Capítulo 4. Soy solo tuyo

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En este capítulo hay una parte para mayores de edad, este se encuentra al final del capítulo, sois libre saltáosla si no es de vuestro agrado, pero si es cierto que tiene importancia narrativa. Solo espero que lo disfrutéis.

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POV Narrador

No había cosa que mas le gustase a Doma que molestar a su compañero de clase sobre todo en lo referente a su pareja, sabía que Akaza era muy posesivo con Kyojuro. Entró en la clase y se alegró al ver al pelirrosa, con una sonrisa se acercó a él.


—Hola Akaza-chan.

—Déjame imbécil.

—He oído que ayer castigaste a Kyo-chan, porque no me lo presta, podría educártelo como debe.

—No voy a dejar que le pongas un dedo encima.

—Venga, mi muñeco se me rompió —se acercó al más bajo— ¿me lo dejas solo una noche? — dijo mientras le miraba con suplica en su rostro—.

—He dicho que no, búscate un juguete nuevo.

—Pero los míos aguantan muy poco, a Gyokko-chan de la clase se arte le ocurre lo mismo, seguro que Kyo-chan aguantaría todo lo que yo le haría.

—Pues te compras a un muñeco que aguante, Kyojuro es mío —por primera vez en todo el tiempo miró al rubio sacando los dientes— Y sobre Gyokko, ambos sabemos que el día que menos se lo espere, la policía lo buscará, no puede estar huyendo para siempre.

—Vale, vale, discúlpame —el resto de estudiantes comenzaron a llegar por lo que hizo que ambos se calmaran y Doma se fuera a su lugar—.


Las horas fueron pasando sin ninguna novedad hasta el momento de descanso, Akaza buscó al rubio y al encontrarlo con solo un "sígueme" Kyojuro le hizo caso y ambos caminaron hasta el baño de hombres de la última planta. En momentos en los que Akaza tenía necesidad de su novio, le gustaba venirse a ese lugar ya que al solo haber dos clases en esa planta del edificio, a la hora de descanso nadie solía ir. Al entrar el mayor comenzó a besar apasionadamente a su pareja mientras le quitaba la corbata.


—Gírate —el rubio le hizo caso y aunque no le dijo nada juntó sus muñecas ya que sabía perfectamente lo que su novio quería —buen chico —besó dulcemente el cuello —ven —ambos caminaron hasta uno de los cubículos, Akaza se bajó los pantalones y los bóxer a la vez para después sentarse en el retrete, Kyojuro lo entendió perfectamente, caminó hacia él y se arrodillo delante suya, haciendo que su boca quedase paralela al miembro del pelirrosa —¿dónde se ha quedado mi bebé esta noche?

—Fui a la casa de Tomioka.

—Muy bien —acarició el cabello del rubio —estoy muy orgulloso de ti, siento mucho lo que te hice ayer.

—No te disculpes, fui yo el que se portó mal, yo soy solo tuyo.

—Me gusta que hayas aprendido la lección, ¿quieres el adelanto del premio?

—Si Akaza-sama —tras hablar abrió la boca esperando el miembro de su pareja—.

—Así me gusta, Akaza-sama está orgulloso.


Con las manos en su cabello, movió la cabeza hasta su miembro para que este comenzara la mamada, lo que verdaderamente Akaza amaba de Kyojuro era la cara que este ponía cuando hacían algún acto sexual, adoraba como de un día para otra un chico alegre y que siempre llevaba una sonrisa en su rostro se le había roto completamente el alma, llegando a ser un chico débil y que lloraba por recibir una pizca de amor. A Douma les encantaba romper a los que él llamaba juguete físicamente, dejando solamente lo que para él era útil, mientras que él les gustaba romper su alma, prefería hacer que esas personas se volvieran en algo más parecidas a mascotas que solo quieren que su amo les de amor, es por eso que odiaba a Uzui, ese idiota estaba haciendo que todos los años en los que él había estado rompiendo la mente de Rengoku no sirviera para nada.


Al notar que iba a correrse apretó del cabello del rubio y lo acercó aún más haciendo que su miembro llenase completamente la boca del contrario, cuando se corrió no dejó que el otro se alejara sino todo lo contrario haciendo que gran parte de su semen ya fuera bajando por la garganta del otro obligándolo a tragar. Tras unos segundos sacó lentamente su miembro y con sus su mano izquierda le cerró la boca al otro.


—Trágalo todo Kyo-chan —este le hizo caso abriendo después la boca mostrándosela completamente vacía —ese es mi buen chico —el rubio se levantó, se giró y apoyó su pecho y mejilla izquierda en la puerta, subiendo su cintura para que su culo se resaltase aún más —lo siento mi querido Kyo-chan, Akaza-sama debe de irse —se subió el su ropa interior y el pantalón, y se acercó a su pareja aprisionándolo entre él y la puerta —no te preocupes, hoy te dejaré venirte conmigo porque has sido un chico bueno, cuando lleguemos a la casa, te daré el resto de tu premio —le besó la mejilla mientras desataba sus muñecas— cuando salgas te quedas en la puerta, allí nos vemos.

—De acuerdo —tras volverle a acariciar el cabello salió del baño dejando solo al rubio—.


Continuará...

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En el siguiente capítulo se vendrá la segunda parte.

Eres mi musaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora