Cap 14

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Hogwarts llegó antes de que yo lo quisiera y cuando estaba subida en el andén, me metí en el primer vagón vacío que vi y me tiré todo lo larga que era mirando hacia la ventana viendo pasar el paisaje hasta que me quedé dormida.
Entonces, en menos de una hora después, me desperté lentamente y me sobresalté cuando me encontré con la mirada de Lucius, mirándome fijamente desde el otro lado del compartimento. Me incorporé de un respingo y vi su cara llena de cortes y moratones.
- Que cojones haces aquí?- dije a la defensiva.
- Veo que no has tenido en cuenta el comentario que te hice sobre el vestido. Te veo de buen comer.
Le sonreí falsamente, pensando en mis adentros que eso no era verdad, que no había comido bien en días.
- No me vas a preguntar qué me ha pasado?- dijo sensualmente
- No tengo ningún tipo de interés, además todo lo que te haya pasado ha sido poco. Te lo mereces.
- Tan pronto te echas nuevo novio, eh? Esa misma noche. No te lo ha contado?
- No volveré a tener novio, si así querías llamarte, ni a mostrar ningún tipo de afecto
- Así que me amabas- dijo.
- Amar es una palabra muy fuerte. Pero podría haber aprendido a amarte, pero fuiste un gilipollas.- miré por la ventana recordando lo de aquella noche y volví a mirarle.
- Haré que caigas.
- Mucha suerte con eso- dije soltando una leve carcajada.
- No me iré si es lo que esperas.
- Pues que quieres.
- Mi oferta sigue en pie.
- Si dices la de casarme contigo, mi respuesta es, y siempre será un rotundo NO.
- Que pasa? Sirius es mejor que yo? Por qué no lo creo.
- No estoy con Sirius. Mira que eres pesado. Y ahora vete.- dije levantando un poco más la voz señalando la puerta.
- No lo pienso hacer.- dijo acercándose a mi apoyándose en sus rodillas - no hasta que sepas lo que ha hecho. Mejor dicho, lo que han hecho por ti.
- A que te refieres.
Sonrió de lado con superioridad y se acomodó en el asiento, con su tobillo sobre su rodilla y sus brazos cruzados sobre su pecho.
- Cuándo te fuiste de aquella estúpida fiesta, Regulus hizo llamar a un carruaje y salir detrás de ti y eso es lo que hizo..
- Pero él nunca llegó a mi casa..-conteste yo desconfiando del rubio.
- Porque sabía lo que iba a pasar, se lo ibas a contar a Sirius en cuanto llegaras porque como toda chica estúpida, busca la ayuda del chico malo y popular, y recogió a Sirius a la puerta de tu casa. Llegaron a la mansión de nuevo y los dos hermanos dejaron atrás sus diferencias....
- Te has estudiado la historia verdad?
- Puedes no cortarme por favor? En fin, que llegaron a la mansión de nuevo y ambos hermanos empezaron a buscarme como si de algo malo se tratará y en cuanto Sirius me vio, vino hacia mí sin importar que cualquier persona se interpusiera en su camino y al llegar a mí me dió un golpe en la mandíbula donde tú habías marcado anteriormente, tirándome al suelo. Mientras tanto Reg estaba respaldando a su hermano peleándose con cualquiera que intentara quitar a su hermano de encima mío mientras me pegaba en la cara y costillas "castigándome" por lo que había hecho-solto una pequeña risa y siguió - intenté defenderme pero fue mi padre quien lo quito de encima, rompiéndole el labio. Poco le hizo, en mi opinión. Ambos hermanos fueron echados de la fiesta y enviados a casa.
Sirius hizo lo posible por bajarse en tu casa para evitar la riña de su madre, el muy gallina.
- Poco te pegó, si es cierto lo que me dices. Pues no me creo nada de lo que dice tu lengua de serpiente.
- Pues ya me dirás otra cosa cuando está lengua viperina se meta entre tus piernas.
Me levanté y le di un guantazo volviendole la cara.
- Tarde o temprano, linda. Tarde o temprano.
Salí rápidamente de allí y busqué a mi hermano.
Me metí en el compartimento de Remus, James y Sirius y me abracé a mi hermano.
- Te encuentras bien?- dijo James mirándome mientras subía mis gafas.
- Si, solo necesito un poco de calma
Los tres me miraron preocupados pero solo me topé con una mirada directamente a mis ojos.
Lo miré y leí sus labios. Simplemente asentí.
Sirius tensó la mandíbula y miró al suelo del vagón.
Se hizo un silencio sepulcral y así seguimos hasta que el tren paró y el silbido sonó y Sirius, cogiendo su chaqueta, salió corriendo del vagón.
Me levanté detrás de él y empujándolo lo metí en un compartimento. Cerré la puerta e intenté que entrara en razón.
- No vayas, Sirius. No merece la pena.
- Ese hijo de puta no va a volver a tocarte. - dijo alterado caminando de un lado a otro en el vagón.
- Sirius me ha contado todo. Sé cómo lo dejaste. No quiero que se piense que soy débil o lo intentará más veces.
- Pero no puedo dejarlo así. Te envenara el jugo de calabaza en cuanto pueda.
- Sirius, no puedes arreglar todo pegando a la gente....
- Pues dime tú otra manera, ____, por qué yo no veo ninguna- dijo elevando sus brazos mientras me miraba.
- Lo siento chicos pero deben desalojar el andén - dijo el conductor.
Agarré a Sirius del brazo y lo saqué de allí.
- Sirius queda un semestre y se irá. Acabará todo. Por favor prométeme que no vas a intentar pegarle cada vez que lo veas. O sea, no quiero eso. No quiero.
- Está bien, pero solo porque tú me lo pides.
Me abrazó por los hombros y me pegó a él.
Fuimos caminando y nos encontramos con el susodicho.
- Que pasa, ___. Sigues siendo la débil de siempre? Otra vez con el traidor? Cuida bien a tu león deforme. Gruar.- dijo Bellatrix
Le puse una mano en el pecho a Sirius evitando que fuera hacia ellos.
- Déjalos por favor, que son gilipollas. Y que hacen los gilipollas?
- Gilipolleces
- Muy bien. Pues no hagas tú una por fa. Vámonos.
- Si, no sea que el picha corta de Sirius nos quiera arañar aunque sin el abrazafarolas de James poco va a hacer.- dijo Rosier
Ya habíamos llegado al límite. A ver, si van a insultar al bocachancla de mi hermano eso ya no lo permito. Solo yo puedo insultarlo.
- ME CAGUEN LAS FAROLAS QUE ALUMBRAN LAS TUMBAS DE TODOS TUS MUERTOS. - dije acercándome hacia ellos. - tu estás en buenas condiciones de decir nada mastuerzo. He oído que tienes una madre tan gorda que tiene su propio código postal. Y que tú padre es más feo que un carretillo con pegatinas. Y tú. Tus neuronas están en la lista de especies en extinción así que mejor cállate porque te voy a meter una hostia que vas a aparecer en uno de los anillos de Saturno. En cuanto a ti,- dije mirando a Bellatrix, quién, con la cara seria y caminando lentamente hacia atrás conforme me acercaba me miraba con temor.- tu cállate que eres más fea que unas bragas marrones
- ____, cálmate - dijo Sirius con ganas de reírse.
- Y UN COJON COMO LA MANGA DE UN ABRIGO. Esos tienen una cara más dura que la rodilla de una cabra.
- Vale, ya, ya. Valió - dijo agarrándome los hombros mientras los otros salían corriendo hacia el castillo. Empezó a reírse con la cara en mi cuello mientras yo me acababa de relajar de nuevo y caminábamos hacia el castillo.
- Ay mierda.
- Que pasa- preguntó Sirius.
- Se me ha olvidado llamarlos meapilas y lamebotas.
- Ya era suficiente yo creo- dijo muerto de la risa.
Entramos al Gran comedor con la mirada de todos mientras nos cagabamos de la risa porque encima estaba Sirius que repetía los insultos cada dos por tres y yo algunos no me acordaba ni de que los había dicho y me moría de la risa.
Nos sentamos con James y Remus. No había visto a Peter en todo el trayecto
- Y de dónde venís vosotros dos? - preguntó mi hermano molesto.
- De pegarse el lote, seguro.
- Remus, por favor. - dijo mi hermano alteradisimo.
- Estábamos describiendo a los Slytherin en su cara. Que pena de grabadora tío.
- A ver, que le has dicho ahora. - dijo Remus aburrido mirando a Sirius
- Pero si ha sido aquí la enana. Y le ha dicho de todo. Luego os lo contamos mejor en la sala común.

¿Otra Potter? - Sirius Black y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora