Capítulo 15.

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Al acercarse la bruma verde los rodeó, tomando forma de personas para afectar de forma eficiente la mente de los tripulantes.

Caspian iba arriba, junto al timón. La figura de su padre se apareció a su lado, diciéndole que era una decepción para él.

Edmund y Lexie seguían abajo, aunque ya no tan juntos como estaban anteriormente, cada uno estaba distraído en lo que presenciaban.

La figura de la bruja blanca se apareció frente a El Justo y este se estremeció.

En cambio, a La Solemne se le acercó la figura de su madre.

-Eres una inútil.

-Tú no existes, no eres real...-dijo con la voz temblorosa.

-¡Tu padre está muerto! ¡Él no volverá, niña tonta!-le lanzó un golpe y Lexie inconscientemente se agachó, cubriéndose.

-¡NO!

-Lex, Lex, soy yo.-ella subió su mirada, encontrándose con su novio, el cuál la envolvió entre sus brazos y ella comenzó a temblar.

Hace mucho tiempo no sentía ese miedo e impotencia, el que su madre le gritara, sus maltratos... todos esos recuerdos se le vinieron encima.

-Está bien, linda, estoy aquí...-Edmund no tenía ni la más mínima idea de lo que su novia había visto, pero para verla así de afectada...-no debes dejarte ganar por la bruma.

-Sí...-la ayudó a ponerse de pie y Lucy la miró preocupada.

-¿Estás bien?

-Lo estoy, gracias, Lu...

Los gritos de un hombre resonaron en el lugar y todos enseguida voltearon hacia la dirección de dónde provenían.

-¡Aléjense!-Exclamó.

-¿Quién anda ahí?-le preguntó el castaño.

-¡No te tememos!-dijo esta vez Caspian.

-¡Ni yo a ustedes!

Edmund tomó la linterna, apuntando el lugar de dónde venía la voz.

Un hombre de aspecto descuidado estaba apoyado en la pared.

-¡Váyanse de aquí!

-¡No nos iremos!

-¡No podrán vencerme!-en sus manos sostenía fuertemente una espada.

-¡La espada!

-¡Caspian, Caspian! ¡Su espada!

-¡Lord Ruff!

El hombre corrió aterrado.

-¡No te adueñarás de mí!

-¡Bajen sus armas!-ordenó Lexie.

-Súbanlo abordo, ¡ya!

Eustace (aún en su forma de dragón) tomó al hombre y lo dejó sobre el barco.

-Tranquilo, mi lord.-pidió Caspian.

-¡Déjame, demonio!

-No, mi lord, no vamos a hacerle daño, soy su rey, Caspian.

-¿Caspian...?

El canoso lo miró asombrado, sin creerse a quién tenía al frente.

-¡Mi rey!-acarició su rostro.-nunca debió venir, ¡no hay salida de este lugar! ¡Pronto, tienen que darle la vuelta al barco antes de que sea tarde!

-La tenemos.-dijo Edmund, refiriéndose a la espada.

-Hay que irnos.-ordenó Lexie y el lord la miró, tratando de recordar dónde había visto cabellos tan largos y rojizos.

My everything [Edmund Pevensie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora