La barca se movía lentamente al vaivén de las olas, todos estaban en silencio, observando el lugar.
—Que quietos están...—rompió el silencio Lucy, refiriéndose a los árboles.
—Son árboles, ¿qué esperabas?—respondió Trumpkin.
—Solían danzar...
—Poco después de que se fueron, los telmarinos nos invadieron.—Esta vez, Lexie habló.— los sobrevivientes se escondieron en el bosque y los árboles... ellos... se sumieron en un sueño profundo del que no han vuelto a despertar.
Edmund dirijo su mirada hacia ella, sin prestar mucha atención a lo que decía, simplemente se dejó llevar por el sonido de su voz, esa voz que por un año extrañó como no había forma de explicar.
Aún no podía creerse que su prometida, su mejor amiga de toda la vida estaba nuevamente frente a sus ojos, pero ella... se veía tan diferente, tanto física como psicológicamente. Lexie estaba más delgada, tenía unas bolsas bajo sus ojos que insinuaban que no había dormido bien, ¿tendrá pesadillas otra vez, tal como cuando eran niños? Su cabello... ese cabello que ella siempre cuidó con tanto cariño, antes era largo, podía recordar que suelto le llegaba hasta los muslos, pero solía recogerlo en un moño... la chica frente a él tenía el cabello un poco más abajo de los hombros. Ella había cambiado mucho... pero seguía haciendo latir su corazón como la primera vez.
—No lo entiendo... ¿Aslan dejó que esto pasara?
—¿Aslan? Nos abandonó al mismo tiempo que ustedes.—Lexie tensó su mandíbula al escuchar al enano decir eso.
En cambio... Edmund al escucharlo sintió mucha culpa, aunque en realidad no la tuviese.
—Nosotros no quisimos abandonarlos...—Agregó Peter.
—Pero eso no cambia las cosas, ¿O sí?
—Llévanos con los narnianos, eso sí.
El resto del viaje prosiguió en silencio, nadie se atrevía a decir nada más.
Y una vez llegados a su destino, comenzaron a bajar.
Edmund dejó escapar un suspiro, Lexie ya había bajado de la barca y no se le dió la oportunidad de ofrecerle ayuda para descender.
Entre todos movieron la barca hacia tierra, mientras que Lucy analizaba el lugar, encontrándose con un oso no muy lejos.
—Hola, ¿qué tal?—dijo, sonriente. Llamando la atención de los sus hermanos, mientras que el enano y La Solemne amarraban la barca, sin prestar mucha atencion.—No te asustes, somos amigos.
Lexie volteó, dándose cuenta de la situación.
—Oh no...
—¡No se mueva, majestad!—advirtió Trumpkin, a la vez que el oso comenzaba a acercarse a la chica.
—Mierda, no. ¡Lucy, muévete de ahí!—la nombrada hizo caso, mientras que la pelirroja y Susan preparaban su arco, listas para atacar.
Lucy cayó al suelo, preocupando aún más a sus hermanos.
—¡Dispara, Susan, dispara!—gritó Peter, corriendo junto a Edmund.
El oso se levantó, queriendo atacar a la menor. Lexie disparó, haciéndolo caer, Susan volteó a verla, en shock.
—Tienes que ser más rápida, Susan...
—¿Por qué el oso no se detuvo?—le preguntó.
—Creo que el hambre no lo dejó.—respondió el enano.
ESTÁS LEYENDO
My everything [Edmund Pevensie]
AventuraHay una antigua leyenda japonesa que habla sobre las almas gemelas... "Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar o contraer, pero nunca romper"...