Capítulo 16. Kanae

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De antemano decir que el personaje de Kanae me encanta, así que pido disculpa a todos lo que opinen lo mismo, pero en mi historia esta será un poco diferente.

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POV Narrador

Pocos días quedaban para el cumpleaños de Sanemi, aunque parecía que quien giba a cumplir los años era Genya debido a los nervios del pelinegro.


—Genya.

—Aniki, ¿Qué ocurre?

—Debes relajarte, celebraré mi cumpleaños como todos los años, iremos a un bar con una tarta, nos tomaremos dos cervezas y ya está —lo abrazó por la cintura —la diferencia será como acabará la noche —una sonrisa lasciva se mostró en el rostro de Sanemi mientras su hermano se sonrojó, sabía perfectamente a que se refería—.

—Aniki nos pueden ver.

—Ahora tienes vergüenza —sonó el timbre que señalizaba la siguiente hora —después nos vemos —le beso y se fue a su clase—.

—Adiós, Nemi —sonrió y caminó hasta su aula—.


A decir verdad lo que más ganas tenía Sanemi de su cumpleaños es que llegara la noche. Su mente se llenaron de imágenes de su hermano gimiendo su nombre, todo ese pensamiento fue cortado por la persona que se sentó a su lado.


—Hola Sanemi, veo que no sanaron del todo tus cicatrices —esa persona acercó su mano a las cicatrices de su rostro—.

—¿Qué mierda...? —dirigió su mirada a esa persona para insultarla pero se calló al ver quién era —Kanae.

—¿Me has extrañado?

—Hacía tiempo que no nos veíamos.

—Pensé que te fuiste a otra universidad.

—Sí, pero pedí venir durante un mes, quería ver a mi hermana y amigos, y sobre todo estar en el cumpleaños de mi persona favorita —sin saber porque las mejillas del alvino se sonrojaron—.

—Si te digo la verdad, pensé que no volvería a verte desde, bueno...

—¿Encontraste casa?

—Si.

—¿Y pareja? —su voz era melosa, en ese momento Sanemi se acordó, él nunca le había dicho lo que sentía por Genya, para Kanae, su padrastro lo había echado de casa por una pelea cualquiera—.

—Es una historia larga de contar.

—Sabes que me encanta que me cuentes tus historias, cuéntame esa —Sanemi se sintió acorralado, así que agradeció cuando el profesor dio inició a la clase—.


En el resto de los descansos la oji-lila intentó saber que había sido de Sanemi desde la última vez que se vieron pero este no le dijo nada, así estuvieron hasta el final del día cuando el mayor fue a recoger a su hermano.


—Nemi, ¿estás bien? Te noto un poco nervioso.

—Claro, ¿nos vamos a casa?

—Si —el menor notó una presencia a su espalda—.

—Sanemi, ¿qué te ocurre? Porque no quieres hablarme de tu supuesta pareja.

—Nemi ¿quién es?

—Genya te presento a Kanae, ella fue quien estuvo ayudándome después de que nuestro padrastro me echara de casa tras la pelea —¿su hermano acababa de decir la palabra padrastro? ¿quién era esa chica que había hecho que su hermano estuviera tan nervioso? Se sentía molesto—.

—¿Genya? Tú debes ser su hermano menor, Sanemi me habló de ti.

—Bueno Kanae tenemos que irnos.

—Oh, está bien —sin decir nada abrazó al más alto —me ha encantado volver a verte Sane-chan —Genya estaba molesto, pero esa molestia llegó a ser celos al ver como esa tipa besaba a su hermano en la mejilla —adiós Genya —tras separarse de Sanemi, Kanae se alejó de ellos—.

—¿Con qué Sane-chan? —El alvino sonrió al escuchar a su hermano—.

—¿Estás celoso? —se acercó a su hermano y lo abrazó por detrás—.

—¿Yo Celoso? Ni lo sueñes —su hermano lo giró y lo besó en los labios—.

—Yo siempre seré tu Nemi —las mejillas del menor se tornaron de un tono rojizo—.

La morena justo cuando iba a salir, volvió a divisar a otra persona que conocía, a la cual también tenía ganas de reencontrarse.

—Hola Doma —el chico se giró y mostró una gran sonrisa en su rostro—.

—No me lo puedo creer, ya te echaba de menos mi hermosa Kanae.


Continuará...

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