POV Narrador
Era sábado, como de costumbre después de almorzar cada pareja estaba en un sofá, mientras Rengoku estaba sentado al lado de Uzui, Sanemi estaba apoyado en el brazo del sofá con Genya encima, mientras él veía la televisión el menor estaba dormido.
—Uzui deberíamos de ir a comprar las cosas.
—Hay que comprar muchas cosas, deberíamos de ir dos personas.
—Pues vamos.
—Id tú y Genya.
—Uzui no vamos a ir en la moto, además Genya está dormido.
—Ains, está bien —se levantó —ven tú también.
—Si —como pudo se levantó del sofá y tumbo a su hermano para que siguiera dormido—.
—Rengoku, si ocurre algo o necesitas algo me llamas, ¿vale? —dijo señalando el teléfono que el más alto le había comprado ya que Akaza le prohibió tener uno—.
—Claro —dijo cerrando los ojos—.
—Si quieres apaga la tele y duérmete, nosotros en nada estaremos aquí.
—Vale, adiós Uzui, adiós Sanemi —ambos albinos salieron de la casa cerrando la puerta tras ellos—.
Como dijo Rengoku acabo quedándose dormido, a decir verdad, desde que se fue a vivir con Uzui había cambiado mucho, su peso había aumentado pero no llegando a estar obeso sino que volvió a tener un peso natural para su altura y edad, siempre que dormía, se dormía pronto y se mantenía tranquilo durante todo su sueño, no tenía la presión de estar atento a Akaza. El sonido del timbre de su casa hizo que Genya despertara.
Al no ver ni a su hermano ni a Uzui miró su teléfono y vio un mensaje de su hermano diciendo que habían ido a comprar, sonrió y caminó hasta la puerta otra llamada pero esta vez con unos golpes en la puerta hizo que Rengoku se despertara.
—¿Qué ocurre?
—Han llamado a la puerta, voy a ver quién es.
—Está bien —aunque ya despierto se quedó en el sofá, Genya caminó hasta la puerta y al mirar por la mirilla se molestó al ver de quien se trataba, aun así tras suspirar abrió la puerta—.
—Lo siento Kanae, mi hermano no está.
—Ya lo sé, vengo a por ti y Rengoku.
—¿Qué...? —del lado de la puerta Doma salió y rápidamente puso su mano tapando la boca del menor a la vez que esta lo sostuvo de la cara y lo empujaba contra la pared dejando la entrada totalmente libre—.
—Hola Genya-chan.
Al escucharlo mientras Genya se asustó, Rengoku fue rápidamente a coger su teléfono para llamar a Uzui pero alguien fue más rápido que él, lo cogió fuertemente del cabello y lo empujó contra el sofá, tras ponerse encima de él lo tomó del cuello, y con su mano libre cogió el celular.
—Te prohibí que lo usaras.
—No me puedes mandar —aunque su voz estaba insegura, parte de él sabía que tenía razón—.
—¿Qué mierda has dicho? —apretó el agarre del cuello —solo has pasado tres putas semanas desde que fuiste una rata y huiste, no te creas que eres mejor que yo, por cierto ¿Cómo has obtenido este celular?
—Uzui me lo regaló —al oírlo sin pensarlo dos veces lo rompió—.
—Kanae ven —poco después la mujer apareció con una jeringa llena de un líquido transparente, Akaza quitó su mano del cuello ya que sería ahí donde se inyectaría el líquido, Kyojuro intentó huir pero el peso del cuerpo de Akaza junto a que agarró sus brazos en su pecho —has engordado, pero no has recuperado fuerza, sigues siendo un debilucho.
—Akaza por favor, déjame.
—Oh mi querido Kyo no puedo dejarte —la mujer le inyectó el líquido —me perteneces —eso fue lo último que Kyojuro escuchó ya que su cuerpo se durmió—.
Akaza le ató las manos, lo cogió en brazos y al llegar en el pasillo Doma ya se había ido al coche, él hizo lo mismo y al salir Kanae cerró la puerta tras ella, después de que Akaza metiera a Rengoku en la parte trasera del coche, los dos hombres se despidieron de la mujer ya que en palabras del peli-platino, no quería meter a su mejor amiga en problemas y más después de haberle conseguido un nuevo juguete, aún así le comentaron el lugar donde estarían ya que en una semana ellos se irían del pueblo y se lo dijeron por si ella quería irse con ellos. Mientras que en la cabeza de Akaza estaban todas las maneras de castigar a Rengoku, mientras Doma pensaba en lo que se divertiría con Genya como su nuevo juguete.
Después de llegar de comprar, tanto a Uzui como a Sanemi les resultó raro no encontrarse ni a Kyojuro ni a Genya, mientras Sanemi subía a la planta superior a buscarlos por los cuartos el más alto los buscó abajo hasta encontrar el teléfono de Kyojuro totalmente roto.
—¡SANEMI! —al escucharlo el de las cicatrices bajó y se dirigió hacia donde él estaba quedando sorprendido al ver el teléfono—.
En ese momento lo tuvieron claro, alguien se había llevado a Genya y a Rengoku.
Continuará...
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Eres mi musa
FanfictionHistoria creada sin ánimo de lucro, solo con ganas de que os lo paséis bien leyendo. Todos los personajes le pertenecen a Koyoharu Gotouge. Saldrán los personajes vistos hasta la tercera temporada del anime, eso es lo único que se podría considerar...