Cap 10

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A las 10 de la mañana nos levantamos con el grito de mi madre llamándonos a desayunar.
Sirius rezongó y me atrajo más hacia él.
- Siriuss- dije susurrando.
- Ummm
- Hay que ir a desayunar.
- Ay vale.
Bajamos las escaleras todavía medio dormidos y yo ayudando a Sirius a bajar las escaleras.
- Hola familia- dijo él con voz de dolor.
- Sirius, hijo mío que te han hecho. No vas a volver con ellos hasta que yo lo permita- dijo mi madre - siéntate, estarás hambriento.
- Muchas gracias, Euphemia.
Mi madre le acarició la cara y le puso unas tostadas, unas tortitas, dos huevos, una taza de leche y dos lonchas de beicon.
Y para James y a mí un sándwich.
- Te lo dije Sirius, eres el consentido.
Él me sacó la lengua y empezó a comer.
- Espera un momento. A qué hora has dicho que llegaste?
- No lo dije. Pero creo que llegue sobre las tres o así.
- A las cuatro y doce.- especifiqué yo.
- Espera, espera, espera. Tu sabes cuándo llegó. Y eso significa que Kreacher lo llevó a tu habitación y eso significa que HAS DORMIDO CON MI HERMANA.
- Hijo por favor- dijo mi madre acariciándole el pelo.- que es Sirius
- Por eso mismo mamá. Papá, no vas a decir nada? Es nuestra pequeña __.
- Pero a Sirius lo conocemos perfectamente.
- Papá, no. No lo conocéis en absoluto.
- James. __, me ha estado curando los cortes. Y luego ya le hice un cacho porque no me parecía bien que ella durmiera en el suelo.
- Y EN LA MISMA CAMA?!! __ tómate la pastilla del día siguiente.
- Cielo, si estás ardiendo. Tienes fiebre?- cortó mi madre mirando mal a mi hermano
- Si, se la intenté bajar con un par de paños pero no dieron resultado.
- Y por qué no me llamaste?- preguntó mi madre
- No quería molestar. - dijo Sirius.
- Tu no te preocupes, cielo. Y ahora vamos a bajar esa fiebre. Y después pasaremos el día en el Callejón Diagon para comprar los regalos de Navidad y comida para la cena.
Tras un par de hechizos de mi madre, nos preparamos para irnos y tras el uso del coche, llegamos al Caldero Chorreante y mi padre parecía el ministro de magia porque dábamos dos pasos y se paraba a saludar a alguien.
- Para la próxima no lo traemos- dijo mi madre fastidiada.- ir yendo vosotros a comprar. Nosotros os alcanzamos luego.
- Vale.
Fuimos a Flourish y Blotts porque quería comprar un libro para Regulus y otro para mi madre.
Luego fui a la tienda de bromas de Gambol & Japes para comprar unas cosas para James, luego fui a la heladería de Florean Fortescues comprar una caja de chocolates para Remi y luego fui a Artículos de Quidditch de calidad para comprarle un barniz de escoba a Sirius.
A mi padre le compré una caja de anzuelos mágicos porque este año le ha dado por la pesca.
Fuimos al Caldero Chorreante a comer y luego volvimos a dar una vuelta.
Yo tenía un poco de frío porque había ido en zapatillas en vez de con las botas y me estaba congelando, y además, los vaqueros negros que llevé eran súper finos así que acabé con la bufanda de mi hermano y el gorro de Sirius puesto.
A las cinco nos fuimos a casa para preparar la cena de Nochebuena. Yo hice unas croquetas y luego unas patatas asadas a la lumbre y un mix de mozzarella, patata, huevo y jamón para acompañar la carne que estaba asando mi padre.
Mi madre hizo una ensalada y los chicos pusieron la mesa.
A las nueve empezamos a cenar y papá nos empezó a contar por septuagésima vez su encontronazo con un vampiro cuando el tenía diecisiete años.
- Fleamont ya se lo has contando mil veces.
- Pero con esta historia fue como te enamoré.
- Sabes que eso es mentira Fleamont.
- Ahora me lo niegas pero cuando estabas en Hogwarts no decías lo mismo.
- Sabéis que Arthur y Molly se van a casar?- dijo mi madre molesta
- Es en serio? - pregunté yo con una patata en la boca
- Si ayer le pidió matrimonio y decidieron que se iban a vivir juntos. No es adorable?
- Pero no son muy jóvenes?- volví a preguntar.
- Pero así es el amor. Tu padre y yo los independizamos a los 17, tras acabar Hogwarts y aquí estamos
- Ya vamos viejos y gordos pero si, aquí estamos.
- Ay, Fleamont por favor. - él se limitó a reír y besó a su mujer en la mejilla
- Perfecto, vale. Vamos a cambiar de tema porque no quiero aquí una escenita. Visteis a bailar a Minnie con Dumbledore?- dijo mi hermano casi riéndose.- es la vez que más la he visto bailar.
- Pensé que había sido la única.- dije con los ojos como platos - baila mejor que yo.
- Pues, hija eso es difícil, porque el verano pasado empezaste a ir con Lily a un curso ese de danza moderna muggle y la verdad se te da bastante bien.
- Como yo no sabía que habías estado yendo con mi futura esposa a bailar?
- Porque era cuando tú estabas en la piscina del jardín con estos.
- Pues nos tienes que enseñar como bailas- dijo Sirius.
- Sigue soñando, Sirius que tú a mi hermana no la ves bailando con esa música moderna extraña mientras yo siga vivo. Que con la letra que tienen algunas cancioncitas te puedes llegar a imaginar cosas.
- Ay, por favor.
- Por eso estabas todos los días escuchando esa música a todo volumen en tu habitación?- dijo James
- Claro, tenía que ensayar.
- Pues este verano pienso verte.- dijo Sirius ignorando a mi hermano
- Ya veremos.- le contestó James.
A las 11 tras una partida a las cartas y ganar cuatro galeones, cinco sickles, dos knuts y las gafas de mi hermano nos fuimos a la cama.
Al día siguiente, nos despertamos pronto para abrir los regalos.
A James le regalaron una escoba, una camiseta con su equipo de quidditch favorito, unas zapatillas y de mi parte los artículos de bromas.
A mi madre dos libros, uno por cada hijo, Sirius le regaló una taza con una frase que ponía para la mejor madre del mundo y mi padre le regaló una cesta de picnic que tanto quería.
Por otro lado, Sirius recibió otra escoba, otra camiseta, un álbum de fotos con fotos de los merodeadores y con nuestra familia entera y solo o con James o conmigo y luego ya mi barniz de escoba.
Para mi padre, una caña de pescar, un kit de pesca, un apagador y mis anzuelos mágicos.
Y luego ya a mí me regalaron una escoba( según mi padre es que había tres por uno en escobas), un baúl con ropa muggle de parte de mi madre, un vestido rojo de parte de mi hermano y un colgante con forma de corazón con un rubí granate y dentro una foto donde salíamos Sirius y yo sonrientes y abrazándonos y un grabado por detrás con nuestros apellidos.
Por la tarde, envié a Lucius una carta deseándole feliz navidad y un dibujo a carboncillo que le había hecho y el libro a Regulus con un montón de apuntes míos y respuestas de exámenes.
Mas tarde, me llevé una sorpresa cuando vi a Remus cruzando la calle y tocando nuestra puerta.
- Remiiii. - salté a sus brazos y enredé mis piernas en su cintura y lo metí dentro de casa para que se calentara junto a la lumbre.
Minutos más tarde, sus padres entraron con tappers en la mano y llenitos de nieve.
- Donde dejo esto, Euphemia? - dijo la madre de Remus señalando la comida
- Déjalo dentro del horno para que conserve el calor, Hope, mientras los niños se dan los regalos.
Nos sentamos todos con nuestros regalos al lado de la chimenea y nos dimos nuestros regalos.
- Nosotros ya nos hemos dado los nuestros- le dijimos a Remus.
- Bueno, pues os doy yo los míos.
Sacó tres paquetes y cada uno miramos a ver quién empezaba.
- La última en abrirlo va a ser __, que es el que más ilusión me hace.
- Remusin, Remusin, que como sea por enamoramiento
- Joder, que pesao eres macho- dijo Sirius.
James le dió el regalo a Remus, que era una mochila nueva para llevar los libros y James recibió un libro de como hacer que la que te gusta te haga caso.
- Que gracioso.
- Es que Lily no te hace ni puto caso, y lo sabes.
Sirius le dió el suyo a Remus que era un cojín que ponía: para que no te tumbes en __.
- Que simpático, Sirius.
- La utilizas como una almohada, que quieres.
Sirius recibió un reloj de bolsillo con el escudo de Gryffindor.
Y por último, yo le di a Remus una caja grande lleno de chocolates y un par de botes con la poción Matalobos.
Al abrir la caja salió corriendo dando saltos
- Mamaaaa, mira lo que me ha dado __.
- Pues no me vuelvas a pedir que te compre chocolates hasta el 15 de octubre.
- Ay no mamaaa que me lo acabo enseguida.
Volvió al salón y me dió mi regalo
Abrí la caja y vi a una pequeña criatura dormida en el fondo de la caja.
La mire curiosa y cuando abrió los ojos chillé.

La mire curiosa y cuando abrió los ojos chillé

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- Me encantaaaaa.
Lo cogí en brazos y sentí que se me cayó el colgante que Sirius me había regalado.
- Chee, no. No seas malo. - le quite el collar y se lo di a Sirius para que lo guardara.- muchas gracias Remi. Mamá, mira lo que me ha regalado Remus.
- Me voy a cagar en todos tus muertos, Lupin.- gritó mi padre desde la cocina.- ahora nos toca guardar todo en caja fuerte y seguro que me toca limpiarlo a mí.
- Recuerda que me lo llevo a Hogwarts, papá.
- La única opción que tenías para que el bicho ese de quedara.
- Puedo cogerlo? - preguntó Sirius.
- Toma.
El escarbarto se subió a su hombro y empezó a buscar por todo el cuerpo si había algo de oro.
Luego, como era una cría se durmió enseguida.
- Como lo llamo?- pregunté a los chicos mientras jugaba con él.
- Algo que vaya con Gris o con azul, por sus ojos.- respondió mi hermano
- Titanic - dijo Remus
- Pues como tenga un final igual de trágico ya la hemos cagao.- contestó Sirius
- Ay pues no sé.- dijo Remus
- Casper, como el fantasma ese de la película de muggles.- dije toda emocionada
- Cuál?- preguntaron los tres
- Dejadlo. Mira le queda mejor Humo. Aunque a lo mejor suena mejor en inglés. Smoke. Pues ala Smoke.
Lo empecé a levantar a la altura de mi cara y luego jugué con él sujetando una cadena poniéndolo boca arriba.
Los Lupin se fueron a las dos de la mañana cuando ya Lyall y mi padre ya empezaban a desvariar tras ocho cervezas.
A la mañana siguiente, tras dar de comer a Smoke bajé al salón.

¿Otra Potter? - Sirius Black y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora