EL SECRETO DE LALISA | JENLISA G!P|

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🔞🌚

LISA

Jennie me llevo a casa tal y como prometió antes de las 8.

-Bueno son las 7:30 aún tiene buenos 20 minutos para llegar -Jennie río.

-Supongo que si

Tampoco la iba a regañar por llegar 5 o 10 minutos después de las 8.

-¿Quieres una copa de vino? -ofrecí.

Jennie asintió y serví dos copas , la únicas dos copas que tenía y que de hecho eran de Rosé.

Pusimos cualquier cosa en la tv y nos acurrucamos en el sillón. Para mi se estaba volviendo costumbre pasar tiempo con Jennie fuera y dentro del trabajo. Era muy natural, como si siempre hubiese sido así.

Y Jennie no perdía el tiempo cuando teníamos algún tiempo a solas , ella aprovechaba y me besaba como si no hubiera un mañana.

Claro que no me molestaba.

Y como siempre las cosas terminaban subiendo de tono. Comenzaba a ser difícil incluso para mí controlarme.

-¿Te duele? -pregunte al notar el ya conocido bulto en su pantalón.

-Sobreviviré -respondió con una sonrisa.

Jennie jamás me presionaba a hacer algo que yo no quisiera.

Recordé la conversación del otro día con Rosé, de cómo no era necesario ir por todo.

"Pasos pequeños"

-Podemos intentar algo si quieres.

Decir eso fue más fácil de lo que pensé , aún teníamos buenos 10 minutos antes de que Minnie llegara.

La cara de Jennie se iluminó como nunca antes había visto, como si hubiera visto a Santa Claus en persona o a una estrella de rock.

-¿Estás segura? -preguntó.

Yo solo asentí, mi cara estaba caliente y mi cuerpo no estaba mejor. Culpaba al vino de ello.

Jennie me tomo y me coloco en su regazo, volvió a besarme y las cosas fluyeron naturalmente.

En ese momento no pensé en nada más que mecerme contra ella, como si fuese de vida o muerte. Jennie cerró los ojos y comenzó a dar ligeros gruñidos.

Esperaba que eso significara algo bueno.

-Lalisa , alguna vez ... ¿te has tocado a ti misma?

Su pregunta me tomo por sorpresa... entonces detuve el agradable frotamiento.

-No -respondí - aunque si lo intenté.

-¿Me dejarías hacerlo por ti?

No estaba segura de que tan buena idea era eso, no porque no quisiera lo quería tanto como ella. Pero el tiempo se acababa... ahora me arrepentía de no haberle dado hasta las 9.