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Finalmente el día del juicio llegó, habría de ocurrir dos cosas: el martirio se acabaría y podrían seguir con sus vidas o sería la punta del iceberg de todos sus problemas, las cosas empeorarían y serían cada vez más catastróficas para Lisa. A pesar de la situación, Lisa buscaba mantenerse fuerte para evitar que Jennie la viera devastada.

La puerta se abrió y caminó junto con su abogada hasta el lugar que le correspondía, evitando la mirada de todos. Buscó con la mirada a su amada en la sala, pero no logró verla. Simplemente cerró los ojos y comenzó a rezar al no tener otra alternativa, de alguna manera eso la haría relájese más.

Los abogados acusores entraron y se integraron en su respectivo lugar, todos preparaban sus papeles hasta que un hombre anunció la llegada del juez dejando en completo silencio toda la sala. Todos observaron como el juez entraba y se sentaba, su velocidad era un poco reducida debido a su edad, aunque cuando finalmente llegó la micrófono su voz impuso total respeto en la sala.

— Buenos días a todos, estamos aquí por el caso de Lalisa Manoban. A quién se le acusa de malversación, fraude fiscal y blanqueo de capitales de distintas empresas, hablando de un caso millonario. Damos inicio a este juicio — el hombre dejo de hablar, pero seguía leyendo la hoja con la información del caso para repasar — Se le cede la palabra al imputado, en este caso hacienda, quién expondrá sus argumentos y sus acusaciones gozando de cinco minutos — el mencionado se puso de pie y agradeció al juez.

Lisa se puso de pie para realiza el juramento ante toda la sala y ante la jueza al igual que la contraparte.

— Su señoría, quiero hacer mención nuevamente de los delitos que le acusan a la señora Manoban pasando desde fraude fiscal hasta malversación de dinero a gran nivel, las pruebas indican que ha hecho esto desde hace dos años sin haber sido descubierta hasta ahora. Cómo tal se tiene la prueba de la manipulación de números en la declaracion de impuestos de cuatro empresas de la cual está a cargo, los pequeños negocios en los cuales realiza el blanqueamiento de capitales y empresas fantasmas en el extranjero para ocultar toda su fortuna — Lisa solo mantenía la mirada al frente tratando de no romper en llanto por la situación tan complicada en la que estaba, tenía todas las de perder.

Las acusaciones siguieron por unos minutos más dónde se le acusaba a Lisa de otros tanto fraudes fiscales de los cuales, al igual que los demás cargos que se le impusieron, no tenía la menor idea. Comenzaba a pensar que tal vez tener tanto dinero era una maldición, algo que la estaba haciendo sentir miserable y que había puesto en peligro a su querida Jennie. Deseaba tanto cambiar todo ese dinero por su libertad con la mujer a la que amaba.

Finalmente llegó el momento de hablar de la abogada defensora de Lisa quien tomó presencia en la sala y comenzó a hablar.

— Agradezco la atención, quiero comenzar aclarando el cargo que lleva mi clienta en estás empresas, debido a que no está totalmente a cargo de todas más que de sola una, DICOS Corporation, dónde ocupa el cargo de CEO. Sin embargo, es importante aclarar que en las distintas empresas que ya se mencionaron, solo toma el puesto de directiva al ser dueña de una gran parte de las acciones, es decir, toma decisiones en base a lo que se le indica que sucede en la empresa. Así mismo, hemos recabado información para indicar que las empresas fantasmas que se le adjudican en el extranjero, realmente no han Sido abiertas por ella y que los pequeños negocios de los que es participe han actuado en conjunto con otra y otras personas. La fortuna de mi clienta tiene parte que ver con su familia quién es dueña de otra empresa reconocida en América — la mujer siguió hablando lo que le dió esperanzas a Lisa que las cosas podrían salir bien.

El juicio prosiguió por un rato más exponiendo tanto pruebas en contra y en favor de Lisa, quien estaba en una montaña rusa de emociones por lo fácil que era que la juez cerrará el caso declarandola culpable. Antes de pasar a hablar, cerró los ojos recordando a su madre, la imagen que tenía de ella. En sus adentros le susurraba "Madre, sabes bien que nunca he trabajado lo que alguna vez me diste y que nunca he hecho mal uso de ello. En este momento tan difícil necesito que me acompañes dónde quiera que estés, que me observes, me escuches, me abraces. Te necesito junto a mí".

— Siento que esto no acabará nunca, las pruebas que hemos presentado no parecen ayudar en nada — le susurró a su abogada quién hizo una ademán para indicarle que se tranquilizara, le indicó que aún tenía otra prueba.

— Su señoría, quiero presentar otro testimonio de parte de alguien cercano a mi clienta, su actual pareja — Lisa miró con sorpresa como se abría la puerta y dejaba ver a Jennie quién siguió el mismo procedimiento que ella, al momento de sentarse le dió una rápida mirada — Tengo entendido que usted es pareja de Lalisa Manoban ¿Es correcto? — Jennie asintió — ¿Cuánto tiempo llevan juntas? —

— Llevamos dos meses juntas — Lisa escuchaba con atención cada palabra de Jennie.

— Gran parte de ese periodo la ha pasado con la señorita Manoban entonces. Me podría indicar si alguna vez notó algo extraño en ella, quizás salidas de la ciudad repentinas, llamadas extrañas, que hablaba con personas sospechosas, quizas algún lujo fuera de su alcance —

— Nada fuera de lo que ella pudiera permitirse, la gran fortuna que tiene por parte de su familia y la forma en que ha sabido invertirlo deja ver qué ella tiene suficiente dinero para gastar suficiente dinero, pero no para decir que está metida en este tipo de actividades ilegales. Además que el lugar donde vive parece ser muy modesto para lo que en verdad posee — Jennie concluyó.

— Tengo entendido que se encontró en su hogar una caja fuerte con una gran cantidad de dinero ¿Podría indicar su fuente de ingresos, debido a que los informes indican que usted estaba desempleada en ese momento? —

— Los recibí de parte de ella...— guardo silencio un momento — Ella buscaba conquitarme y le conté que me encontraba en una situación económica lamentablemente, así que accedió a pagarme por tener una cita con ella — Lisa tragó saliva por lo que estaba escuchando, parecía que más que ayudar la perjudicaba.

— ¿Sabe si alguna vez ella pagó por algo similar? —

— Es la única vez que lo ha hecho, y de ahí en adelante no volvió a pagarme porque nos volvimos pareja de manera genuina. Yo en realidad planeaba devolverle el dinero, pero jamás hubo oportunidad de recogerlo — Jennie bajó la mirada. Dieron por terminado el testimonio de Jennie y ésta tomo asiento.

— Señorita Lisa ¿Podría decirnos cómo consiguió el dinero para pagar su cita? —

— Vendí mis acciones de la empresa farmacéutica Prominance — aclaró su garganta — Básicamente le pagué y para recuperarme, vendí mis acciones ese mismo día — Jennie abrió la boca sorprendida, ni siquiera ella sabía eso.

— Tenemos prueba de la venta — la abogada habló extendiendo una gran cantidad de hojas.

— Dadas los testimonios y pruebas que se han presentado debo de indicar que la señorita Lisa está libre cargos por falta de pruebas a su contra — el juez golpeó su martillo y aquel sonido lleno de alivió a Lisa y Jennie.

Lisa abrazó a su abogada y quiso correr hacia Jennie, pero fue detenida. Se miraron y sonrieron con lágrimas en los ojos, extendieron sus manos y casi como si se tocaran, se despidieron sabiendo que pronto todo volvería a la normalidad.

𝕰𝖑 𝕮𝖔𝖓𝖙𝖗𝖆𝖙𝖔 | 𝕵𝖊𝖓𝖑𝖎𝖘𝖆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora