El león, la bruja y el ropero. Capítulo 1.

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-¡Edmund!- al oír su nombre se giró.- ¡Porfavor no mueras!

-¡Tú tampoco!-Gritó sonriente, mientras corría en dirección a su hermano.

(🗡️)

Un molesto sonido lo hizo despertarse, se quejó y prendió la luz que estaba en su mesa de noche.

-Lo siento...

Su mejor amiga se encontraba de pie frente a su cama, Edmund talló sus ojos y se sentó en la cama.

-¿Qué sucede?-Le preguntó, adormilado.

-No es nada...-Le respondió recogiendo lo que se le había caído al suelo.

-¿De nuevo no puedes dormir?

Ella le dió una sonrisa a medias, jugando con el objeto en sus manos.

-Algo así...

Suspiró y se movió a una orilla de su cama, palmando el espacio junto a él, invitándola a sentarse a su lado.

-Puedes dormir acá si quieres, si eso te ayuda...

-No es necesario.

-Ambos sabemos que no vas a poder volver a dormir, Lex, ven acá.

Desde que se anunció la muerte de su padre, la chica no había dormido bien. Lexie solía ser blanco seguido de los abusos verbales y físicos de su madre, lo que la llevó a no dormir de forma correcta. Los Pevensie la recibían en su casa sin problema alguno, solia ser una costumbre que la pequeña se quedara ahí. Solía compartir habitación con Edmund, teniendo su propia cama en la otra esquina de la habitación.

Sin hacerse más de rogar, se deslizó en la cama junto al castaño.

-Tápate. -Le dijo subiendo las sábanas para que ella se abrigara.

-Gracias, Edmund...

-Mhm...-respondió recostándose y apagando nuevamente la luz. -Trata de dormir.

-Sí...

El menor Pevensie se había ya acostumbrado a últimamente compartir cama con ella; no es que fuese algo nuevo, cuando eran más pequeños compartían cama.

(🗡️)

-¡Peter!-Llamó la mujer a su hijo mayor, sosteniendo los brazos del menor y su amiga.-¿Qué creen que están haciendo? ¡Peter, llévalos al refugio, ya!

Las nazis habían iniciado nuevamente su ataque aéreo, las bombas caían por diferentes lugares.

Edmund y Lexie eran llevados por Peter, mientras que Lucy era traída por Susan.

-¡Vamos, corran!

-¡Espera, papá!-gritó Edmund soltándose del agarre de su hermano, corriendo de vuelta a su casa.

-¡Edmund!

La pelirroja se dispuso a seguirlo, pero el mayor Pevensie la interrumpió, saliendo él tras su hermano.

-¡Lexie, al búnker, yo voy por Edmund!

La menor hizo caso y corrió al búnker, en donde todos los demás estaban dentro, al segundo Peter llegó con su hermano, el cual traía firmemente un cuadro de su padre.

-¿Por qué solo piensas en ti mismo? ¡Casi nos matas! Eres un egoista.-gritó Peter

-¡Ya basta!-le detuvo su madre, abrazando al menor Pevensie.

-¿Por qué nunca haces lo que te dicen?-cerró la puerta.

-¿Estás bien?-le preguntó la chica, tratando de ignorar las palabras del rubio.

-Sí, ¿tú?

-Algo asustada...

-Estarás bien, Lex, no ocurrirá nada.-Dijo Peter acariando su cabeza, Edmund volteó los ojos y bufó.

-Claro, seguramente todos vamos a estallar.

-Edmund.-Le llamó la atención Susan.

-¿Qué? Solo soy realista.

-Pues asustas a Lexie y de paso a Lucy.-respondió Peter, mirando a su pequeña hermana que abrazaba con fuerza a su madre.

El niño volvió a voltear los ojos y se alejó de ellos, teniendo aún en manos el cuadro de su padre, el cual miró sintiendo como sus ojos comenzaban a picar.

-Edmund...

-¿Qué quieres?-Le dijo al notar la presencia de su amiga frente a él.

-¿Estás bien?

¿Por qué ella era tan dulce después de que él se comportara como un idiota? Siempre ha sido así... Edmund dice algo mal y ella venía con su amabilidad a darle charlas de porqué no debe tratar así a la gente, pero sobre todo... preocupándose por él.

-Sí.

-¿Seguro...?

-¡Que sí!-Gritó ya molesto, provocando que la chica se asustara, recordando lo pasado con su madre. Edmund pareció darse cuenta.-Lex...

-¡Lexie!

La nombrada giró en dirección a quién la llamaba, Peter le hacía señas para que se acercara. Ella sin dudarlo más, fue con él, sin antes darle una media sonrisa a su mejor amigo.

Edmund maldijo a lo bajo, no le gustaba ser así con ella, pero... le ponía nervioso la sola presencia de la chica cerca de él, además le molestaba que Peter la acaparara, no le gustaba eso... temía que Lexie se fijara más en su hermano que en él.

Su madre se le acercó, pasando su manta por los hombros de su hijo.

-¿Cómo estás?

El castaño no respondió, solo se dejó abrazar nuevamente por su madre.

My everything [Edmund Pevensie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora