Cap 15

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-____, por favor. Ayúdame.
- Pero que te pasa ahora. PERO COMO COJONES HAS PODIDO METER LA CABEZA AHÍ, BATRACIO.
Y en efecto, el inteligente de mi hermano, nótese el sarcasmo, había metido la cabeza en un jarrón de la sala común porque Sirius le había dicho que dentro había una nota de Lily para él, y como mi hermano pues, ya sabemos cómo es hablando de la pelirroja, pues no le llegaba el brazo al fondo y metío la cabeza para ver si la veía. Al final, le hicieron tope las orejas y no había dios que le quitara el jarrón de la cabeza.
A todo esto, estaban:  Remus con cara de desaprobación, Sirius descojonandose de la risa y yo ayudando a mi hermano mientras Lily nos miraba desde el otro lado de la sala común con cara de WTF.
Uno que estaba desaparecido en combate era Peter, que casi no venía con nosotros y faltaba muchas clases y Regulus estaba cada vez más tiempo conmigo porque desde la noche en la Mansión Malfoy no quiere que se me acerque el rubio teñido.
En clases, no se hablaban más que de los TIMOS, y Remus y yo nos las pasábamos todas las tardes estudiando o en la sala común o en la biblioteca, dependiendo del frío que hiciera. El cabeza hueca de mi hermano casi no estudiaba y Sirius ya es otra historia.
Todas las semanas había fiesta en un sitio o en otro y ellos no se perdían ni una.
Por otro lado, según los chicos de Hogwarts, yo había pegado un gran cambio. Debido a los fuertes entrenamientos de Quidditch y que no comía tanto como antes, había adelgazado bastante y marcado mis músculos. Desde Navidad había bajado seis kilos. Y teniendo en cuenta que estamos a principios de febrero, según Madame Pomfrey, que me veía escuchumizada, eso no era bueno y me hacía mediciones cada semana.
El primero que me lo dijo fue Reg, que se preocupó por mi al notar que solo desayunaba y cenaba.
Pero uno de los que no parecían apreciar el cambio era Lucius, que se aseguraba de que yo me siguiera viendo mal.
Aprendí a maquillarme aunque no me gustaba nada e intenté ponerme lentillas, pues las gafas cada vez me gustaban menos y hacían que mi cara se viera más gorda. Con un poco de magia y otros tratamientos muggles que escuché a Lily, me respingue un poco la nariz e hice crecer mis pestañas.
Intentaba estar guapa, porque no entendía cómo es que a todas las chicas de Hogwarts le decían nada más levantarse lo guapas que estaban mientras que de mi pasaban o a veces hasta cuchicheaban.
Mi refugio en el bosque prohibido se hizo cada vez más grande porque cuando no estaba estudiando o entrenando me ponía a perfeccionarlo con ayuda de mi escarbato.
Con Sirius todo había cambiado.
En Navidades, que era super cariñoso, siempre intentando que estuviera bien y tal, sólo duró un par de días más. El día 10 de enero ya pasaba de mi como de la mierda y yo pensaba que era porque algo estaba mal conmigo entonces tampoco hice mucho hincapié para juntarme más a mi grupo.
Remus y Reg eran los mismos, eran los únicos que no me hacían dudar de que estaba en mitad de un sueño absurdo del cuál no pudiera despertar.
En clases seguía con mis dieces y hasta en pociones con Slughorn, sacaba la máxima nota.
Por ser una alumna brillante, el profesor Slughorn me había invitado a uno de sus bailes o reuniones o lo que hiciera esta vez pero no me apetecía ir. A ver, por un lado quería ir para no dejar solo a Remus pero por otro.... iba a estar Lucius, Tom, Bellatrix y bastantes más, y Reg no podía ir porque tenía un examen esa misma semana y no quería volver a sacar un insuficiente con Minnie.
Además, tenía que pedirle a alguien que viniera conmigo, y no estaba dentro de mis planes.
- Venga, ya. ___, por favor. No puedes ser tan antisocial.
- Quién me lo prohíbe?- le repliqué a Remus que encima estaba de mal humor porque se venía cambio de luna y eso le afecta un montón.
Además, había previsiones de tormenta eléctrica y era lo único que nos faltaba para convertirnos en animagos.
- Pues tú mejor amigo? Por ejemplo?
- Pero tú vas a ir con Lily que más te da.
- Pero Lily no eres tú.- dijo medio haciendo berrinche.
- Venga ya ni que yo fuera tan inprescindible.
- Ummm- dijo con cara de cachorrito.
- Remus que ese que de verdad que no quiero ir. Así estudio más.
-Umm.
- Aghh, está bien. Pero no pienso quedarme a más de las 11.
- ___, eso empieza a las 10:30.
- Por eso, está belleza necesita sus horas de sueño.
- Pues vete buscando pareja.
- Joder.
Con quién me tocó ir al final con el mentecato de Diggory, al cuál lo dejé en la barra de comida y no lo volví a ver. Remus se lo estaba pasando bien con Lily y no quería ser una molestia.
No sé qué había pasado entre Lily y Severus pero ahora casi no se hablaban.
En fin, que llegó Lucius con sus comentarios de pesado mayor de Hogwarts.
- Hola, linda.
- Que es lo que quieres ahora, Malfoy?
- Te queda bien este vestido.
Llevaba un vestido plateado con brillos largo, atado a la cintura y bastante pegado.
- Gracias- dije tras pegarle un sorbo a mi cerveza de mantequilla.
Me quitó la copa y la dejo encima de una pequeña mesita.
- Oye!!!
- Tendremos que ir a la pista de baile.
- Tengo pareja.
- Le he pagado para que se fuera. Aceptó gustoso. 20 galeones no se ganan así como así.
- Insinúas que salir conmigo tiene un precio.
- Yo pagaría lo que fuera para que tú fueras mía.
Me acarició la mejilla y echó un mechón de pelo hacia atrás.
- Te queda bien el pelo ondulado.
Me aparté lentamente de él.
- Lucius, no. Mi respuesta sigue siendo no.
- Pues va a ser de una manera o la otra .
Se fue dejándome sola en la esquina de la fiesta donde volví a coger la cerveza de mantequilla.
Y me fui a mi habitación.
Por la mañana me dolía un montón la cabeza y al mirarme al espejo vi que estaba bastante guapa a decir verdad así que no me maquillé.
Odiaba maquillarme y peinarme, osea la frustración de por las mañanas es que me enerva.
Tenía hambre, mucha hambre. Quizá la cerveza de mantequilla que me tomé anoche me da hambre y sed.
Y fue en ese mismo instante en el que vi una caja roja encima de mi baúl.
Lo abrí y vi que eran chocolates.
Había una nota y la leí
Perdón por no haberte hecho mucho caso ayer, Lily me estuvo contando algo que pasó con Snape.
Te sigo queriendo mucho.
Tras leerla la dejé encima de la cama donde se cayó un papelito pero no hice ni caso y me comí la cajita de chocolates porque no había cenado nada ayer.
Cuando me doy este tipo de entripados me odio a mi misma porque aunque no tenga hambre sigo comiendo y luego me siento fatal y vuelvo a vomitar lo que me provoca un círculo vicioso que no me deja.
Cuando me comí todos los chocolates, miré a ver qué se había caído y desde ese instante no pude dejar de pensar en una cosa.
Pensar en él.

¿Otra Potter? - Sirius Black y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora