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Jennie le extendió una bolsa de hielos a Rosé y está la puso en sus piernas, Alice revisaba su pierna notando moretones que miraba como si sintiera el dolor en su propio cuerpo.

- Idiota, eso es lo que soy ¿Cómo creí que esa mujer cambiaría? - Rosé aguanto el dolor cuando Alice tocó su pierna - Pasará un buen tiempo hasta que vuelva a correr - Jennie miraba a la nada, pensando.

- Lamento tanto que haya sucedido esto Rosé, de haber sabido que pasaría esto... Ahhh me siento tan culpable - Rosé le regaló una sonrisa.

- No sabías que pasaría esto, nadie en realidad. De ahora en adelante, evitemos planes que requieran contacto físico, quizás jugar monopoly o poker - Rosé se dejó caer.

Todas guardaron silencio cuando Lisa se acercó y solo observó con culpa, Jennie se mantuvo cerca de Rosé pare defenderla en caso de que Lisa volviera a ponerse violenta.

- Yo solo vengo a disculparme... No sé que me pasó allá abajo - Lisa evitó la mirada de las tres, especialmente de Jennie - Tienes razón en todo lo que dijiste, siempre intentaron ser mis amigas...- corrigió - es decir, mis hermanas. Lamento haber sido una tarada desde niñas, ustedes solo intentaban hacerme sentir mejor y yo les pagué muy mal - Lisa suspiró - Sé que quizás es muy tarde, pero ¿Podríamos empezar nuevamente? -

Hubo un silencio que se prolongó unas tantos segundos, incluso minutos hasta que Rosé decidió hablar.

- No estuvimos rogandote tantos años para desaprovechar esta oportunidad -

Rosé se intentó levantar, fue ayudada por Jennie y Lisa a ponerse de pie, ésta extendió los brazos para dar un abrazo. Cuando Lisa se acercó extendió sus brazos también recibió un fuerte golpe en uno de sus brazos por parte de Rosé, ambas se miraron y después rieron, dándose el abrazo tan esperado.

- ¡Espere ver este abrazo toda la vida! - Alice comenzó a soltar lágrimas de felicidad - ¡Déjenme abrazarlas también! - Ésta corrió hasta ellas y se unió al abrazo.

- Vamos Jennie, ya eres parte de la familia también - Rosé hizo una seña con su cabeza, Jennie tímidamente las abrazó también.

- Creo que el plan de Jennie y mamá funcionó, estamos más unidad ahora - Alice dijo cuando el abrazo se deshizo - Y justo a tiempo, el sol está empezando a ponerse -

Ambas miraron hacia los adultos quiénes de habían mantenido al margen de la situación, Eva había pensado que era mejor que esa situación la resolvieran entre ellas, lo demás lo resolverían ellos en su momento y a su manera.

Luego de volver a casa, decidieron tener una cena tranquila. Rosé fue atendida en su pierna, teniendo que usar una benda solamente. Lisa y Jennie no había hablado desde que volvieron, Lisa intentaba acercarse a ella, pero no encontraba la forma adecuada.

- Llevas un par de horas intentando decir una palabra, ya me desesperaste - Jennie se cruzó de brazos y se sentó en la cama - Habla de una vez -

- Lamento haberme comportado como un cavernícola - Lisa se sentó lejana a ella - Supongo que era algo que tenía que pasar, necesitaba que me dijeran la verdad. Aunque hubiera preferido que Rosé no sufriera -

- Bueno, espero que ahora se lleven mejor. Tus hermanas son increíbles personas Lisa, me hubiera gustado tener una familia como ellas. No te obligo a cambiar solo porque yo lo quiero, pero al menos date la oportunidad de conocer a las personas - Lisa suspiró y asintió.

- El golpe en el brazo me dejó muy en claro que a la próxima no me harán entender a palabras - ambas rieron - ¿Qué haría sin ti Jennie? Me haz hecho cambiar demasiado desde que nos conocimos - Lisa extendió sus brazos y envolvió a Jennie en un abrazo tierno.

- Tú también Lisa, por dentro eres una chica dulce y tierna -

- Te quiero Jennie - habló casi en un susurro, sin embargo, la mencionada logró escucharla.

- ¿Qué? - Jennie abrió los ojos y se separó inmediatamente de ella - ¿Lo dices enserio? - Lisa se encogió de hombros.

- Yo... Bueno te aprecio bastante y creo que sí, te quiero Jennie ¿Es demasiado pronto? - Jennie se mantuvo en silencio y sonrió .

- Yo también te quiero Lisa - ambas se sonrojaron, Lisa pegó un pequeño gritito.

- Pensé que pasaría mucho hasta que lo dijeras - ambas se dieron tímidamente un pequeño beso, tierno y romántico.

- Vayamos a cenar, pero intenta no comer mucho - Jennie estaba abriendo la puerta del dormitorio y se detuvo antes de salir - Te espera el postre que te prometí - Lisa se sonrojo por completo y salió corriendo detrás de ella.

[...]

El ambiente en la mesa era totalmente diferente, Lisa ahora sonreía y prestaba atención, algunas veces participaba en la conversación y era amable. Sin duda, podía notarse un interés en conocer más a sus hermanas.

- Me encanta ver cómo de unidas somos - Alice sonrió - Incluso tú cuñada - tomó por el hombro a Jennie - Sí que eres importante en la vida de Lisa -

Lisa reía estando en la conversación, de repente sintió algunas miradas sobre ella. Uno provenía de su padre y otra de su madrastra; a la segunda le sonrió con amabilidad; al primero, bueno no tuve expresión alguna, pero al menos no mostró molestia o desagrado.

Después de la fantástica cena que habían tenido a modo de reconciliación, Lisa sabía que era momento de hablar con su madrastra, y con quién más le preocupaba, su padre. Lisa suspiró y antes de encaminarse a hablar con ellos a solas tomó la mano de Jennie para tener fuerzas.

Jennie entendió la magnitud de la situación y dejo un pequeño beso en sus labios y le susurró al oído "Estoy contigo, confío en tí. Puedes abordar esto y más", dándole los ánimos que Lisa todo este tiempo necesito.

Jennie, Alice y Rosé se marcharon dejando a los tres en el comedor. Hubo un par de minutos en silencio, algo incómodo, pero no tanto como pudo haber sido antes.

- Primero quiero reconocer ante Eva que no he sido la mejor hijastra que ella pudo tener, pese a sus esfuerzos por acercarse y congeniar conmigo, jamás la acepté - ambos adultos escuchaban atentos - Pero ahora comprendo que no buscabas remplazar a mi madre, tan solo buscabas protegerme y no dejarme sola -

- Lamento haber llegado a tu vida tan precipitadamente, no fue algo que elegí, de haber conocido mejor la situación quizas hubiera esperado a que te recupereras para integrarme - Eva habló con tristeza.

- La manera en la que papá abordé su duelo no debería afectarme - Lisa tragó saliva, un nudo se apoderó de garganta - Pero siendo una niña pequeña, hubiera sido bueno que mi padre entendiera lo que sentía - Lisa comenzó a soltar lágrimas.

El señor Manoban se mantenía expectante, no tenía gesto alguno, aunque su nula expresión demostraba que se sentía exhibido.

- Nunca te importó acercarte a mí a preguntar cómo me sentía, en cuanto pudiste te deshiciste de las pertenencias de mamá - Lisa acusaba con despecho a su padre - Todo este tiempo solo te importó que fuera capaz de seguir tu camino en los negocios, aunque intenté buscar mi propio destino, no me dí cuenta que terminé siendo igual a ti - Eva veía todo con lágrimas apunto de salir de sus ojos también.

- Tú no eres capaz de entender nada...- el señor Manoban finalmente se expresó...

𝕰𝖑 𝕮𝖔𝖓𝖙𝖗𝖆𝖙𝖔 | 𝕵𝖊𝖓𝖑𝖎𝖘𝖆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora