Capítulo 6. Quiero estar con aniki

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En esta historia Genya no obtuvo la cicatriz cuando era pequeño, por lo cual en la actualidad de la historia no la tiene.

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POV Narrador

—Jajaja, Aniki para —el menor estaba fregando los platos del almuerzo mientras su hermano estaba abrazándolo por detrás y le estaba haciendo cosquillas con sus suspiros en el cuello del menor—.

—¿Por qué? Se que te encanta que te haga estas cosquillas —volvió a soplar, pero acabando con unos dulces besos—.

—Jajaja.

—Sanemi, ¿¡Qué mierda estás haciendo!? —un hombre fornido cogió del hombro al alvino y lo empujó hacia atrás—.

—Aniki —Genya iba a ir hacia su hermano pero el hombre lo cogió fuertemente del brazo —me haces daño.

—¡Debería darte vergüenza!

—¡Le haces daño! ¡Déjalo!

—¿Qué está pasando aquí?

—Mamá —Sanemi se levantó del suelo y caminó hasta su madre—.

—Tu hijo es tan asqueroso como su padre, he visto toqueteando a su hermano.

—Mamá le está haciendo daño a... —no pudo terminar ya que la mujer golpeó su mejilla—.

—Eres igual que tu padre, así tu hermano nunca podrá ser nadie en su vida.

—Quiero estar con aniki —se soltó del agarre y corrió hacia su hermano, pero su hermano se asustó con lo que veía detrás de su hermano, ese hombre estaba preparado para golpear al menor—.

—¡Genya! —su respiración estaba agitada, gotas de sudor bajaban por su rostro, algunas lágrimas comenzaron a manchar la sábana con la que se tapaba —joder, maldito sueño de mierda—.


No era la primera vez que tenía ese sueño, la diferencia era el final ya que el verdadero final es su madre cogiendo a Genya en brazos y su padrastro echándolo de casa. Había pasado dos años desde aquel día, lo que más odio es lo que escuchó días después y era que para no dejar ir a Genya habían firmado un papel, aprovechando de que este era menor, para que hasta que no cumpliera los 25 años Genya siguiera estando bajo el control de su madre y su padrastro y no pudiera irse de casa.


Miró la hora que marcaba su reloj y al ver que solo quedaría media hora para levantarse decidió hacerlo ya, tras coger sus cosas para vestirse se dirigió al baño, necesitaba una ducha fría para relajarse sobre su pesadilla. Al salir, se secó y vistió, al terminar bajó a la cocina, se sorprendió al ver a Uzui ya vestido y en la cocina.


—¿Quieres café? He hecho para los dos.

—Si gracias —el más alto se levantó de su silla y tras coger la taza que solía usar su compañero la llenó de la caliente bebida y se la acercó—.

—¿Quieres azúcar?

—No, necesito que esté bien cargado.

—¿Pesadilla? —el otro bebió de la taza y le afirmó con la cabeza —¿la misma de siempre?

—Esta vez al final, el capullo que se casó con mi madre golpeaba a Genya.

—¿No podrías hacer nada?

—No, ya que ese hijo de puta no toca a Genya y para que ese papel dejase de ser útil, Genya debería ser maltratado y si te soy sincero, sabiendo eso no sé si es bueno o malo.

—Tsk —ambos bebieron a la par —¿te has dado cuenta de que somos los únicos idiotas que no tenemos al lado a la persona que amamos?

—Puede que sea esa la razón por la que decidimos vivir juntos —ambos rieron—.


No era la primera vez que el café y la charla se repetía al igual que no era la primera vez que Sanemi tuviera esa pesadilla, siempre que tenía esa pesadilla mientras él se duchaba o se echaba agua en la cara Uzui hacia café, ambos lo tomaban mientras que hablaban de lo desafortunado que eran los dos en lo referente al amor, era la única manera en la que Sanemi había conseguido calmarse, aún recuerda la primera vez cuando incluso llegó a llamar a Shinobu para que viniera con un tranquilizador debido a las voces que pegaba Sanemi buscando a su hermano.


El tiempo fue pasando hasta que llegó la hora de irse a la universidad, ambos cogieron su respectivo maletín y se dirigieron a la universidad en el coche del más bajo.


Al llegar el resto de día fue normal hasta el momento de descanso, Sanemi fue al baño para hacer sus necesidades, salió, se lavó las manos y mientras se las secaba su hermano entró y lo abrazó.


—Genya, ¿Qué ocurre?

—Por favor, llévame contigo.


Continuará...

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