En el capítulo anterior, el joven Dragón Slayer mostró una valentía y tenacidad impresionantes mientras luchaba contra Azuma, uno de los Siete Parientes del Purgatorio. Aunque la batalla resultó extremadamente desafiante, finalmente logró derrotar a su formidable oponente.
Sin embargo, en ese momento crítico, el mago oscuro conocido como Zeref hizo su aparición, portando consigo un aura de muerte que parecía envolverlo. Sin previo aviso, desató una poderosa oleada de magia negra hacia tres jóvenes: Juvia, Meredy y Zancow. Aunque su destino parecía sombría, lograron sobrevivir milagrosamente, sorteando la muerte con gran suerte.
No obstante, en medio de la conmoción y la incertidumbre, la historia ahora se centra en Samuel en su estado de combate que iba de árbol en árbol en busca desesperada de su amigo.
A medida que Samuel avanzaba a través de la vegetación, sentía una mezcla de ansiedad y esperanza. Sus pasos eran rápidos y decididos, pero también cuidadosos para evitar caer o tropezar con las raíces y ramas. A medida que se internaba más en el bosque, el ambiente se volvía más silencioso, solo se escuchaban los sonidos de la naturaleza y el crujir de las hojas bajo sus pies.
Samuel: Por los dioses, espero que te encuentres bien compañero.
De repente, Samuel notó un cambio en la temperatura. Un escalofrío recorrió su espalda y sintió un inusual y penetrante frío en el ambiente.
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Samuel: (No puede ser.... Angel acaso utilizaste) *Pensó con asombro y miedo*
Apuro su paso. Al llegar a una pequeña zona despejada en medio del bosque, Samuel se encontró con una visión desgarradora. Allí, tirado en el suelo, estaba Angel, su amigo, inconsciente y visiblemente herido.
Samuel: ¡Angel!
Samuel se apresuró hacia él, sintiendo cómo la preocupación y la angustia se apoderaban de su ser.
Samuel se arrodilló junto a Angel y lo examinó rápidamente. Estaba pálido y sus ropas estaban rasgadas, evidencia de una lucha. Su respiración era débil pero constante.
Samuel sabía que cada segundo contaba para salvar a su amigo Luis. Sin esperar la llegada de los paramédicos, decidió tomar acción y brindarle primeros auxilios de inmediato.
Evaluó las heridas de Angel. Las heridas eran profundas y sangraban profusamente, lo cual aumentaba su preocupación. Sin embargo, recordó las técnicas de primeros auxilios que había aprendido en el pasado y se concentró en aplicarlas correctamente.
Rápidamente, Samuel buscó en su mochila un paquete de gasas estériles y una botella de agua limpia. Con cuidado, limpió suavemente las heridas de Angel para remover cualquier suciedad o partícula extraña que pudiera causar infecciones. La respiración entrecortada de su amigo lo recordaba de la urgencia de la situación.
