𝔉𝔞𝔦𝔯𝔶 𝔗𝔞𝔦𝔩: 𝔇𝔯𝔞𝔤𝔬𝔫 𝔖𝔩𝔞𝔶𝔢𝔯 𝔡𝔢𝔩 𝔄𝔤𝔲𝔞

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Magnolia por la noche: Casa de los Locksers.

(Transcurre paralelamente durante la invasión de Heart a Lamia Scale).

Bajo el manto oscuro de una Magnolia nocturna, la Casa de los Lockser yacía envuelta en el silencio profundo de los durmientes, mientras el cielo, en su negrura indescifrable, presagiaba una tormenta en ciernes. Pero no todo estaba tranquilo en el hogar de los Lockser, pues el menor de la estirpe, Angel, se retorcía inquieto en su sueño.

En los recovecos de su mente, una batalla épica se libraba. Angel se veía atrapado, su rostro oprimido por una mano siniestra, un "otro yo" al que llamaba Yami, emergiendo desde las sombras de la capital de Anfare. Un agarre draconiano apretaba con fuerza, y aunque Angel luchaba, golpeando desesperadamente el brazo que lo aprisionaba, era estampado con una brutalidad que resonaba en el rincón más profundo de su ser.

El estruendo de la colisión reverberó a través de su mente, desgarrando el suelo imaginario como si fuera papel. Yami arrastró a Angel con ferocidad, dejando a su paso una estela de caos y desolación. Entre risas malévolas, Yami saboreaba la victoria momentánea, pero la alegría efímera fue interrumpida por un dolor repentino en su abdomen.

Angel, con una patada certera, rompió la arrogancia de Yami. Un grito de dolor escapó de las sombras internas, y Yami, soltando a su presa, retrocedió con agilidad. Distancia, el preciado espacio entre ambos, se convirtió en un escenario donde se decidiría el destino de esta batalla mental.

El ceño fruncido de ambos reflejaba la intensidad del conflicto interior. Yami, con una mano sobre la herida, exhalaba vapor en señal de sufrimiento. La voz segura de Angel resonó en la vastedad de su mente:

Angel: Espero que te rindas

Pero en respuesta, solo hubo un rugido desafiante. Yami, con un gesto feroz, fragmentó el suelo con un pisotón, lanzándose hacia Angel con la furia de un vendaval. La agilidad del Lockser menor brilló cuando esquivó el golpe con una gracia y, con un puño cargado de determinación, impactó contra la boca del estómago de su adversario.

El choque resonó como un trueno en la oscura mente de Angel.

En un destello temporal, el puño de Angel se replegó apenas unos milímetros, creando un espacio que se llenó de presión antes de golpear con fiereza. La zona afectada de su oponente expulsó sangre, y este salió disparado como un proyectil lanzado por la fuerza sobrehumana del Lockser. Un suspiro escapó de los labios de Angel, cuyos ojos centellearon con un aura azul, reflejo de su conexión con la esencia de un dragón.

Angel: Angel ha peleado durante más de tres horas y media. Parece que apenas los ataques le afectan.

De los escombros emergió Yami, una furia desatada, lanzando un golpe feroz que Angel esquivó con destreza. La sorpresa iluminó los ojos de Angel al observar los estragos causados: un pequeño cráter y fragmentos de suelo dispersos. Cadenas de agua brotaron del suelo, intentando inmovilizar a Yami, pero con un simple aleteo de sus alas, el oscuro reflejo de Angel las despedazó con facilidad. Ambos contendientes se aproximaron para el intercambio de golpes, una danza caótica de puños y patadas.

En medio de este combate encarnizado, Yami encontró una apertura y asestó un poderoso cabezazo en la frente de Angel, haciendo que la sangre manara. Angel retrocedió, y en ese instante, visiones del pasado se desplegaron ante sus ojos, revelándole eventos desconocidos. Su rostro reflejaba desconcierto al ver estas revelaciones. Arrodillándose, sostuvo su cabeza mientras un dolor agudo lo embargaba, pero en ese tormento surgieron recuerdos olvidados.