Capítulo 28. Eres mi musa Rengoku

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POV Kyojuro


—Uzui, veni...¿vives aquí? — sentí mis mejillas arder al girarme a mirarlo ¿Qué mierda acabo de decir?, su cara me daba entender que pensaba lo mismo que yo, soy idiota—.

—Jajajajaja, has estado varias semanas aquí viviendo y de verdad no sabes la respuesta.

—Perdón, es que estoy un poco nervioso.

—¿Y eso por qué? ¿tus padres saben que estás aquí?

—Si tranquilo, no estoy nervioso por eso —tranquilízate Kyojuro, es tu mejor amigo pero...—.

—¿Por qué no entras y hablamos más cómodamente?

—Está bien.


Pasó por mi lado y se dirigió a la puerta principal, yo lo seguí mientras intentaba relajarme, al abrir la puerta me dejó pasar y después entró él y cerró la puerta.


POV Narrador


—Ya estoy aquí.

—¿Has vuelto? Ya te daba por perdido.

—Sanemi vete a la mierda.

—Jajaja, bueno nosotros nos vamos.

—¿Cómo que os vais?

—Tenemos comida con mis hermanos.

—Cierto.

—Hola Rengoku-san —la voz del menor sonó desde la escalera la cual la estaba bajando ya vestido—.

—Hola Genya, ¿cómo estás?

—Bien, ya solo son pesadillas, algunas más para la lista —dijo riendo ya que sabía perfectamente a lo que el mayor se refería—.

—No te había escuchado —habló Sanemi saliendo del baño ya perfumado y vestido—.

—Solo venía a saludar, creo que ya debería irme.

—No te preocupes Genya y yo nos vamos, te quedas solo con Uzui —por primera vez el estar solo con Uzui le hacía sentirse nervioso, en el buen sentido de la palabra —a ver si tú le sacas la razón por la cual ha dejado de dibujar.

—¡Sanemi! —el de las cicatrices sabía perfectamente la razón, estaba al lado de su amigo, solo lo dijo para hacer lo único que le hacía feliz que no estuviera involucrado a Genya, molestar a Uzui—.

—¿Por qué no dibujar? —su voz sonaba preocupada, parecía que lo que Sanemi le había dicho había hecho que se le fueran los nervios—.

—Es una historia larga que contar.

—Tengo tiempo, solo debo de avisar a mi madre, me encantará oír esa historia —las mejillas de Uzui se colorearon de carmín, ¿cómo iba a decirle a Rengoku que no dibujaba porque no lo había podido ver todos los días? Una tos a su lado le hizo volver a la tierra—.

—¿Nos vas a dejar pasar? Genya y yo necesitamos la puerta para salir —una mirada asesina del más alto le hizo comprender al otro alvino su pensamientos, pero disfrutaba de este enfado así que con una gran sonrisa de victoria por haber hecho enfadar a Uzui salió de la casa acompañado de su hermano, el sonido de la puerta al cerrarse acompaño a la despedida de Rengoku de su madre por el teléfono, ahora sí que estaban los dos solos—.

—Bueno... ¿puedo ver tu estudio? Puede que te ayude a recuperar tu inspiración.

—Claro, pero espera dos minutos, puedes soltar tu mochila si quieres mientras.

Eres mi musaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora