Cap 21

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- Hola ___. - me di la vuelta y el rubio apareció en mi campo de visión.
- Que mierda quieres ahora - dije mirándolo desafiante.
- Felicitarte supongo.
- Pues estoy más feliz sin tu presencia así que.. Adiós.
- Venga, ___. Sabes que tuvimos algo precioso.
- Si te quedas mejor repitiéndote eso, alla tú.
Me di la vuelta pero el me agarró la mano y me giró.
- Que te pasa. Eres un auténtico acosador.
Sirius me cogió del otro brazo y me atrajo hacia él.
- Tan rápido me reemplazas.
- Vamos ___. Déjalo.- me dijo el muchacho pelinegro tirando de mí.
- Que sepas que eres un gilipollas. Y un mierda.
Estuve con Lily y los chicos haciendo el subnormal toda la tarde hasta que a las diez nos fuimos todos a nuestras respectivas habitaciones y preparamos nuestros baúles ya que mañana empezaban las vacaciones de Pascua y queríamos ver a mamá y a papá.
Por la mañana nos volvimos a quedar dormidos en el andén hasta que el silbato sonó dando a entender de que había acabado el trayecto.
Salimos del andén y me encontré allí con mis padres, los abracé y tras despedirnos de Remus, y a Peter ni siquiera lo vimos aparecer en el andén, nos fuimos a casa.
Cuando llegamos a casa, también con Sirius obviamente, ordenamos las maletas y luego nos fuimos a nuestras habitaciones.
Comimos unas pizzas que hice yo con un libro de recetas muggle que me había prestado Lily y luego me puse a ensayar unos bailes que había practicado en verano.
Por la noche, cuando subimos de la cena, Sirius y James se metieron a la misma habitación y empezaron a conversar.
Y yo como hermana de James Potter, no voy a decir que no a un chisme así que me puse al lado de la puerta escuchando.
- Lily y yo hemos empezado a salir. Pensaba que merecías ser el primero en saberlo.
- Hostia tío. Lo que siempre has soñado.
- Si, el primero de los merodeadores con novia- dijo mi hermano orgulloso.- seguro que tú serás el segundo. Pero a mí hermana ni con 56 años le dejo tener novio...
- He decidido que voy a dejar de ser como soy, James. No quiero seguir así. Quiero centrarme en una y ya está.
- Pues haz como yo, échate novia.
Sirius se rió nervioso y se quedó callado.
- No voy a volver a hablarle a una chica hasta que no sea la indicada. Voy a dejar a las mujeres por un tiempo. Cambiando de tema, no encuentras a Peter raro?
- Lo veo en su línea - dijo James sin darle importancia.
- Niñoos, queréis dejar de hablar de una vez e iros a dormir ya? - dijo mi madre de forma dulce.
- Pesados de los cojones!- grito mi padre de una manera no tan dulce.
Pensé que no les harían caso así que me quedé pero en eso choqué con Sirius.
- Hostia- dije frotándome la frente que era donde me había dado.
- Y tú qué haces aquí?
- Queríais sacar del chisme a la chismosa más grande del reino.
- Así que has escuchado todo?
- Si. Cuando tenía pensado decirme James que estaba con Lily?
- La verdad, no lo sé.
Se formó un silencio y luego hablé mirándolo a los ojos.
- Así que, dejas a las mujeres?
- Si, por ahora.
- Pero yo soy una.
- Tu, eres diferente, eres ___, mi ___.
- Y que te ha hecho cambiar?
- Pensé en que podía hacer sentir mal a otra personas.
- Iros a la cama, niños- volvió a decir mi madre.
Los dos nos fuimos a la cama y nos dormimos pronto.
A la mañana siguiente, cuando estábamos desayunando, alguien tocó la puerta.
Mi padre fue a abrir pero antes de que le preguntara si quiera quien era, la mujer entró como un elefante en una cacharrería y vino hasta la cocina, donde estábamos nosotros.
- Sirius, nos vamos.- el bajo la cabeza y empezó a levantarse de la silla. Miré la cara de Sirius y no dejaba ver nada bueno.
- Perdone pero quién es usted para exigir en mi casa?- dijo mi madre colocando una mano en el hombro de Sirius haciendo que se volviera a sentar.
- Soy su madre.
- No, no lo eres. No tienes el derecho de llamarte así. Una madre no maltrata a su hijo tanto física como emocionalmente. Una madre no tiene favoritismo y mientras usted no cambie, yo seré su madre. - mi madre al parecer se lo tenía preparado.
- Estás equivocandote. Yo soy su madre y me lo voy a llevar.
- Déjalo Euphemia, no tiene importancia.- dijo Sirius volviéndose a levantar.
- Sirius, quieto aquí.- dijo mi madre.
- Si no se va por las buenas me lo llevaré a las malas- dijo amenazándonos.
- Estoy deseando ver cómo lo intentas - dijo mi padre apoyado en la puerta. - Mi mujer te ha dicho que no. Sirius no se va a ir contigo.
- Sigo siendo su madre.
- Puede que tú lo tuvieras pero es MI hijo.
-Cómo te atreves...- dijo apuntando con la varita a mí madre.
- No, no tienes el derecho a hablar. No tienes derecho a hacer nada. Lo perdiste cuando utilizaste una maldición imperdonable contra él. Sabes cuál es el castigo del ministerio por usar el cruciatus contra tu propio hijo? Justamente lo que te mereces. Por mucho dinero que tengas o lo pura que sea tu sangre, no te da derecho a tratar así a tus hijos. Así que te sugiero que bajes la varita y que desaparezcas de mí vista. Porque si no lo haces te destrozaré aunque sea lo ultimo que haga. Adiós señora Black.
La mujer salió de casa con una gran portazo y mi madre se secó una lágrima que iba cayendo por su mejilla.
- Venga, sigan desayunando, se van a enfriar las tortitas.
Sirius se levantó y abrazó a mí madre, la cual le devolvió el abrazo y le dio un beso en la mejilla.
- No vas a volver con esa mujer hasta que yo no diga lo contrario. Vamos a desayunar que se enfría.
Tras la charla amistosa con Walburga, a Sirius se le veía más sonriente y cariñoso, supongo que se le había quitado un peso de encima pero ahora James y yo estábamos celosos porque llamaba a nuestra mamá, mamá. Y lo trataba mejor que a nosotros. A papá no, a ese lo seguía llamando Fleamont.
El ultimo día de vacaciones, antes de subir al andén, a James y a mí se nos ocurrió la flamante idea, ya que nos aburriamos, de ir a decirle una broma a mi padre mientras Sirius buscaba compartimento, a modo de despedida.
- Una última cosa papá- dijimos los dos a la vez.
- Que queréis ahora, saca perras?
- No queremos dinero, solo que aciertes una adivinanza.
- Que Dios nos pille confesados- dijo mi padre- a ver..
- Por qué cruzó la gallina el camino? - dije yo
- Por qué - dijo con aburrimiento.
- Para llegar a la casa del tonto- dijo mi hermano y los dos hicimos una breve pausa.
Mi padre nos miró como diciendo, estos se han fumado una mandrágora y luego hablé otra vez.
- Knock Knock
- Quién es?
- La gallina- acabó mi hermano
Nos quedamos todos en silencio esperando la ostia de mi padre.
- No os voy a castigar pero con una condición.
- Cuál?- dijimos los dos a la vez al ver que nos habíamos librado
- Ir a contarle esa broma a vuestra madre.

¿Otra Potter? - Sirius Black y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora