Cap 11

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Los Malfoy estaban en mi salón a las 11 de la mañana. No tenían una cosa mejor que hacer?
- Buenos días, Señorita Potter. - dijo Abraxas saludándome mientras bajaba.
- Buenos días, señor y señora Malfoy. Lucius. - hice un gesto con la cabeza y bajé a saludar formalmente a los Malfoy.
Tras darle dos besos en la mejilla a Lucius, me guiñó un ojo.
Le di un leve golpe en el brazo y mi padre invitó a los Malfoy a pasar al salón.
Como Abraxas es socio de mi padre, la visita no era tan sorpresa, pues se llevaban bastante bien e incluso salían de pesca juntos.
Sin embargo, mi madre llevó a la madre de Lucius, que no tengo idea de cómo se llamaba, a la cocina para hablar un rato.
Yo saqué a Lucius al jardín y tras ponerme el abrigo, botas y bufanda salimos y nos tumbamos en la nieve.
Estuvimos en silencio hasta que empezó a hablar.
- Me encantó el dibujo.
Me sonrojé a unos niveles altísimos. A ver, a mí también me gustó cómo quedó pero no sé.

Me parece un poco... demasiado. No sé cómo explicarlo.
- Gracias. Mis padres dicen que me debo hacer artista.
- No tengo ningún problema a que mi futura esposa se dedique a pintar. Puede hacerse rica y todo.
- Prefiero estudiar para poder trabajar en San Mungo.
- Si te casas conmigo, eso no hará falta.
- Que pesado eres con eso.
- No me negarás que te imaginas una vida conmigo.
Me tiré en la nieve y lo dejé por imposible.
- Eres de lo que no hay.
- Te gusta hacerte la difícil o esta es tu manera de coquetear? O te da miedo que nos vean tus padres?
Me volví a incorporar.
- Crees que te estoy intentando enamorar?
- Entonces es Sirius.
- Pero que dices?
- Si es Sirius. No he pasado por alto las miraditas que os echasteis en el baile de Navidad. Parecías disfrutar su presencia y de la nada aparece con las heridas curadas y tú quieres trabajar en el hospital. Que coincidencia, no?
- No tienes cerebro. Además como sabes tú que Sirius tenía heridas.
- Su elfo doméstico y el mío tienen charlas de vez en cuando y pues, corren rumores
- Rumores de qué, Lucius? De que su madre lo maltrata? Pues si, si lo maltrata y nosotros queremos que no pase por eso y lo acogemos en nuestra casa. Hay algún problema con eso?
- El no sabe que tú eres mía
- Lo primero de todo, no soy tuya, ni de Sirius ni de nadie. Soy de mis padres hasta la mayoría de edad y punto y luego seré mía de por vida.
- Eso cambiará en cuanto salga de Hogwarts
- Vete a la mierda.
Me volví a acostar en la nieve y sentí unos labios sobre los míos
Estaban fríos, diría que congelados pero al entrar en contacto con los míos, iban perdiendo esa gélida sensación.
Me sujetó la cara con las manos atrayéndome hacia él y tras unos segundos asumiendo lo que estaba pasando le correspondí el beso.
Cuando nos quedamos sin aire nos separamos y nos miramos a los ojos
Mis mejillas estaban al rojo vivo y sus ojos grises penetrantes me hacían bajar la mirada pero sus manos no lo permitían. Volvió a besarme pero esta vez cayó encima y riéndonos volvimos a besarnos.
Con una sonrisa nos separamos y volvimos a ponernos en la nieve como antes.
- Te dije que ibas a caer en mis encantos
- Pues el que has caído has sido tú.
Empezó a reírse y luego nos levantamos y empezamos a tirarnos bolas de nieve
Cuando entramos a casa estábamos empapados y nos tuvimos que poner una manta por encima.
Cuando se fueron, me dieron todas las instrucciones que debía seguir para ir a la fiesta. Debía llevar un vestido largo, mi varita(si era mayor de edad) un plato de lo que me diera a mí la gana y unos tacones de ,al menos, 10 cm. Estos se piensan que mis tobillos van con cemento.
El día de la fiesta, me levanté temprano por la mañana. La fiesta no era hasta las nueve de la noche pero tenía que hacer cosas productivas.
Me duché y ordené mi cuarto, bañé a Smoke aunque me puso un montón de resistencia, y luego, ya hice otras cosas, como comer algo, bailar un rato y preparar el vestido.
Era un vestido rojo largo, con la espalda al descubierto y sin vuelo. La parte de abajo tenía una raja del tobillo a la parte baja del muslo. Se ataba en la cintura marcando mejor mi cintura de avispa trabajada con esmero porque a a mi padre le resultó más fácil encontrar una poción alisadora que una poción para tener un cuerpazo.
A las ocho y media, pasó a recogerme un carruaje negro y tras despedirme de todos me metí en el carro y me fui a la fiesta. Iba con otra chica de Hogwarts en el carruaje. Una Ravenclaw, me parece. Creo que era una chica de cuarto año que se lió con Sirius en octubre.
Llegamos a las nueve y cuarto y cuando nos abrieron la puerta vimos que estaba todo lleno.
Me encontré a Regulus en la mesa de los dulces donde dejé mi plato de macarons y cogí una cerveza de mantequilla.
M

e di la vuelta para buscar a Lucius pero él me encontró antes.
Me dió un pico y me abrazó con fuerza.
- Tenía mis dudas de que fueras a venir.
- Te dije que vendría y no suelo romper mis promesas.
Reg estaba por detrás con la boca abierta tras el saludo de Malfoy.
- No has estado en mi casa nunca, verdad?
- Creo que vine una vez cuando tenía cuatro años.
- Pues ven, te quiero enseñar mi habitación.
Me cogió la mano y estuvimos pasando entre la gente hasta llegar a unas escaleras de madera negra y subimos tres pisos hasta llegar a una puerta del mismo color que las escaleras y nos metimos en ella.
- Tu casa es enorme.
- Dentro de poco tu casa también.
Le di un golpe en el brazo y me puse a ver si habitación.
- Es preciosa.
- A mi madre le encanta redecorar cada poco.
Su cama era enorme y parecía super blandita. Me senté en ella y el se sentó en la silla del escritorio apoyando su brazos en el respaldo y sobre ellos su cara.
- Por que me has traído aquí?
- Quería estar un poco más lejos de la gente. Y además te tenía que preguntar algo antes.- lo miré extrañada- sabes lo de los horrocruxes?
- Joder, es verdad se me olvidó escribirte sobre ello.
- Es que mi madre me dijo: haz los deberes antes del día de la fiesta. Y como no tenía la información suficiente, me dijo que en cuanto te viera que los hiciera.
- Vamos que Lucius Malfoy está castigado.
- Ja ja qué graciosa.
Le di toda la información que sabía acercándome al escritorio.
Cuando acabó de escribir, me cogió de la cintura y me sentó sobre él.
- Lucius, para.- dije mientras me hacía cosquillas.
Puso su cabeza en mi cuello y empezó a besarlo.
- Lucius para. No quiero.
Me cogió y me llevó a la cama tumbandome.
- Lucius, que no.- seguía besándome el cuello bajando a la clavícula.
- Lucius..- intenté retirarme y el levantó la cabeza.
- Porque no.
- Tengo 15 años. Soy muy joven- dije incorporándome.
- Muñeca...- empezó a acariciarme los hombros y puso una pierna a cada lado de mi cuerpo.
- Lucius que no.
- ___, solo quiero demostrarte mi amor por ti.
- Pues solo quítate
Se retiró de encima mío y luego me besó.
- Perdón, mi amor.
- Es que no quiero que te entren las ganas y luego pues que te diga que no.
Así que te lo digo desde el principio, porque no me parece bien...
Me volvió a besar y me levantó
- Eres muy dulce. Bajamos?
Me dió la mano y bajamos para allá.
Fuimos a la pista de baile y empezamos a bailar.
Tiempo después, Lucius miró a alguien y yo miré en esa dirección y no vi a nadie pero el dijo
- Ahora vuelvo.
Me dió un beso en la cabeza y se escabulló entre la gente.
Minutos más tarde me encontré con su madre.
- Ay, ___, que guapa estás.
- Gracias Señora Malfoy.
- Sabes dónde está Lucius? No lo encuentro por ningún lado.
- Voy a buscarlo, no se preocupe
Empecé a caminar hacia donde se había ido y en eso que vi entrar a Bellatrix en un pasillo mirando a todos los lados como si quisiera que nadie se diera cuenta de que estaba allí.
Y como dicen, la curiosidad mató al gato.
Y eso es justamente lo que me pasó.

¿Otra Potter? - Sirius Black y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora