Capítulo 13.

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La guerra había terminado y nuevamente fue gracias a nuestros increíble reyes y reinas de Narnia y por supuesto, no hay que olvidar al que fue el príncipe de Telmar y por supuesto, a todos los narnianos que ayudaron para que todo fuese posible.

En medio de una gran e increíble celebración, los reyes y reinas, junto al gran león Aslan, avanzaban entre los narnianos, seguidos de todos aquellos que fueron de gran ayuda.

Aquel castillo que alguna vez fue de los telmarinos, ahora mismo, era el gran lugar de celebración para los increíbles e inolvidables reyes y reinas.

El día fue de pura celebración, tal como fue aquella vez que los de antaño se volvieron reyes... había comida, baile, discursos emocionales, ovaciones e incluso, fuegos artificiales.

-Ed.-tiró de su manga.

-¿Sí?-se giró a verla, encontrándose con sus bellos orbes verdes esmeralda.

-Hay algo que quiero mostrarte.

-Claro, ¿el qué?

-Ven.

Lo tomó de la mano, sacándolo del lugar de entretención, en dirección a la habitación que pertenecía a la chica.

-¿A dónde me lleva la hermosa reina de Narnia?-ella sonrió al escucharlo, abriendo la puerta del lugar.

-Ahora verás.

Entraron y El Justo miró el lugar algo extrañado.

-¿Es esto... un tipo de proposición?-levantó una ceja, sonriente.

-¡Edmund!-le dió un golpe amistoso en el hombro.-Que mal pensado eres.-él rió.

-Es broma, es broma.-la atrajo hacia él y le dió un pequeño beso.-...tal vez.

La pelirroja volteó los ojos divertida y sostuvo su colgante.

-¿Me podrías ayudar?

-Claro...-el chico le sacó el colgante, aún sin comprender.-Ten.

-Nop.-sonrió.-¿Ves esa silla? Ponla justo debajo de esa puerta.-dijo haciendo referencia a la puerta del ático, el pecoso hizo caso.-Ahora, usa la llave del colgante para abrirla.

-¿Okey...?-nuevamente hizo lo que se le pidió, dejando caer la escalera del ático.

-Sube.

-¿Eh?

-Suuuube.-lo empujó hacia la escalera y ambos subieron.

-Esto es...

Se dió el tiempo de mirar el lugar, estaba lleno de polvo, pero se veía un caballete para pintar y muchos lienzos cubiertos por el mismo polvo.

-Es un... un lugar repleto de polvo.

-Eso parece, ya que nadie ha entrado aquí en meses, pero en realidad...-tomó uno de los lienzos, soplándolo para que el polvo saliera. Le ofreció el cuadro al castaño y él lo miró.

 Le ofreció el cuadro al castaño y él lo miró

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My everything [Edmund Pevensie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora