajo perfíl.

Abrió la llave de la regadera y la fina lluvia empapó por completo su cuerpo, mientras se tallaba no podía evitar recordar a su pareja, podía sentir sus caricias en cada rincón de su cuerpo. Cerraba los ojos como si de esa manera pudiera ver dónde estaba Jennie, pero era imposible algo así, rogaba tanto que se encontrará bien.

Se sentía tan triste por no haber podido despedirse de ella, porque quizás para este momento había visto en las noticias todo lo que sucedía o algo peor, quizás había sido arrestada como cómplice o para sacarle información de su paradero.

¿Por qué estaba ocurriendole esto a ella? Parecía algo meticulosamente planeado para dañarla, solo que a su mente no venía nadie en específico, sus negocios habían sido siempre legales y limpios, ella era muy estricta en la gente que contrataba como para que alguien de adentro la hubiera traicionado, definitivamente tenía que ser una persona externa a ella.

Estaba incomunicada, básicamente aprisionada, tenía que pensar en algo pronto o de lo contrario la encontrarían tarde o temprano.

Lisa sacó un celular desechable y se apresuró a marcar el número, sonaron tres tonos y finalmente tomaron la llamada. Una expresión de alivio se iluminó en su rostro.

— Hola, soy Lisa. Ha pasado un buen tiempo, necesitó que hagas un favor por mí. No tengo mucho tiempo, pero te daré indicaciones precisas de lo que hay que hacer — Lisa suspiró y se sentó sobre la cama.

[...]

— No hablaré hasta que tenga un abogado — habló firme y sin mostrar ninguna pizca de temor pese a tener a dos oficiales frente suyo.

— Señorita Kim ¿Tiene idea de lo que se le está acusando? — guardó silencio mientras mantenía lo mirada — Si realmente quiere saber cómo se encuentra ella es mejor que hable ahora — se cruzó de brazos y la miró esperando una respuesta.

— Quiero mi abogado — se limitó a decir con gran confianza.

Los hombres suspiraron y dejaron la sala, Jennie se mantuvo quieta intentado no levantar sospechas. Pensaba a quien debería llamar ¿Su madre? Definitivamente no, está no era la forma en que quería recontrarse con ella ¿La familia de Lisa? Probablemente estaba bajo sospecha también, aunque eso no lo sabía con certeza.

— Toc toc el abogado a llegado — la puerta se abrió dejando ver a un hombre en traje negro y con un maletín, sonriente y risueño — Pueden dejarnos solos, no se preocupen. Se hacer mi trabajo — dijo en tono de burla y le dió una palmada a unos de los policías.

— ¿Quién eres tú? — Jennie arqueó una ceja mientras analizaba la situación.

— Auch, está bien que no soy tan conocido pero el maletín debería darte un indicio — Jennie se encogió de hombros — Soy tu abogado Jennie, vengo a sacarte de este cuchitril — tomó asiento y entrelazó sus propias manos.

— Lo siento, no te conozco ¿Eres un abogado de parte del estado? — el chico sonrió.

— Creo que la cárcel te ha dejado algo aturdida — cruzó sus brazos — Me contrató la señorita Kim, soy su abogado de confianza. Me contó de la situación, pero necesitaré que me cuentes tu versión — Jennie miraba desconfiada y con extrañesa toda la situación — Veo que no estás del todo convencida, déjame presentarme. Soy Zack Harrison, nací en California, Estados Unidos. Me mudé para acá para ser abogado, a partir de este momento tenemos confianza abogado cliente — extendió su mano esperando ser estrechada por Jennie.

— No hacía falta que me contarás tu historia, pero está bien — con dificultad tomó su mano y la estrechó — Espero tengas tiempo porque ésto llevará un buen rato —

[...]

Lisa estaba siendo escoltada por los oficiales, mantenía la mirada baja intentado no alterarse. Lo menos que debía hacer en esta situación es tener una actitud violenta. En sus adentros estaba hecha un manojo de nervios, le preocupaba demasiado como se encontraría Jennie, pero con lo que estaba haciendo sería suficiente para que dejarán en libertad a su novia.

Al momento de estar siendo procesada no pudo evitar dejar salir un par de lágrimas, no podía creer que le estuviera ocurriendo algo así a ella.

Por otro lado, el abogado de Jennie volvió a visitarla algo agobiado por la situación.

— Okey, tengo buenas y malas noticias. No sé cómo las vayas a tomar — su semblante se puso serio para intentar tranquilazarla a su clienta — La buena noticia es que te dejarán libre, he estado hablando y estarás fuera en un algunos días —

— ¿Cuál es la mala noticia entonces? — Jennie no sabía que pensar, en este momento todo podía salir mal.

— Tu novia, bueno, Lisa se ha entregado y su testimonio da ventaja a tu libertad. Se está preparando un juicio, se va a hablar de todo y quizás ahí podrán determinar su situación. Aunque el dinero que tienes en tu caja fuerte no es de mucha ayuda, pero tenemos más a favor que en contra. Así que, toma está información como mejor lo consideres — el chico se marchó y la dejo a solas pensado.

Un pequeño ruido aturdía su cabeza, toda esa carga de información la había dejado sin palabras. No estaba en lo absoluto feliz o tranquila, Lisa estaba arrestada y le harían un juicio. Hacía días que estaba encerrada, comenzaba a perder la cordura ¿Cuando acabaría todo este martirio? Extrañaba tanto a Lisa, a su mamá, su casa, su tranquilidad.

𝕰𝖑 𝕮𝖔𝖓𝖙𝖗𝖆𝖙𝖔 | 𝕵𝖊𝖓𝖑𝖎𝖘𝖆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora